Alejandra Guzmán y su pasión por la vida

CIUDAD DE MÉXICO.

Desde hace poco más de tres décadas el nombre de Alejandra Guzmán ha estado presente en el mundo de la farándula nacional, a veces por su trabajo, otras por la polémica que la ha acompañado de manera individual y familiar.

La hija de la actriz Silvia Pinal y el cantante Enrique Guzmán decidió, en 1988, convertirse en una estrella por méritos —y con brillo— propios. Así, la primogénita de este matrimonio tomó las riendas de su vida y eligió la música como el camino
a seguir.

Si bien su papá —uno de los precursores del rock and roll mexicano— fue una gran influencia para Alejandra, la época de los 80 y el movimiento rock en español fue lo que encendió la gasolina rockera que la Guzmán lleva en las venas. Figuras como Andrés Calamaro, Charly García, Soda Stereo, Maná y Caifanes, por mencionar algunos, marcaron el contexto musical y personal en el que la cantante creció. El mejor ejemplo es la canción Todo a pulmón, de Miguel Ríos.

“Me pasa que vivo esa letra, la estoy viviendo a diario. Sí se me hace difícil a veces el coraje, seguir con coraje, pues nada más tienes una luz y una escalera y un amigo por ahí que de vez en cuando ves. Esto es una carrera muy dura y hay gente que la ve como ‘wow ¡cómo viajas!’, de repente estoy harta del avión y de los vuelos.

“El chiste es llegar, pero seguir cargando ese equipaje, veo aquí el equipo y... (esto) es mi vida. Es una canción perfecta para todos los años que tengo en esta carrera, creo que es la que mejor me va, es como cuando te pones un saco hecho a la medida”, compartió la cantante en entrevista exclusiva con Excélsior.

Cuando Alejandra entra a su estudio para ensayar las canciones que cantará el 7 de septiembre en la Arena Ciudad de México, empieza la buena onda... y el perfeccionismo. “Desde el segundo verso”, dice la cantante después de que detiene el primer ensayo de Todo a pulmón. “Otra vez desde ahí... ¿no les digo?”, repite como si tan sólo estuviera tomando vuelo para que la tercera toma del ensayo del tema de Ríos hiciera enmudecer y estremecer a los presentes por la manera de interpretarlo.

La Guzmán no sólo canta con su voz, cuando encuentra el espacio donde su ésta brilla más, lo hace con las entrañas y el corazón. Así lo hizo con cada una de las canciones que, como la de Miguel Ríos —que reza “si volver es una forma de llegar”—, conforman su nuevo disco Alejandra Guzmán: Live At The Roxy, grabado en el emblemático foro de Los Ángeles, en donde se dio la oportunidad de hacer un homenaje a esta época que la marcó, recordar cómo vivía cada show a los que asistía y, por qué no, reinventarse una vez más.

“Trato de darles una nueva vida con mi voz, porque ya son éxitos, meterle ahí la personalidad y la ronquerota (sic) y los gritos es divertido, pero es un compromiso, y al final siempre me digo: ‘hazlo como si estuvieras viendo al artista, como lo hacías antes, acuérdate de esa Alejandra’. Eso lo logras si puedes quitarte tanta cosa que a veces uno se mete en la cabeza que no sirve para nada, creo que en la música siempre te tienes que reinventar, en la vida te tienes que reinventar para no morirte de aburrimiento.

“Me gusta salirme de la comodidad, del confort de lo cotidiano, lo logré gracias a que Sebastian Krys, quien es el productor, me vio a mí en el proyecto. Quiero disfrutarlo con la gente, porque no quiero que muera el rock, porque ese rock para mí, las letras tienen un encanto, romanticismo, poesía, todo lo que somos, que creo que eso sí se ha perdido un poquito; antes te mandaban un casete con esas rolas para enamorarte y esas son las cosas que hay en este disco, cosas que no voy a poder olvidar, esos recuerdos que se quedan”, agregó.

Su edad biológica marca 51 años, pero Alejandra se mantiene con la energía de la chavita de 20 que en 1988 se quería —y aún quiere— comerse el mundo a puños.

Para ella hay aún un camino largo en el que pueda recorrer el planeta en un barco, grabar un disco en el mar, andar encuerada sin que a nadie le importe, exponer su otro lado artístico, como pintora y, por qué no, volverse a casar. Éstas son sólo algunas de las cosas que la cantante de ojos brillantes aún tiene por cumplir. ¿Retirarse?, no está en sus planes.

“A veces busco lugares que me dejen ser libre y busco mucho las bahías de Huatulco, porque no hay gente, de vez en cuando uno por ahí, sí logras estar encuerado, feliz y que a nadie le importe, el ser libre dentro de todo este escándalo es lo que a veces me cuesta, pero sí me quiero comprar un yate o rentarlo e irme, e igual grabar un disco en el mar, invitar a un montón de gente a grabarlo ahí, a divertirnos, comiendo ceviche todos los días.

“Son cosas que quiero lograr y que voy a hacer. Ya hice lo de la serie (La Guzmán), no he hecho un libro, porque todavía me faltan años para escribirlo. “Sacar mis pinturas que nadie conoce, tengo muchas de muchos años, nunca las he expuesto, porque no me considero una pintora, pero eso sería algo interesante, cuando las veo sí digo: ‘ah, mira cómo andabas’, o a veces digo: ‘wow’.

“Casarme otra vez, la otra vez no más me duró un mes y fue de ‘ya, bye’, ni lo saboree; retirarme no sé, creo que la vida me diría que no, porque veo a mi mamá y a mi papá que siguen dándole”, indicó La Guzmán.

El dato

Alejandra Guzmán

“Tiene todo para ser más grande que yo”

Después de más de tres décadas en los escenarios, la polémica, los rumores y las declaraciones no son ajenas a Alejandra Guzmán. Ha aprendido a ‘capotear’ los cuestionamientos públicos relacionados con su vida personal.

El más reciente hecho en el que se ha visto involucrada es el problema familiar —que se ha hecho mediático— con su hija Frida Sofía. Pero Alejandra no duda en reconocer que su primogénita tiene lo necesario para brillar... incluso más que ella.

“Frida, sé que tiene oído absoluto, vi cómo hizo esa canción, conozco a Zach Hall, que es con quien la hizo, y por ahí los ayudé a hacer una estrofita, me dijo: ‘¿no me vas a cobrar regalías, verdad?’, y pues no, lo hago con todo el cariño. Siento que tiene todo para ser más grande que yo, pero siento que tiene que encontrar su personalidad y hacer su personaje así, como yo hice el mío.

“El problema de ser hijo de un famoso es ése, que tú encuentres tu esencia y que lo hagas, porque de por sí te comparan, le deseo lo mejor, me gusta mucho su voz y tiene un tesitura impresionante y oído absoluto, ella sabe tocar el piano y leer el pentagrama, cosa que yo no. Sé que ella tiene todo para ser una chingona, me gusta mucho su canción”, puntualizó.