Retrato hablado: Mauricio Macri, la mayor amenaza al kirchnerismo

El candidato a la Presidencia, quien enfrentará la segunda vuelta electoral contra el oficialista Daniel Scioli, renunció a las empresas de su familia para volverse presidente del club de futbol Boca Juniors

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CIUDAD DE MÉXICO.

El millonario Mauricio Macri fue secuestrado en la puerta de su casa hace 24 años y ese suceso le hizo replantear su vida. De entrada, dejó atrás su trabajo en las empresas familiares y se convirtió en el presidente del club de futbol Boca Juniors; hoy es un serio aspirante a ocupar la Presidencia de Argentina.

Macri relata en su portal de internet que, después de ser rescatado, “quedé más libre que nunca para hacer cualquier cosa, hasta para pensar por primera vez que podría crear mi propio destino”.

Contra todo pronóstico, el pasado domingo, el líder de Propuesta Republicana (PRO) y candidato de la coalición Cambiemos, dio la sorpresa al conseguir un empate técnico con el candidato oficialista y favorito, Daniel Scioli, lo que provocó que por primera vez en Argentina la elección presidencial deba dirimirse en una segunda vuelta programada para el próximo 22 de noviembre.

Las encuestas previas a la elección, como la publicada por el diario argentino Perfil, señalaron que Scioli, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, sería el triunfador con 42 por ciento de los votos y que el candidato de la coalición opositora se quedaría con 28 por ciento. Pero ningún sondeo ni analista pronosticó el ajustadísimo resultado que dejó a ambos con una diferencia de dos puntos porcentuales.

De cara a la segunda vuelta, la encuesta realizada por la consultora González y Valladares otorga a Macri 45.6% de intención de voto, que aumenta a 50% si se incluye a los indecisos. Mientras que a Scioli, del Frente para la Victoria (FpV), da 41.5%, que sube a 45.5% con los indecisos.

Medios internacionales ven en Macri un candidato que está lejos de la corrupción y con potencial para poner fin al populismo que ha imperado en Argentina bajo el gobierno de la actual presidenta, Cristina Fernández, y su predecesor y fallecido esposo, Néstor Kirchner.

Después de las elecciones del domingo pasado la revista estadunidense The New Yorker publicó en su portal de internet un artículo titulado “La era de los Kirchner termina en Argentina”, donde se critica al gobierno actual. Por su parte, el diario The Financial Times señaló que “Macri promete poner fin al aislamiento”.

Otras opiniones, como la agencia de noticias rusa Sputnik, precisan que el jefe de gobierno de Buenos Aires se convertiría en el gobernante servil que Estados Unidos quiere, tal como lo fue en su momento el expresidente argentino Carlos Augusto Menem.

Y destacó que cuando Macri era presidente de la Sociedad Macri (SOCMA) en 1993, su empresa fue acusada por la Dirección General Impositiva (DGI) por la evasión fiscal de 45 millones de dólares.

En su última declaración patrimonial ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Macri aseguró que su fortuna asciende a 52 millones de pesos argentinos (más de cinco millones de dólares) y que 40.47% del total se encuentra en cuentas y bienes en el extranjero.

Seducido por la política

Tres años después de su secuestro de 1991, Macri ya se encontraba en el camino la presidencia del Boca Juniors, el equipo con más simpatizantes en ese país, donde permaneció 12 años . De ahí dio el salto a la política, y se convirtió en diputado nacional en 2005 y dos años más tarde en jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

Es hijo de Alicia Blanco Villegas y del inmigrante italiano Franco Macri, quien amasó una fortuna en diversas áreas como la construcción y la industria automotriz en Argentina, y con quien mantiene una relación afectiva “de idas y vueltas”, declaró el candidato en una entrevista al diario argentino La Nación.

El patriarca de la familia Macri, en una charla con la revista argentina Noticias en enero de 2014, defendió al kirchnerismo y aseguró que “Mauricio tiene la mente de un Presidente, pero no el corazón. Es una vocación. Ser Presidente de un país es renunciar a su propia vida, y eso es algo que nunca le pediría a un hijo”.

En diversos medios argentinos se habla de la relación tirante entre padre e hijo, no sólo causada por la salida del jefe de gobierno de la empresa familiar, sino también por las inclinaciones políticas de cada uno, ya que de acuerdo con el diputado Federico Pinedo, “Mauricio es Macri, pero Franco es Kirchner”.

El aspirante a la Presidencia nació el 8 de febrero de 1959 en Tandil, Argentina. Su formación académica fue en escuelas privadas como el Colegio Cardenal Newman, donde conoció a algunos de los que hoy integran PRO. Después estudió Ingeniería Civil en la Universidad Católica Argentina (UCA) y cuenta con un posgrado en finanzas en la universidad neoyorquina de Columbia.

A pesar de que el candidato de la coalición Cambiemos fue educado para ser un empresario, por sus venas corre la sangre de un político, ya que su abuelo paterno fue uno de los fundadores del partido Fronte dell’Uomo Qualunque (UQ) en Italia.

Mientras estuvo al frente del Boca Juniors financió junto a Francisco de Narváez, político y empresario argentino, la Fundación Creer y Crecer, organización no gube-

rnamental dedicada al diseño de políticas públicas y al desarrollo de talleres de capacitación.

En 2003, Mauricio Macri funda el partido político Compromiso para el Cambio, que en 2005 se fusionó con el partido Recrear para el Crecimiento para conformar el PRO.

El diario Página 12 señaló que en ese momento Narváez quería que Macri se lanzara como candidato a la Presidencia de Argentina, en cambio fue por la ciudad de Buenos Aires y perdió en segunda vuelta contra Aníbal Ibarra.

El Macri que hoy se enfrenta al oficialismo y quiere la Presidencia de Argentina en sus primeros pasos en la política se caracterizaba por dar declaraciones “políticamente incorrectas”, ya que aseguraba encarcelaría a los cartoneros (recolectores de papel y cartón, oficio muy popular en la ciudad de Buenos Aires) porque “se roban la basura”.

Incluso tenía arranques homofóbicos mientras presidía al Boca y en una entrevista publicada por Página 12 dijo que la homosexualidad era una enfermedad y una desviación.

El secuestro que lo liberó

“Cuando fui a abrir la puerta de mi casa, uno de los tipos me agarró por atrás mientras otro me golpeó en la cara con el puño. Me empujaron hacia una camioneta blanca que estaba estacionada con el motor en marcha y alguien al volante”. Así empezó el secuestro que dio un vuelco a la vida de Mauricio Macri, entonces de 32 años.

Estuvo retenido durante 14 días en el sótano de una casa en el barrio de San Cristóbal, Buenos Aires, donde sentía que “ya no estaba más seguro de nada, ni siquiera de si iba a seguir vivo ese día”.

Ese acontecimiento cimbró su vida, la cual, en sus propias palabras, estaba completa y lo tenía todo: sus tres hijos, trabajo, dinero, éxito y la certeza de lo que quería hacer hasta su retiro, pero todo cambió aquel 24 de agosto de 1991.

Su padre negoció el rescate y aunque nunca se supo la cantidad exacta sí se especuló que fueron entre seis y 20 millones de dólares.

El encargado de entregar el dinero fue Nicolás Caputo, gran amigo y principal consejero político del alcalde de Buenos Aires, que actualmente tiene contratos millonarios con ese gobierno e incluso era la mano derecha en la compra y venta de jugadores mientras Macri fue presidente del Boca Juniors, destacó el diario La Nación de Argentina.

Macri aseguraba que daría su vida por ser el goleador del Boca, pero desde adolescente supo que no tenía el talento. En cambio se convirtió en el presidente de su equipo favorito.

Su pasión por el futbol es grande, pero su aversión al Kichnerismo parece serlo más y en 2009 declaró “me parece que es más posible que yo me haga hincha de River (Plate) que los peronistas que están conmigo se vuelvan a juntar con Kirchner”.

Macri tiene 56 años, dos divorcios a cuestas, un tercer matrimonio, cuatro hijos, fobia a las víboras y le apuesta a ser el Presidente de Argentina. Por lo pronto, el 15 de noviembre los candidatos se medirán en un debate, después vendrá la segunda vuelta y se confirmará si el

expresidente del Boca es favorecido con el voto de los argentinos, entre ellos el de los aficionados del club que presume ser la “la mitad más uno del país”.