Así es el plan de Israel para tomar Ciudad de Gaza, territorio que destruyó
Israel aprobó un plan de cinco puntos para tomar Ciudad de Gaza, generando condena internacional y críticas internas.

El gabinete de seguridad de Israel aprobó un plan para que las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) "se preparen para tomar el control de Ciudad de Gaza", en lo que analistas y gobiernos externos califican como una peligrosa escalada del conflicto que ya cumple casi dos años.
La decisión fue anunciada tras una larga reunión del gabinete y ha generado protestas internas, inquietud por la suerte de los rehenes que todavía están en Gaza y una ola de condenas internacionales.
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Qué propone el plan: los cinco puntos explicados
El gobierno israelí resumió su enfoque en cinco principios que, según la declaración oficial, marcarían el "día después" del operativo:
- Desarme de Hamás.
- Devolución de todos los rehenes, vivos y muertos.
- Desmilitarización de la Franja de Gaza.
- Control de seguridad israelí en la Franja.
- El establecimiento de una administración civil alternativa que no sea ni Hamás ni la Autoridad Palestina.
El listado fue publicado por la oficina del primer ministro como marco estratégico para la próxima fase.
Los detalles operativos ofrecidos por fuentes oficiales y reportes de prensa indican que la operación sería gradual y demandaría una gran movilización militar.
Informes periodísticos citan estimaciones de decenas de miles de tropas —AP menciona alrededor de 30 mil — y planes para aislar y limpiar el tejido urbano donde Hamás mantiene sus centros de mando.
El gobierno israelí ha hablado de evacuar a civiles fuera de las zonas de combate y de proveer ayuda humanitaria fuera de los frentes activos, aunque ONG y agencias humanitarias advierten que la infraestructura para una evacuación masiva no existe en la práctica.
En la práctica, los cinco puntos implicarían acciones concretas como: rastrear y confiscar depósitos de armas, arrestar o neutralizar a comandantes de Hamás, usar el módulo urbano (patrullas, control de infraestructuras, puestos de control) para garantizar “control de seguridad”, y negociar con actores regionales o internacionales quién asumiría la administración civil posterior.
El propio primer ministro Benjamin Netanyahu ha sugerido la idea de que fuerzas árabes o una administración internacional podrían, eventualmente, reemplazar el control directo israelí, aunque sin detalles operativos precisos.
¿Por qué Israel decidió avanzar ahora?
Según el Ejecutivo israelí, el objetivo central es desarmar a Hamás y asegurar la liberación de los rehenes que siguen retenidos en Gaza; por ello el retorno de prisioneros aparece como eje político del plan.
Además, el gobierno afirma que controlar los centros urbanos donde se concentran las capacidades de comando y cohetería de Hamás reduciría la amenaza a largo plazo contra poblaciones israelíes.
Críticos y parte del alto mando militar han señalado que la decisión también responde a presiones políticas internas —incluido el sostén de la coalición— y a la incapacidad de eliminar por completo a Hamás mediante operaciones previas.
Reacción internacional a plan de Israel
La reacción exterior fue inmediata y mayoritariamente crítica. El secretario general de la ONU calificó el plan como una “peligrosa escalada” y advirtió que provocaría desplazamientos forzosos masivos y más muertes.
Alemania anunció la suspensión de exportaciones de armamento que pudieran ser utilizadas en Gaza, un paso político relevante frente a un aliado histórico, y varios países europeos urgieron a Israel a reconsiderar la operación.
Estados árabes y potencias regionales condenaron la medida; Riyadh dijo que rechaza cualquier intento de ocupación y condicionó acercamientos futuros al respeto a la autodeterminación palestina. Hamas calificó el plan de “crimen de guerra” y alertó que un avance militar ampliado pondría en peligro a los rehenes.
La Unión Europea, la ONU y organizaciones humanitarias también pidieron un cese inmediato de hostilidades y acceso humanitario sin trabas.
En el plano interno, familiares de rehenes, sectores políticos y mandos militares expresaron alarma: algunos argumentan que una ofensiva urbana amplia aumentaría el riesgo de muerte de los cautivos y sobrecargaría a las fuerzas israelíes tras casi dos años de conflicto.
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Organizaciones humanitarias alertan que una operación en Gaza City, el núcleo urbano más densamente poblado del enclave, incrementaría la crisis humanitaria (hambre, salud, agua, electricidad) y provocaría desplazamientos masivos en una franja ya devastada tras meses de asedio y bombardeos.
La ONU ha exigido seguridad para corredores de ayuda y la liberación incondicional de los rehenes como condiciones mínimas para evitar una catástrofe mayor.
ORP
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