Logo de Excélsior                                                        
Expresiones

Juan Garaizabal, visualizar lo extraordinario

El artista español, creador de piezas monumentales que resignifican los espacios urbanos vacíos, prepara una obra para México

VIRGINIA BAUTISTA | 16-10-2022
Juan Garaizabal
Fotos: Cortesía Juan Garaizabal/ Fotoarte: Jesús Sánchez

CIUDAD DE MÉXICO.

La energía de lo que se fue y de lo que permanece, la memoria pasada y la pre­sente y los espacios vacíos de las ciudades inspiran las obras monumentales del artista visual español Juan Garaizabal (1971), en las que propone “una interco­nexión infinita” con la luz, el sonido, los textos, las pa­labras y el entorno.

Cada espacio es un reto. Mis obras están abier­tas permanentemente, en evolución. Siempre bus­co que, quien las vea, las complete con su mente, que tenga distintos grados de lecturas, que sumen, que sean parte de ellas. Es como esa visualización de lo extraordinario, de cosas que no existen”, afirma el escultor y grabador en en­trevista con Excélsior.

Tomo la energía de lo que se fue, de lo que pudo ser, y la reciclo. El reciclaje de energías es un regalo, se debe recuperar lo his­tóricamente significativo”, comenta desde Madrid, España, el autor de la se­rie Memorias urbanas, que nació en Bucarest, Ruma­nia, en 2007, y ahora está integrada por unas 18 es­culturas instaladas en di­versos países.

Garaizabal trabaja ac­tualmente en diversos pro­yectos: una serie de piezas para presentarlas en la fe­ria de arte contemporáneo ARCO de Madrid y distin­tas obras que lucirán en espacios públicos de París, Biarritz, en el foro de Basel de Miami, China y México.

Las grandes urbes son el terreno creativo de quien también ha experimentado con el dibujo, el videoarte y las instalaciones luminosas y acústicas.

La ciudad es el inven­to más impresionante del hombre, su obra cumbre, porque ha hecho posi­ble todo. Las ciudades, a su manera, tienen un gra­do de perfección sorpren­dente. Me domina esa sensación de amar a las urbes, siento ganas de for­mar parte de ellas, pienso en qué aportar, que hacer diferente para vivirlas”, confiesa.

Agrega que cada escul­tura tiene sus propios ele­mentos de complicación. “Hacer que una obra fun­cione en su entorno, como en la arquitectura, es algo excepcional. No trabajo con ideas previas; sé qué voy a proponer hasta que lo estoy construyendo. Y, hasta que no veo por dón­de va la obra, no sé en qué me estoy metiendo”.

El artista conceptual, que tiene obras en España, Francia, Italia, Alemania, Rumania, México y Esta­dos Unidos, entre otros, destaca que, para él, “es importante ser muy glo­bal, tener proyectos en muchos sitios; pero no tra­bajarlos precipitadamen­te, es complicado dar con los elementos correctos, que transmitan, que emocionen.

Me agrada explorar formatos diferentes; ex­perimentar diversas fa­cetas, tamaños y juegos. Independientemente de su tamaño, se debe ver la mo­numentalidad de una pie­za”, añade.

Sobre cómo lo nutre el uso de la luz y el sonido en sus obras, Garaizabal deta­lla que “la luz me aporta la capacidad de generar otro grado de poesía nocturna, de magia. La escojo más a menudo por las posibilida­des de hacer una obra para la noche, pues creo que suma un valor.

He trabajado menos el sonido y siempre lo he integrado junto con un componente humano. Por ejemplo, en Toledo hice una pieza que evoca las religiones judía, cristiana y musulmana, e incluí tres idiomas. Integro a mi tra­bajo también la música y sonidos como una gota de agua”, indica.

Sobre México, el escul­tor dice que “es un país del que quiero formar parte. Ahora hago una obra que tendrá plantas integradas. Producir en esta na­ción me aporta energía, su capi­tal es una ciu­dad muy viva y cálida.

He traba­jado mucho so­bre la plaza de Tenochtitlán, en un calmécac. Creo que sólo los asi­rios, los egipcios y los aztecas te­nían la elegancia de lo impráctico, ponían la belleza por encima de la comodidad. Soy un animal de las colonias Roma y Condesa. Me in­teresa mucho el espacio que ocupó el an­tiguo hipódromo; también intervengo lo artesanal, uso materiales como el ba­rro y recreo sus colores”, señala.

México le fascina, prosi­gue, porque “está repleto de sitios que tienen memo­ria, donde se observan las capas de grandeza pasada.

Esto es vital para mi propuesta; pues, para crear una obra, primero determi­no un tipo de dibujo en el aire e integro esas masas y energías del pasado”, ex­presa el artista.

En cada escultura tra­to de comenzar caminos”, concluye.

 

Si das clic en la siguiente imagen podrás ver nuestras galerías:

Visita nuestras Galerías

Te invitamos a ver nuestro contenido en redes de:

Opinion y Trending

 

Si das clic en la siguiente imagen podrás ver las noticias de última hora:

Visita nuestra Última hora

 

LECQ

Te recomendamos

Tags

Comparte en Redes Sociales