Cómo los pequeños negocios mexicanos usan tecnología para competir en la era del delivery

La competencia en el sector de comida rápida en México no solo depende del sabor. En los últimos años, la diferencia entre sobrevivir o cerrar ha estado en la capacidad de adaptarse tecnológicamente.

Desde taquerías familiares hasta pizzerías de barrio, muchos negocios han recurrido a herramientas digitales para reducir costos, mejorar sus entregas y mantener márgenes en un mercado dominado por plataformas internacionales.

Uno de esos casos es Big Jimmy’s, una pizzería mexicana que ha implementado un sistema de entrega basado en algoritmos de predicción y optimización de rutas. Su objetivo no es “revolucionar la industria”, sino evitar pérdidas y mantener la calidad en medio del incremento de precios de insumos y combustibles.

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“Nos dimos cuenta de que el gasto en transporte nos estaba comiendo la ganancia. Decidimos probar una herramienta de inteligencia artificial que analiza los pedidos según horarios y ubicación, y ajusta los tiempos de horneado. Con eso bajamos hasta un 18% los desperdicios y entregamos más rápido”, explica Guillermo Pérez Verduzco, fundador del negocio.

La digitalización como estrategia de supervivencia

De acuerdo con cifras de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC), al menos uno de cada cinco restaurantes medianos en zonas urbanas utiliza ya algún tipo de automatización digital. Puede tratarse de sistemas de pago con códigos QR, gestión de inventarios o software de reparto.

La pandemia aceleró el cambio, pero el fenómeno continuó incluso después. Para negocios como Big Jimmy’s, el uso de tecnología no fue un lujo, sino una herramienta de eficiencia.

“La automatización nos permitió reorganizar la operación. Antes necesitábamos tres personas en caja, ahora bastan dos”, comenta Eduardo Santillán, encargado de la estrategia operativa.

De la competencia al aprendizaje

A diferencia de las grandes cadenas internacionales que pueden absorber pérdidas o negociar mejores precios con proveedores, los restaurantes pequeños suelen trabajar con márgenes mínimos. Por eso, incorporar tecnología puede significar la diferencia entre crecer o desaparecer.

El consultor gastronómico Héctor García, especialista en modelos de negocio alimentarios, señala que este tipo de adaptaciones están redefiniendo el emprendimiento local:

“No se trata de replicar lo que hacen las grandes marcas, sino de usar la tecnología para resolver problemas concretos: desperdicio, organización del personal o logística. Cada restaurante que automatiza un proceso gana tiempo y estabilidad.”

Tecnología con identidad local

En el caso de Big Jimmy’s, la innovación no se limita al software. La empresa trabaja con productores locales para el suministro de queso y harina, combinando herramientas digitales con prácticas tradicionales. Su modelo de expansión incluye formatos adaptados a espacios reducidos, como food courts y drive thru, pensados para reducir costos de operación.

Aunque el negocio ha crecido en distintas ciudades del país, Pérez Verduzco sostiene que su enfoque no está en abrir franquicias, sino en consolidar un modelo replicable para otros emprendedores.

“Muchos pequeños negocios pueden hacer lo mismo con inversión moderada: planear mejor, automatizar lo básico y enfocarse en el producto”, dice.

Una tendencia que crece

El caso de Big Jimmy’s se suma a una tendencia que, según la consultora Euromonitor, seguirá creciendo en México: la adopción de tecnologías accesibles por parte de negocios locales. Esto incluye desde plataformas de pedidos hasta chatbots de atención al cliente y sistemas de predicción de demanda.

Más que un fenómeno tecnológico, se trata de una nueva manera de entender el emprendimiento mexicano, donde la creatividad y la gestión eficiente pesan tanto como el sabor.