¿Por qué las mamás mexicanas abandonan la lactancia? Las expertas responden sin filtros

En México, la lactancia materna sigue siendo una práctica que muchas mujeres desean, pero no siempre logran sostener. Aunque cada vez hay más información disponible, aún existen grandes barreras que impiden que la lactancia se mantenga durante los seis primeros meses, como recomiendan las autoridades de salud. 

Las expertas Rosario Rimada y Margarita María Aguilar Blanco nos comparten su visión sobre los retos actuales que enfrentan las mamás, desde la falta de apoyo institucional hasta el ritmo de vida acelerado que impide detenerse a amamantar.

¿Qué le falta a México para ser un país lactante?

Rosario Rimada, especialista en salud perinatal y organizadora de la Gran Tetada en Guadalajara, lo dice sin rodeos: “Queremos dar ese mensaje teniendo a las mujeres al centro con sus hijos… y haciendo esta caminata y esta tetada simbólica para hacer esta red de apoyo alrededor de todas estas mujeres”.

Desde su experiencia, uno de los principales obstáculos es que el sistema de salud no cuenta con personal especializado que acompañe a las madres desde el nacimiento. 

“Tenemos que exigir un poco a los gobiernos, a las instituciones, que haya estas profesiones como asesora o consultora de lactancia en las instituciones públicas… Que ninguna mamá en el futuro, muy muy cercano, tenga problemas de lactar o deje de lactar por falta de información. Porque eso es muy triste”.

Además, señala la importancia de crear infraestructura básica como lactarios en espacios públicos y centros de trabajo, permisos suficientes y leyes que realmente respalden el derecho a amamantar.

Lactarios, permisos y leyes: lo que sí necesita una madre que lacta

Aunque se han dado avances, aún falta mucho para que todas las madres puedan lactar sin obstáculos. 

Rosario recuerda que el trabajo conjunto entre gobierno y sociedad civil ha sido clave en eventos como la Gran Tetada: “El objetivo es mostrarle al mundo que se puede estar unidos: gobierno, sociedad civil, privado, público, mujeres, médicos… que todos tenemos un mismo fin: que la lactancia es el alimento que salva vidas”.

Pero para que eso sea una realidad cotidiana, se necesitan políticas públicas que no solo promuevan la lactancia, sino que la respalden con acciones concretas: más permisos de maternidad, más espacios para amamantar y acompañamiento desde los centros de salud.

La presión de ser multitask: ¿por qué muchas mujeres abandonan la lactancia?

Margarita María Aguilar Blanco, consultora en lactancia, apunta a otro gran reto: el ideal de la mujer multitask. “Siempre nos han vendido la idea de que tú tienes que ser multitask, resolver todo, estar en todo y ser fregona en todo… y les digo, es que no se puede. Es una idea utópica”.

Hoy, más que falta de información, lo que muchas madres enfrentan es una vida con prisas, agendas llenas y expectativas inalcanzables. 

“La maternidad y la lactancia te da ese entonazo de ‘para’, porque aquí lo que necesitas es estar sentada, acostada, amamantando a tu bebé, nada más. Es inconcebible para muchas de ellas”, explica Rosario.

Lactancia en tiempos de inmediatez: el reto de las nuevas maternidades

Las especialistas coinciden en que el principal obstáculo ya no es el desconocimiento, sino el ritmo de vida. “Muchas veces, las asesoras se enfrentan con chicas angustiadas, con problemas de lactancia que no tienen que ver con su cuerpo ni con el bebé… sino con la parte emocional”, cuenta Rosario.

Margarita agrega: “Los bebés no comen y duermen. Los bebés necesitan de ti, de tu cuerpo, de tu estar. Y eso es lo más importante que vas a hacer… Sí, tu carrera también es importante, pero el gran legado es lo que tú le puedas dejar a tus hijos”.

Ambas destacan que el acompañamiento es clave, no solo para enseñar técnica, sino para rodear a la madre de una red que la sostenga: “La asesora ve todo el entorno: cómo está esa mamá, cómo está el apoyo… porque muchas veces las abuelas no han lactado, entonces no saben cómo ayudar”, dice Margarita.

La lactancia materna es un derecho, no un privilegio. Pero para que todas las madres puedan ejercerlo, México necesita transformar sus estructuras sociales y laborales, y también soltar la exigencia de que toda mujer debe poder con todo al mismo tiempo.