Corea del Sur detiene vuelos, retrasa bancos y libera calles por el 'Suneung'
Más de 554 mil alumnos rindieron el examen que define el ingreso a las unviersidades de Corea del Sur; ordenaron no tocar claxons y agilizar el transporte público.

Corea del Sur volvió a suspender vuelos, retrasó una hora la apertura de sus mercados financieros y pidió a oficinas públicas y bancos que escalonen horarios de entrada para evitar atascos, en una operación nacional que cada noviembre acompaña al Suneung, el examen de acceso a la universidad que define, para muchos, empleabilidad, ingresos futuros y hasta perspectivas matrimoniales. Este jueves se inscribieron 554 mil 174 aspirantes —la cifra más alta en siete años—, en una jornada en la que la ansiedad de familias y estudiantes convivió con medidas de silencio extremo durante la prueba de inglés y escenas de policías trasladando a los rezagados a toda velocidad hacia los centros de examen.
La Autoridad de Aviación Civil aplicó una prohibición total de despegues y aterrizajes de 35 minutos, entre las 13:05 y las 13:40 hora local, para evitar ruidos que interfieran con la evaluación de comprensión auditiva de inglés, lo que obligó a reprogramar 140 vuelos —75 de ellos internacionales—, incluido el tráfico en Incheon, el aeropuerto más transitado del país. Servicios municipales de transporte ampliaron el horario punta matinal, y comisarías destinaron patrullas a “operativos de emergencia” para escoltar a alumnos que se atrasaron, un dispositivo logístico que se repite cada año y que forma parte del ritual social del examen.
“Estoy muy nervioso, pero como me he preparado mucho, lo daré todo”, dijo al ingresar a un liceo de Seúl Kim Min-jae, de 18 años a la agencia AFP, quien contó que sus padres estaban “aún más nerviosos” que él cuando salió de casa. “Intentaron asegurarse de que tuviera todo”, añadió, antes de cruzar los torniquetes de seguridad y someterse al doble control de identidad y material permitido.
La presión que rodea al Suneung explica la escala de las precauciones. El Ejecutivo dispuso la apertura tardía de oficinas públicas y pidió a bancos y grandes empresas ajustar turnos para minimizar la congestión, mientras los mercados financieros iniciaron operaciones una hora más tarde, como es práctica habitual el día del examen. En paralelo, templos y santuarios de todo el país recibieron a padres y madres que, tras dejar a sus hijos frente a las sedes de examen, acudieron a rezar por un buen resultado.

“Voy a ir a un templo budista cerca de mi casa para rezar junto con otras madres durante las horas del examen”, dijo Han Yu-na, de 50 años, en declaraciones a reporteros locales.
La logística aérea es el símbolo más visible de un país que “se detiene por los exámenes”, como describen los medios extranjeros: desde hace años, la Administración de Aviación impone el llamado “radio silence” durante la audición, y los controladores coordinan con aerolíneas ajustes de slots con meses de antelación. El operativo incluye indicaciones a conductores para evitar toques de claxon cerca de recintos, y a las fuerzas armadas para que pospongan ejercicios con ruido elevado en las franjas sensibles. La tradición de “llevar” a los rezagados en patrulla policial —con luces y sirena— volvió a verse en cruces y autopistas, un gesto que se ha convertido en fenómeno viral en plataformas de vídeo.
La cohorte de 2025 destaca por tamaño y composición. Además del repunte de nacimientos de 2007 —asociado por demógrafos a creencias de “año auspicioso”—, el registro incluye a decenas de miles de repetidores que buscan mejorar puntaje para acceder a carreras de alta demanda, un patrón ya visible en 2024 con el auge de los aspirantes a Medicina tras el aumento de cupos.
¿Qué tan importante es el 'Suneung'?
El Suneung, administrado por el Instituto de Currículo y Evaluación de Corea (KICE), dura alrededor de ocho horas y se compone de módulos que incluyen lengua coreana, matemáticas, inglés (con la sección de escucha que “silencia” al país), estudios sociales y ciencias, y segunda lengua extranjera/hanja, con un sistema de corrección que combina notas absolutas y estándares relativos.

La prueba se aplica una sola vez al año y su resultado condiciona el acceso a la 'Ivy League' coreana' (Nacional de Seúl, La Universidad de Korea y la Yonsei) y otras instituciones top, lo que a su vez influye en reclutamiento corporativo, redes laborales y ascenso social. Desde hace décadas, el examen también alimenta una robusta industria de “shadow education” —academias hagwon, tutores y simulacros—, cuya presencia el Gobierno quiere reordenar por los costos sociales y la desigualdad que genera.
Para los adolescentes y sus familias, el día es un rito. En la madrugada, compañeros de cursos inferiores y exalumnos se apostaron en portones con pancartas y chocolatinas, mientras profesores repartían material de último minuto. Al amanecer, los accesos quedaron bloqueados a toda persona ajena a la prueba, y los móviles debieron apagarse.
Aunque la narrativa oficial insiste en la “movilidad social” que el examen ofrece, la competencia despiadada y la desigualdad de oportunidades —por barrio, ingresos y acceso a preparación privada— han tensado el debate. Sociólogos señalan que la inversión familiar en educación extraescolar crece pese a la caída de la natalidad, y que la ansiedad se traslada al ciclo universitario y al mercado laboral. El Gobierno, al tiempo que preserva el Suneung como instrumento meritocrático, ha emprendido reformas en orientación vocacional, cupos y currículos, y ha endurecido medidas contra filtraciones o fraude.
La edición de este año también estuvo marcada por recomendaciones de salud pública (uso de mascarilla en caso de síntomas y ventilación entre módulos) y por ajustes de tráfico urbano más extensos en Seúl, Busan y Daegu para garantizar la puntualidad. Las alcaldías reforzaron el transporte público y las líneas de metro ampliaron intervalos en hora pico de 6:00 a 10:00. Además, las autoridades recordaron que los aspirantes con movilidad reducida o emergencias médicas disponen de traslado preferente por parte de bomberos o patrullas, previa llamada a líneas de emergencia.

El examen no sólo “detiene” la aviación y desplaza horarios corporativos. También reordena la conversación pública. Durante la jornada, las principales cadenas de televisión suspenden programación habitual para emitir boletines sobre el operativo; portales abren páginas especiales con respuestas estimadas y claves de corrección que orientan a los estudiantes al salir de las aulas.
En templos como Jogyesa —en el corazón de Seúl—, se repiten escenas de padres que depositan notas con fotos de sus hijos y encienden incienso por “claridad mental” y “buen oji” (suerte). Imágenes similares se vieron en otras ciudades, incluidas Sapporo o Taipei en ocasiones puntuales, aunque la escala surcoreana sigue siendo única.
No faltan críticas. Expertos en bienestar infantil alertan de que el peso simbólico del Suneung recae sobre jóvenes de 17–18 años, y de que la narrativa de “día más importante de la vida” refuerza la ansiedad y el miedo al fracaso. El Ministerio de Educación ha lanzado campañas para recordar que “el examen no define a la persona” y ha ampliado vías de acceso alternativas —admisión por habilidades, entrevistas y portafolios— en ciertas universidades.
No obstante, para decenas de miles de familias, el Suneung sigue siendo la vía corta a una plaza en una universidad de prestigio y, con ello, a mejores salarios, vivienda y matrimonio, en una sociedad donde títulos y redes pesan tanto como el expediente.
bm
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