Recuerdan obra de monseñor Romero
Hoy se cumplen 100 años del nacimiento del religioso salvadoreño, asesinado en 1980 por un francotirador

CIUDAD DE MÉXICO.
Al cumplirse hoy 100 años del nacimiento de Óscar Arnulfo Romero, cientos de salvadoreños concluirán la peregrinación de tres días llamada “Caminando hacia la cuna de monseñor Romero” para expresar su afecto hacia ese sacerdote católico que dio su vida por defenderlos de los abusos.
Desde la cripta de la Catedral Metropolitana de San Salvador, donde reposan los restos del religioso, salió una columna que llegará hoy a Ciudad Barrios, al oriente del país, donde nació el llamado “voz de los sin voz”.
Romero fue beatificado en una multitudinaria misa el 23 de mayo de 2015 en San Salvador y se espera el anuncio de la fecha de su canonización, toda vez que ya concluyó el proceso diocesano.
Óscar Arnulfo Romero y Galdámez nació el 15 de agosto de 1917 en Ciudad Barrios y murió el 24 de marzo de 1980 por un disparo de un francotirador mientras oficiaba una misa en la capilla del hospital de cáncer La Divina Providencia, en San Salvador.
Un informe de la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas, que investigó las violaciones a derechos humanos durante la guerra salvadoreña (1980-1992), determinó que el exmayor del Ejército y fundador del partido de derecha Alianza Republicana Nacionalista (Arena), Roberto D’Aubuisson, dio la orden de asesinarlo.
Romero se caracterizó por denunciar constantemente en sus homilías los ataques de los cuerpos de seguridad contra la población civil.
Y es que a lo largo de su vida fue testigo de gobiernos militares, dictaduras, pobreza, ejecuciones extrajudiciales, la Guerra del Futbol contra Honduras, fraudes electorales, autoritarismo y al final la guerrilla.
A sus 14 años hubo una masacre de casi 10 mil personas cuando El Salvador era gobernado por el militar Maximiliano Hernández Martínez.
A sus 27 años gobernaba el general Salvador Castañeda Castro. Al cumplir los 31 tomó el poder el coronel Óscar Osorio.
A sus 45 años, el gobierno quedó en manos de la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN) que cumplió su palabra.
A los 50 años vio llegar al poder al gobierno de Fidel Sánchez Hernández.
A sus 55 años el poder pasó a manos del coronel Arturo Armando Molina. A los 60 años de edad, en 1972, estalló la “Guerra del Futbol” contra Honduras.
Y a sus 63 años fue a él a quien asesinaron durante su última homilía porque reclamó directamente a los militares lo que había visto: “En nombre de Dios y de este pueblo sufrido... les pido, les ruego, les ordeno en nombre de Dios, cese la
represión”.
El retraso de su canonización
En México, académicos que conocieron personalmente a Romero esperan que sea canonizado a mediados de 2018 a más tardar, pero lamentaron que el papa Juan Pablo II haya bloqueado su beatificación como una etapa previa rumbo a la santificación.
Yo pienso que no va a pasar del próximo año”, dijo a Excélsior el politólogo y exguerrillero salvadoreño Rubén Aguilar.
Explicó que su beatificación quedó sustentada en “el martirio por la fe”, y opinó que la santificación de monseñor Romero también deberá sustentarse en otra nueva modalidad de martirio donde éste derive de su compromiso con la gente.
De su compromiso por una causa justa como fue su prédica, su denuncia valiente y congruente contra el genocidio que perpetraba el ejército salvadoreño en contra de su propio pueblo”, dijo.
En Italia, monseñor Vincenzo Paglia, presidente de la naciente Pontificia Academia para la Vida y postulante de la causa de la canonización de Óscar Arnulfo Romero, también dijo el viernes pasado a la Radio Vaticana que eso podría suceder en 2018.
Dos vaticanistas no dudan en afirmar que si Romero no ha sido canonizado es porque Juan Pablo II no lo permitió.
Víctor Flores García, autor de Filosofía de la realidad histórica de Ignacio Illacuría dijo a Excélsior que si Romero no ha sido canonizado es porque su causa llegó al Vaticano cuando Jorge Mario Bergoglio aún no era papa.
Por su parte, el teólogo José Antonio Alonso Herrero se pregunta por qué tardó el Vaticano 35 años en beatificar a Óscar Arnulfo Romero y, en cambio, al papa Juan Pablo II lo canonizaron unos cuantos años después de su muerte.
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