Forja esculturas y emociones

Detrás de cada escultura que crea el artista Paul Nevin se esconde una emoción o un pensamiento que lo ha cimbrado. “No son temas, son cosas que pasan en mi vida. No trabajo con propuestas, sino que dibujo en un cuaderno esas ideas y sensaciones y tiempo después toman forma. Son necesidades emotivas e intelectuales”, comenta en entrevista con Excélsior.

Nacido en Bayonne, Francia, en 1949, Nevin, que ha vivido en España e Inglaterra y se estableció definitivamente en México en 1977, presenta la exposición Forjado en México, una especie de retrospectiva que reúne 30 esculturas de mediano formato, realizadas por el artista entre 1994 y 2022, a partir de hoy en la Galería 526 del Seminario de Cultura Mexicana.

Me fascina el metal. Me he identificado con él desde los años 80. Me gusta su dificultad para trabajar, su durabilidad, el hecho que viene de la tierra, el tiempo que uno se tarda en hacer la escultura, es un material que no admite tonterías y me agrada el color que los óxidos agarran”, destaca sobre esta muestra que se inaugura hoy, a las 12:00 horas, y permanecerá abierta hasta el 21 de mayo.

El egresado de la Universidad de Artes en el Maidstone College of Art agrega que procura no pintar sus esculturas para que luzcan toda la gama de óxidos. “No me gusta pintar y esconder sus cualidades”.

Detalla que conserva infinidad de cuadernos cerca de su cama, para dibujar las ideas que le llegan. “Sobre todo en la noche, no sé si porque hay mayor tranquilidad. Llegan de repente, como los poemas. De hecho, mi maestro Henry Moore decía que la escultura era poesía en tres dimensiones.

Los cuadernos son como un diario para mí. Los abro cotidianamente, me agrada releerlo, porque también escribo textos, y repaso las cosas que he hecho, pues tardan en tomar forma, en convertirse en escultura”, dice.

Nevin confiesa que no sabe si posee un estilo definido o si su lenguaje ha tenido una evolución. “De lo que sí estoy seguro es de que siempre he sido yo”, aclara.

Quien ha presentado unas 25 exposiciones individuales y 55 colectivas, en diferentes museos y galerías de España, Francia y México, señala que se quedó en nuestro país porque lo impactó el arte prehispánico.

Añade que la curaduría de la muestra es del arquitecto Felipe Leal y que retiraron tres obras porque el espacio es reducido. “Cada pieza requiere una burbuja existencial”, indica el artista que vive en San Miguel de Allende.

En 2016, el Instituto Cultural Cabañas, en Guadalajara, Jalisco, realizó una exposición retrospectiva donde también presentó su libro La puerta falsa. El escultor ingresó a la Academia de Artes el 1 de marzo de 2019.

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