Logo de Excélsior                                                        
Función

José María Yazpik es buen papá

A raíz de que el actor interpreta a un hijo abandonado en la obra de teatro ‘Cuerdas’, reflexionó sobre su rol paterno

Ana Luisa Castillo / Fotos: Selene Vargas | 09-07-2015

CIUDAD DE MÉXICO

Pese a que José María Yazpik nunca ha vivido una situación de abandonado familiar, la puesta en escena Cuerdas sí le genera un sentimiento especial. El actor, quien junto con Luis Roberto Guzmán y Osvaldo Benavides protagonizarán a partir de hoy esta obra escrita por la dramaturga mexicana Bárbara Colio, aseguró que el tema de la ausencia de la paternidad fue uno de los principales motivos para aceptar este nuevo reto.

Chema, este año ha sido para ti además de familiar algo muy lleno de trabajo pues después de Las oscuras primaveras ya estás a punto de estrenar la puesta en escena Cuerdas...

Efectivamente. El primer trimestre del año fue de cine justo con el estreno que mencionas Las oscuras primaveras y después comencé a trabajar en otras cosas hasta que se me dio la oportunidad de ensayar una obra muy padre que se llama Cuerdas.

Siempre te vemos muy activo, eso habla de que eres una persona muy trabajadora..

No tanto ¿eh? Soy huevón por naturaleza, por eso trato de escoger los proyectos. Por eso la faceta como productor me gusta mucho porque yo escojo mis tiempos, fechas, así puedo tener todo, desde estar con mi hija, hasta ver la Champions, hacer ejercicio, leer, tener tiempo para mí que es más importante que cualquier trabajo.

¿Ahora ya lo ves así? Te lo digo porque luego el tiempo nos hace madurar y priorizar nuestra vida...

Sí, claro. Generalmente así lo he hecho pero cuando tenía 20 años sí me angustiaba mucho pero igual si me ofrecían algo que no me gustara, no lo aceptaba. Me angustiaba porque decía: “igual y la estoy regando. No puedes tener 20 años y que te ofrezcan trabajo como actor y no aceptarlo” pero no pasó nada (risas), sigo aquí 20 años después.

Ahora que hablas de escoger los proyectos, escogiste un proyecto que es una obra de teatro, que ya se ha montado en diferentes partes del mundo y que ha tenido múltiples premios...

Sí, y que es de una dramaturga mexicana que eso es lo que me pone más contento aún. La obra se llama Cuerdas, es de Bárbara Colio, una dramaturga muy buena de Mexicali, es el viaje de tres hermanos, los cuales no tienen una relación muy sana que digamos, no es una familia unida y después de 30 años, después del abandono de su padre, les llega una carta del mismo padre quien es un funambulista (equilibrista) más famoso del planeta, diciéndoles que le acaban de detectar Parkinson y que se va a tener que retirar del funambulismo y que va a hacer su último show en una ciudad de Asia y que quiere que vayamos los tres hijos a verlo. Así es que es el viaje de esos tres hermanos que se reencuentran, hay comunicación entre ellos pero no muy buena. Se encuentran unos días antes de Navidad en el aeropuerto de la Ciudad de México para emprender este viaje y en este viaje se van cuestionando el por qué del abandono del padre, el por qué de la locura de la madre y el por qué de sus relaciones entre ellos y sus parejas. Todo es en tono de comedia, no se vayan a asustar. No vayan a pensar que es un dramón, no, no. Es una comedia pero es una comedia de esas que me gustan a mí, ácida, negra, que te confronta pero desde el humor, así es que es más fácil tragarlo.

Y más porque habla de un tema como es el abandono de la figura paterna que sin duda tocará fibras entre el público...

Sí, claro. Todos somos hijos de alguien, muchos somos padres, somos hermanos. En Un hombre ajeno quise hacer una reflexión sobre las relaciones amorosas, en esta es la reflexión sobre la familia, sobre mi familia, de cómo de repente podemos juzgar a nuestros padres y tener todas las herramientas para hacerlo y la relación entre padre e hijo que es la que más me importa ahorita.

¿Nunca has vivido el tema de cerca?

Digo, a mí no me han abandonado: mis papás siguen casados, cuando pudo haber un cierto abandono por parte de mi papá debido al trabajo, cuando se empezó a desintegrar la familia, mi mamá dijo: “vámonos de aquí” y nos fuimos a vivir a San Diego porque la familia se estaba desintegrando, no porque mi papá no quisiera estar con nosotros sino porque trabajaba todo el día, todo el tiempo; es gineco obstetra y de repente en mi cumpleaños o Navidad había un parto y tenía que ir a atender a las señoras, etcétera. Aquí el tema de la obra es que hay gente, creo yo que no está hecha para ser papá; no todos tienen esa habilidad y quería entrar en ese mundo yo viniendo de una familia que funciona dentro de la disfuncionalidad, porque todos tenemos algo de disfuncional, yo vengo de una familia muy unida, donde nos queremos, nos apoyamos, comemos todos los fines de semana y donde todo está bien.

¿De qué manera entendiste tu personaje y cuál haces?

Es que ese era justo el reto. Yo soy el mayor en la vida real y en la obra soy el hermano de en medio, el sándwich, y el que de repente pasó a ser nadie cuando nació el hermano más chico, al que no le ha ido bien en la vida, el único que no está casado, el que te tiene un trabajo mediocre, el que siempre ha vivido en la sombra de sus otros dos hermanos, entonces en lo que estoy trabajando en este personaje es en la debilidad.

¿Qué fue lo que te llamó la atención para aceptar la obra?

La verdad es que no tenía ni idea de lo premiada que era. Sabía que había ganado el premio de dramaturgia aquí en México pero la verdad es que no lo pensé. Cuando la leí, me pasa lo que me pasa cuando leo algo que me gusta me enamoro del texto en el primer instante.

Supongo que el que estés viviendo la paternidad en plenitud hizo que también te atrapara el tema...

Definitivamente y créeme que es muy divertido. Lo difícil es divertido, lo complicado también es llenar el teatro, me encanta clavarme en los diferentes tipos de universos que existen en la vida. Que los cuestionamientos de los personajes te lleven a preguntarte a ti mismo, eso es lo importante del teatro tanto para el actor como para el público. Los personajes son muy entrañables porque son tiernos y apuesto que además de reír van a terminar queriendo a estos personajes.

¿Qué te has cuestionado con esta obra?

Me cuestiono a cada rato todo. Si estoy haciendo las cosas bien en general.

Compartes el escenario con otros dos grandes actores y amigos tuyos, como son Luis Roberto Guzmán y Osvaldo Benavides...

Todo salió en una borrachera y de repente le digo a Toñito (Serrano), el director, “hace mucho que no trabajamos, hay que hacer algo” y a la semana me dijo que ya tenía una obra que me quería proponer, me la mandó, la leí y en seguida acepté.

Además del teatro, tienes varios estrenos pendientes en cine, uno de ellos, Mr. Pig...

Mr. Pig, sí; aún no sabemos con exactitud la fecha pero me encanta esa película porque hago al dueño de un rastro, un rastro de cerdos en Jalisco, es como un “mirrey” ranchero (risas). De esos personajes que se las dan de que ya fueron a París y nada más se toman la foto enfrente de la torre Eiffel.

Mencionabas al principio de la entrevista sobre esta faceta como productor, ¿qué tanto la disfrutas?

Me encanta. Aunque yo no hago mucho, más bien arranco del ego y me concentro en el personaje, iré a dos o tres juntas y ya. No me clavo mucho en ese papel porque puede ser medio incómodo estar en el set como actor y tomar decisiones como productor, como yo no produzco solo, sí prefiero que la gente que sabe más de eso que yo se encargue. Yo nomás junto a las personas y levanto los dineros.

¿Habrá algún proyecto en el que sólo participes como productor?

Puede ser, pero no ahorita.

hch

Te recomendamos

Tags

Comparte en Redes Sociales