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Expresiones

Jonathan Minila a la caza de la conmoción

El narrador mexicano charló con Excélsior acerca de Alto contraste (UANL, 2018), su más reciente libro de cuentos

Mario Alberto Medrano | 13-05-2018
Jonathan Minila a la caza de la conmoción
Todo sucede aquí, Lo peor de la buena suerte y Ruido son otros títulos de Minila. Foto: cortesía Jonathan Minila

CIUDAD DE MÉXICO.

Alto contraste (UANL, 2018), nuevo libro del escritor mexicano Jonathan Minila, reúne 11 cuentos. A pesar de ciertas diferencias en extensión y estilística, cada una de las historias de este volumen muestra las obsesiones narrativas y estructurales del autor, así como el universo en el que los objetos y las personas logran una relación más allá de la cotidiano y natural, todo contado con el humor de un narrador que busca el otro lado del espejo de la realidad.    

El libro es una búsqueda y obsesión personal. La realidad, la existencia y las preocupaciones del ser humano son por momentos tan absurda que se vuelven cómicas, las propias peleas entre las personas, como la guerra entre países, son ocasionadas por cosas insensatas.

Lo que me gusta hacer con las historias es cambiar esas perspectivas, no verlo desde lo común y lo que nos parece lo real, sino desde un lado B de la realidad. Desde este ángulo es posible ver las cosas menos serias, aunque no pierde su seriedad, pero sí me gusta otorgarle un enorme sentido del humor para ir manifestando preocupaciones personales, de nuestra relación con los objetos, pero también las relaciones con los demás”, asegura el autor.

De entre los textos incluidos en Alto contraste, los más destacados por su capacidad de transformar la realidad y por sorpresivos, tanto en la forma como en el fondo, así como por el ingenio y la ironía, son Su nariz, Una vieja Xerox, Me recuerdas a no sé quién y Corte de garganta en una vieja peluquería

Los cuentos que se conjugan en Alto contraste se escribieron en diversos tiempos y ahora se combinaron en este libro. Por esa razón existen diferencias entre ellos, como, por ejemplo, la extensión, la contundencia o el manejo de la estructura y la narrativa. En estos cuentos pergeño el tipo de historia que a mí me gusta mucho contar, es decir, cuentos que parece que van por un lado, pero que en realidad te están contando otra cosa.

A mí los relatos me gusta narrarlos como un acto de magia; por un lado distraes al lector, pero por otro le dices algo distinto que lo obligue a detenerse en cada historia, que mastique lo que acaba de leer y que se cuestione en qué momento llegó la vuelta de tuerca, aunque ésta ya se va trazando desde algún punto del cuento. En realidad, son estrategias narrativas que me interesan mucho”, deja en claro Minila.

Al cuestionar al escritor sobre lo sensoriales y físicos que llegan a ser sus cuentos, el también promotor cultural afirma que una de sus intenciones es precisamente conmocionar al receptor. “En las historias que narro en Alto contraste quiero que el lector se sienta identificado no sólo con las anécdotas y los personajes, sino también con las sensaciones. Los cuentos se vuelven una forma de causar emociones, no sólo una parábola donde haya que analizar”, sentencia el también autor de Lo peor de la buena suerte.

“NO DEJÉ EL INBA, ME CORRIERON”

Como sorpresivo define Minila su despido como trabajador del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en marzo de este año.  “Yo fui subdirector de Literatura y Autores, de marzo de 2015 a marzo de 2018. Mis obligaciones eran supervisar todas las áreas, la programación de lo que se hace en Bellas Artes, los premios, los homenajes, las mesas que se realizan y lo que sucede en el interior de la República, grosso modo.

Yo no dejé el puesto, a mí me despidieron. Antes mi cargo lo tenía Epigmenio León Martínez, quien en 2015 salió inhabilitado de la institución. El nuevo titular —ya también despedido— me pidió que ocupara la subdirección, desde ese entonces el área estuvo en pleito legal, que Epigmenio ganó en enero de este año, y entre las cosas que solicitó estaba la restitución de su cargo.

Recibí dos visitas de un abogado de apellido Caravarin. Me dijo que Epigmenio ganó en los juzgados y tenía que volver al cargo, me pidieron que firmara mi renuncia, pero, me dijo ‘tal vez Geney  (Beltrán Félix, actual titular)te ofrece algo’, pero ya sería por honorarios, y ya se sabe el escándalo que se armó por el asunto de los honorarios del INBA. Ahí se comenzaron a torcer las cosas, pues el ofrecimiento era ocuparme de la edición de los todos los libros que salieran de la Coordinación de Literatura, pero cabe aclarar que no son muchas las publicaciones, se tenían contempladas 17.

El 27 de febrero me visitó el abogado. Me negué a firmar mi renuncia. Me dijo, ‘prácticamente tienes un día para salir: a casi todos los saco con policía, pero a ti no por tu buen comportamiento’. Me entregaron una carta de despido, por tal motivo estoy en proceso legal contra el INBA, por despido injustificado”.

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