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Expresiones

Elogian prosa crítica de Edgar Allan Poe

Circula en México el primer volumen con ensayos, reseñas y artículos dispersos que escribió el autor estadunidense

Juan Carlos Talavera | 30-04-2019
Ilustración: Horacio Sierra

CIUDAD DE MÉXICO.

Con la publicación de Edgar Allan Poe. Ensayos completos I, la editorial Páginas de Espuma revela la faceta como ensayista del autor estadunidense.

En dichos textos, Allan Poe (1809-1849) escribió un análisis meticuloso sobre su poema El cuervo, críticas agudas sobre su oficio, señalamientos a la intelectualidad británica de su tiempo y sobre el rol de la crítica literaria que encumbró a viejos bestsellers.

Poe publicó su prosa crítica desde 1835 –a los 26 años–, y hasta su muerte.

Lo más asombroso de este ejercicio crítico en sus textos es el gran dominio literario y bien informado que tenía sobre la producción literaria de la época.

Como se ve, el mundo periodístico no le era nada ajeno, y en él polemizó, ensalzó, atacó y hasta creó proyectos de publicaciones, como una que diseñó en Pensilvania”, dice a Excélsior el escritor y traductor español Antonio Rivero Taravillo.

Es cierto que Allan Poe tenía conocimientos pasmosos no sólo sobre la tradición de la lengua inglesa, sino también de otras literaturas, por ejemplo, la española y estaba muy al corriente de lo que se publicaba en la Inglaterra de su época y fue temprano celebrador del talento de Charles Dickens, sin ir más lejos”, añade.

Y explica que esta compilación contará con tres tomos en total, los cuales sumarán un elevado número de páginas, “dada la cantidad de ensayos y reseñas que Poe escribió. Los hay sobre autores célebres y también sobre otros hoy desconocidos y no por ello menos interesantes”.

¿Diría que estos textos críticos fueron un pasatiempo, una manera de ganar dinero o un ejercicio para plasmar sus reflexiones sobre ciertos temas? “Fue un poco de todo eso, pero fundamentalmente se convirtió en la manera de ganarse la vida. A menudo con privaciones, con algunos descalabros empresariales, Poe se dedicó al periodismo literario, y con esta labor a destajo pudo cumplir con dos objetivos: procurarse unos ingresos y dar rienda suelta a sus preocupaciones literarias”.

¿Qué revelan estos ensayos? “Que todo gran escritor es a su vez un crítico, de manera explícita o no. Poe lo fue al por mayor y en sus juicios nos revela mucho de sus propios gustos e intereses. No leeríamos hoy a un crítico de la primera mitad del XIX si los méritos propios como escritor de obra original no avalaran sus opiniones y al mismo tiempo dialogaran con estas”.

HACER DINERO

Rivero Taravillo explica que en estos volúmenes se compilan textos que Poe escribió sobre autores conocidos y otros no tanto, como: Charles Dickens, Elizabeth Barrett, Daniel Defoe, Henry Duncan, Eurípides y Thomas Moore, entre otros.

¿Cómo fue que Poe logró acumular un conocimiento tan enciclopédico y mantenerse actualizado en una época donde era difícil estar al día en las novedades editoriales? “Fue un lector incansable, un estajanovista avant la lettre. Bebía, se dio a excesos, Y al mismo tiempo, vivió siempre entregado a su vocación, que era a su vez su destino. Estuvo bien que fuese expulsado de West Point, en lo que él se esforzó cuanto pudo. El ejército estadounidense perdió un oficial mediocre y la literatura ganó un genio”.

¿Por qué Poe era un observador severo con la crítica literaria de su tiempo? “Porque fue un inconformista nato, que es condición sine qua non para el gran artista. Siempre puso en tela de juicio las opiniones y creencias recibidas, así fueran sobre los problemas de la prosodia o sobre el prestigio de determinados autores”.

Por último, el ensayista y biógrafo de Luis Cernuda, refirió el ensayo Filosofía de la composición, donde Poe desmenuza la elaboración de El cuervo y afirma que no hay accidentes en la cocina literaria.

Ahí Poe exagera. No parece verosímil tal nivel de planificación y tan fría toma de decisiones. Lo cierto es que pone el foco en algo que suele olvidarse por el escritor menos consciente: que hace falta oficio, técnica, que la literatura no es la mera expresión de ideas o sentimientos sino una construcción de palabras donde se deja poco al azar. Mejor dicho: sobre el azar, de lo que podríamos llamar inspiración, hay que imponer el orden, ejercer un control, pues el mismo caballo puede desbocarse si no se controlan sus riendas o llevarnos donde queremos si sabemos montarlo.

¿Qué opina sobre las ideas de Poe en torno a la necesidad de hacer una lectura total del texto en un momento donde se lee de forma fragmentaria? “Es cierto que hace falta recuperar la concentración en un mundo en el que las distracciones abundan. El efecto acumulativo tiene su importancia, y la dispersión tiene como consecuencia una de las cosas que arruina el efecto que pueda tener la obra: la creación de una atmósfera envolvente”.

¿Coincidiría con la manera como Poe señala la efectividad de un poema largo, donde incluso asevera que la Ilíada pudo no ser un poema popular? “Sí, estoy de acuerdo, y más desde la perspectiva actual. Lo extenso es el fondo de un paisaje en el que nos importan más los detalles, el trazo fino que el grueso. Tendemos a seleccionar, y de hecho la literatura es eso: una selección y por ende no esperamos que en una novela se nos cuente todo”, dice.

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