Adolfo López Mateos, abundancia, cultura y bienestar
Los Adolfos, como fueron llamados en su momento, se dispusieron a celebrar el cambio de poder el 1 de diciembre de 1958, para, con ello, dar paso al régimen de López Mateos como primer mandatario

Las elecciones celebradas el 6 de julio de 1958 pusieron cara a cara al candidato del Partido Acción Nacional, Luis H. Álvarez Álvarez, y al abanderado del Partido Revolucionario Institucional, Adolfo López Mateos, llevándose el triunfo el priista, calificándolo como “victoria del pueblo”.
LA PROCLAMACIÓN
Por tercera ocasión consecutiva, el Palacio de Bellas Artes volvió a abrir sus puertas a una ceremonia de toma de protesta presidencial. Además, por primera vez se decretó día de asueto a nivel nacional a disfrutarse cada 1 de diciembre con motivo de la transmisión del Poder Ejecutivo federal.
El primero en llegar a ocupar su sitio en la tribuna de honor fue el presidente saliente, Adolfo Ruiz Cortines. Los clarines y la orquesta militar hicieron resonar sus notas al tiempo que el presidente electo, Adolfo López Mateos, ingresaba al recinto junto con su comitiva.
Ya en el centro del escenario, López Mateos se dispuso a saludar efusivamente a los asistentes. El júbilo dio paso a un hondo silencio, en ese momento el originario del Estado de México lanzó la conjura para tomar posesión de su cargo: rindió la toma de protesta como Presidente de la República ante el Congreso de la Unión reunido en sesión solemne.

DE ADOLFO A ADOLFO
El acto se vio marcado por la entrega del máximo emblema oficial. Ruiz Cortines se despojó de la banda presidencial poniéndola en las manos de López Mateos. Según consta en las páginas de Excélsior, estos sostuvieron un breve diálogo en el que el primero dijo: “Será para bien de México”, a lo que el segundo respondió: “Llevaré la banda con el mismo honor que usted la ha llevado”.
Ya revestido con la banda tricolor, el nuevo presidente enunció el tradicional discurso con el que arrancó oficialmente su mandato constitucional como titular del Ejecutivo. Su primer mensaje a la nación fue claro y enérgico con la buena oratoria que le caracterizaba al mexiquense.
Se refirió a los dos profundos males que agobiaban al país en ese momento; la pobreza y la ignorancia; para resolver este último designó como secretario de Educación Pública a Jaime Torres Bodet. “Educarse para vivir mejor”, así lo expresó en tribuna luego de rendir la protesta de legitimidad.
Al concluir el acto de toma de posesión, López Mateos recibió los honores de investidura presidencial al abandonar la sala con rumbo a Palacio Nacional para continuar con los protocolos de bienvenida a la administración entrante.
Aquí podrás acceder a noticias en tiempo real
Conoce lo más viral en Facebook Trending
Lee a los columnistas de Excélsior Opinión
clm
EL EDITOR RECOMIENDA



