Úrsula Camba Ludlow: Ecos de una Malinche sin voz

“La Malinche es, sin duda, la mujer más importante de la historia de México. Ni doña Josefa, la Corregidora, ni Leona Vicario ni la Güera Rodríguez ni Carmen Serdán (aunque se enojen nuestros más fervientes patriotas prófugos de la monografía y mártires de la cartulina) tuvieron el impacto que causó la mujer indígena”, afirma la historiadora Úrsula Camba Ludlow, quien publica una nueva aproximación histórica a este personaje dentro de la serie Los malos de la historia.

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Camba asegura que casi siempre los lectores buscamos que la historia nos devuelva una fotografía del pasado, como si fuera posible imprimir el momento del que se habla. “Pero, conforme pasa el tiempo y uno se mete en las fuentes y se adentra en esto, te enfrentas a la imposibilidad de conseguir esa fotografía nítida, y lo único que tienes son retazos, flashazos o pedacitos que te permiten construir un rompecabezas siempre borroso e incompleto, no sólo de la Malinche, Malintzin o doña Marina”, explica.

TÍTULO: Malinche

AUTORA: Úrsula Camba Ludlow

EDITORIAL: Crítica/Planeta, México, 2025; 178 pp

Lo cierto es que no existe una forma de acceder a sus palabras ni a lo que ella pensaba en el fondo, apunta, pues no dejó nada escrito. “Eso tampoco se puede hacer con muchos otros personajes de la historia, quienes no dejaron rastro, pues la gran mayoría no dejó nada escrito, y en esos casos sólo puedes intuir conforme a su contexto y a su circunstancia cuáles fueron sus móviles y sus motivaciones”.

LO QUE LA MALINTZIN QUISO CALLAR SE LO LLEVÓ A LA TUMBA

La también autora de Cara o cruz: Hernán Cortés asegura que en el fondo lo que hoy se sabe de Malintzin es lo que ella quiso decir, pero lo que quiso callar se lo llevó a la tumba, “y con eso hay que tejer y tratar de hilar lo más fino posible para tratar de recuperar sólo un eco de su voz”.

¿Por qué seguimos siendo tan duros con la Malinche?, se le pregunta a Camba Ludlow. “Por un lado, se construye este personaje malvadísimo en una coyuntura donde el mundo es profundamente machista, en el siglo XIX, porque así era. Ahora nos cuesta mucho entenderlo, pero si preguntamos a nuestras abuelas o bisabuelas, ellas no pudieron elegir ni siquiera al señor con el que se casaban o cuántos hijos debían tener, así que fue un momento en el que la mujer no tenía mucho margen de acción.

Por otro lado, está la construcción de un personaje en oposición al enemigo, ya que convenientemente, durante el siglo XIX, la Malinche fue perfilada como la malvada vendepatrias, la traidora y la gran malvada que, además, ¿qué casualidad?, es mujer y todo resulta conveniente”, expone.

Además, tal como lo dice Tomás Pérez Vejo, ‘una nación es sólo la fe en un relato’, apunta, “y aquí debemos recordar lo que nos contaron de niños en la escuela ¡y tú lo crees!, pero luego uno crece, revisa los personajes y se da cuenta de que no es tan así, tan blanco y negro, pues los seres humanos estamos llenos de contradicciones y ambivalencias, y los personajes de la historia son iguales”, asevera.

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