"Lo agarré por necesidad": Rafael Inclán trabajó como botarga de tienda departamental
El famoso recordó que uno de sus primeros trabajos fue como botarga de una reconocida tienda departamental.

Rafael Inclán es uno de los actores más conocidos de México, quien tiene una larga trayectoria en el cine, teatro y televisión, sin embargo, antes de ganarse un prestigioso lugar en el espectáculo en nuestro país, el histrión realizó un trabajo que pocos imaginan.
En entrevista con Yordi Rosado, Rafael Inclán recordó los inicios de su carrera, la cual comenzó en el teatro, sin embargo, el famoso antes de debutar en un escenario tuvo que trabajar como Bolo, una reconocida botarga.
Te recomendamos: ¿No tiene dinero? Rafael Inclán revela que a sus 83 años no piensa en retirarse por esta razón
En la plática, Rafael Inclán contó que trabajar como una botarga no es tan fácil como parece.
“He sido hasta Bolo, el muñeco de nieve. Era una chin.., no creas que era a toda mad…”.

Rafael Inclán dijo que quién le recomendó el trabajo fue el actor Chato Padilla, mejor conocido como Jaimito el cartero en El Chavo del Ocho, quien fue su tío debido a que se casó con una de sus tías.
“El Chato Padilla, Jaimito el cartero, dijo: ‘están buscando gente para estas tiendas grandes que ponen personajitos’. Fui a ver a este señor y antes que nada me dijo: ‘es tanto de comisión y un pomo. Vas a ser muñeco de nieve. Te van a tener seis horas dentro jalando’”.
Entre risas, Rafael Inclán dijo que lo único que hacía era hablar con los niños y por medio de unas palancas mover el cuerpo de la botarga.
“Los niños lo único que decían era: ‘Bolo, hazme unos ojitos’ (y jalaba dos palancas), eso era todo y hablar”.

Finalmente, recordó que cuando trabajaba como botarga estuvo dentro de ella seis horas, por lo que le daba calor, aún más porque se encontraba dentro de una vitrina.
“Le tocabas al cabr… y le decías: ‘ábreme, me estoy mia…’, eran seis horas, en una vitrina con un calor. Tu entrabas por la puertita, te metías al aparador y decías: ‘hola, niños’ y venían los mismos niños. Lo agarré por necesidad”.
PJG
EL EDITOR RECOMIENDA



