"Iba a todo lo que daba": Teo González tuvo un fuerte accidente automovilístico con su familia
El famoso comediante habló sobre el incidente que vivió con su familia y el cual le ocasionó también problemas económicos.

Teo González estuvo en entrevista con Yordi Rosado y recordó la ocasión en la que tuvo un fuerte accidente automovilístico con su familia, esto cuando sus hijos aún eran pequeños. Tras el incidente, el comediante atravesó por un momento económico complicado.
El comediante relató que todo sucedió cuando se fue de vacaciones con su familia a Puerto Vallarta, pero cuando iban de regresó ocurrió el accidente.
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“Fuimos de vacaciones a Puerto Vallarta. Teníamos dos hijos, Teo el mayor y Marcelo, entregamos la habitación. Ya habíamos arrancado como dos o tres cuadras (…), nos regresamos, compramos unas tortas y arrancamos (…), traía a los dos niños atrás y a Lupita (su esposa) a un lado de mí”.
Teo González mencionó que él iba manejando en una carretera de dos carriles y en un momento un coche venía a toda velocidad, por lo que él con tal de esquivarlo trató de mover su coche a un lado de la autopista.
“La carretera no tiene acotamiento, solo es un carril de ida y uno de regreso, de aquí para abajo como una barranca de tres metros. Venía con mi carrito y de repente venía un carro rojo con blanco en su carril y antes de cruzarnos aparece a rebasar un Monte Carlo color rojo, porque lo vi enfrente de mí, iba a todo lo que daba. No se frenó ni nada y yo tenía los dos carros y me salí porque me hubiera pegado de frente, me mata y se mata”.

“Sentí el aire de lo pegadito que pasó. Cuando me salgo tratas de regresarte a la cinta asfáltica y luego lo pensé: ‘me voy de ladito y ya’, pero traté de regresar, a la hora que regreso el coche se me atraviesa y cuando quiero regresarlo el coche ya está del otro lado. La orilla de la carretera hay un pedazo de asfalto entre la tierra y eso me agarró y me sacó para abajo. El coche pega de cabeza, da una vuelta y vuelve a caer de cabeza”.
El comediante explicó que debido a que el coche cayó a un barranco, tras los golpes se rompieron las ventanas y su hijo más pequeño fue el primero en salir del auto, después su hijo mayor.
“En el primer golpe se rompieron el vidrio de atrás. Marcelo tenía nueve meses y se salió, dimos la segunda vuelta, Teo, mi hijo el mayor, se sale. Quedamos de cabeza y queda con los pies afuera, pero uno abajo del toldo. Yo de cabeza con vidrios en los brazos y Lupita (su esposa) quejándose de un dolor muy fuerte”.

Afortunadamente, un señor se bajó a ver cómo se encontraban y fue él quien los ayudó a llevarlos a una clínica.
“Al primero que veo es a mi hijo que está debajo del carro y trato de sacarlo, no puedo, su pierna la tiene fracturada. Veo que rápido se baja un señor y le digo que me ayude a levantar el auto para sacar a mi hijo y en lo que regreso ya Lupita tenía al niño, no sé si ella lo sacó, no sé qué pasó, pero tenía fractura de columna (Lupita)”.

“El niño trata de ponerse de pie y fue horrible cómo se le fue el pie (…), oí el llanto de Marcelo y dije: ‘está vivo, está llorando’. Me regreso entre 15 y 20 metros, encuentro el portabebés, le doy la vuelta y sin nada, una pequeña cortadita en el brazo. Lo agarro y me dice el señor que nos iba a regresar. Nos regresó, no había rayos X ni nada Trataron de acomodarle el pie al niño”.
Después de que los revisaran, tuvieron que regresar a Puerto Vallarta para así tomar un vuelo que los llevara a León.
“Le pedí un aventón al doctor y me dijo: ‘te cuesta tanto’, regresamos a Puerto Vallarta, tomamos un vuelo a León y ya nos recibieron en la clínica. Lo operaron al niño de su pierna, a Lupita una radiografía y le dijeron: ‘no se mueva, está a punto de quedarse paralitica’ y a mí me sacaron un vidrio del brazo como mes y medio después”.

Teo González señaló que tras el accidente se vio mal económicamente e incluso se endeudó y hasta un amigo le ofreció irse a vivir a una casa que no estaba amueblada, por lo que en un tiempo comieron en el piso y su mesa era una caja de cartón.
“Nos pegó en lo económico. Perdimos el carro, me endrogué con las operaciones (…), tuve que trabajar mañana, tarde y noche y lo único que tenía para vender el carro y no lo podía vender. Tuve que pedir prestado y trabajé como loco y pagué todo”.
PJG
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