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Expresiones

El búho, salvado en versión digital; revivirá el Museo del Escritor

Lanzan la segunda convocatoria del Premio de Periodismo Cultural que lleva el nombre del autor de 'El gran solitario del palacio', René Avilés Fabila

Virginia Bautista | 21-06-2019
Fotos: Archivo Excélsior

CIUDAD DE MÉXICO.

La digitalización de los 696 números del suplemento cultural El Búho, que el escritor y periodista René Avilés Fabila (1940-2016) dirigió en Excélsior del 15 de septiembre de 1985 al 10 de enero de 1999, es una de las prioridades de Rosario Casco Montoya, la viuda del narrador que custodia su legado.

Con un logotipo diseñado por el escultor Sebastián, El Búho echó luz cada domingo al quehacer cultural del país no sólo reflexionando sobre libros, teatro, música, cine o pintura, sino también sobre política cultural, urbanismo, antropología, sociología, historia y medicina.

Además, presumía el novelista y cuentista, el suplemento contó, durante los 13 años y medio que se publicó, con la colaboración de cien artistas plásticos, entre los que destacan Raúl Anguiano y José Luis Cuevas, quienes dieron vida a unas 250 obras, con las que posteriormente se integró la exposición Los búhos de El Búho.

Esta publicación, que en 1990 ganó el Premio Nacional de Periodismo Cultural, que Avilés recibió de manos del entonces presidente Salinas, recuerda Casco, constituyó el mejor trabajo del autor en materia de periodismo cultural, “un ejercicio que él amaba y nunca dejó”.

Sobre El Búho, prosigue, él decía que contó la historia de “un grupo de periodistas y pintores que emprendieron un venturoso vuelo cultural”.

 

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El 15 de septiembre de 1985 nació el suplemento El Búho.

 

En entrevista, quien fue durante 56 años esposa del narrador detalla que le interesa digitalizar el suplemento, porque al también ensayista le hubiera gustado que cohabitaran en el ciberespacio sus dos grandes publicaciones culturales.

Al cerrar el ciclo del suplemento de Excélsior, publicamos una revista mensual, El universo de El Búho; hicimos 200 números. Los primeros 139, en formato impreso, incluso regalábamos cada mes cinco mil ejemplares. Los últimos 61 ya fueron digitales, pues no teníamos recursos para imprimirla. Cerré la revista en 2017, tras su muerte, pero está toda digitalizada”, agrega.

La promotora cultural admite que sería fabuloso que también se digitalizara el suplemento El Búho, del cual tiene la colección completa, en seis tomos encuadernados. “Su digitalización es complicada por el tamaño. Pero, si logro apoyo financiero, valdría la pena salvaguardar íntegra esta colección y que la conozcan las nuevas generaciones”, añade.

UN PREMIO, UN HOMENAJE

Al observar, con las experiencias anteriores, cómo desaparecen las publicaciones culturales, por falta de presupuesto o espacio, y el escaso reconocimiento que tienen sus hacedores, Casco y un grupo de universidades lanzaron el año pasado el Premio Nacional de Periodismo Cultural Avilés Fabila, que rinde homenaje al autor de El gran solitario del palacio y revalora “una de sus facetas menos conocidas”.

La primera edición del galardón, que otorga 25 mil pesos al primer lugar en cuatro categorías —nota en prensa impresa, en publicación digital, en radio y televisión— y 50 mil pesos a un periodista de reconocida trayectoria, recibió 121 trabajos, 4 % dados a conocer en digital, y 26% en impreso, destaca.

Para esta segunda edición pulimos la convocatoria, pues algunas categorías causaban confusión. Ahora quedó nota en prensa escrita, digital, televisiva y radial, y no nota y proyecto, como decía antes. No se entendía.

La nota puede estar escrita en el género que quieras: crónica, reportaje, entrevista, crítica, columna de opinión. Ya no hay fronteras entre los géneros, literatura y periodismo están muy mezclados, muchos transitan del periodismo a la literatura. Eso es lo maravilloso”, indica.

Convocado por la Secretaría de Cultura local, el Club de Periodistas de México, la Escuela Carlos Septién y las universidades Autónoma Metropolitana, Autónoma Nacional de México, la Juárez Autónoma de Tabasco y la Benemérita Autónoma de Puebla, la segunda edición del premio está abierta y cerrará el 31 de julio. “Creamos el reconocimiento para conmemorar a René, por lo que se entregará el 9 de octubre, fecha de su muerte. Pero también para revalorar a los periodistas como creadores de la cultura”, dice.

 

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El 10 de enero de 1999 salió el último número del suplemento.

 

MUSEO, ¿A LOS PINOS?

Otro de los pendientes de Casco es encontrar sede para el Museo del Escritor, que el autor de Tantadel formó durante su última década de vida, para el que logró reunir mil 500 objetos personales de 250 escritores, pero no pudo establecerlo. “Les voy a proponer a las autoridades del Complejo Cultural de Los Pinos que lo reciban. Ya es un museo con su guion curatorial, está formado, listo, y vale la pena que las piezas que los escritores le confiaron a René sean admiradas por los mexicanos”, señala.

Una tercera parte de este acervo de objetos, muebles, cartas, libros dedicados, fotos y documentos fue recibida por la entonces delegación Miguel Hidalgo, en cuyo Faro del Saber Bicentenario se
inauguró el 6 de diciembre de 2011, pero no pudieron mantener el espacio.

Entre los objetos personales que posee el museo destacan el saco y la boina del narrador Edmundo Valadés. El guion propone, por ejemplo, el montaje de una pequeña oficina dedicada al autor de La muerte tiene permiso, en la que se exhiba su escritorio, su máquina de escribir, su teléfono, algunos de sus libros, una fotografía, sus lentes, su cartera con documentos y billetes, su pasaporte y tres caricaturas.

También se resguarda la mesa de la sala de juntas del mítico Centro Mexicano de Escritores, donde sesionaron creadores de la talla de Francisco Monterde, Juan Rulfo, Jorge Ibargüengoitia y Juan José Arreola.

El Museo del Escritor incluye, destaca Casco, obras autografiadas, en primeras ediciones, de Mario Vargas Llosa, Pablo Neruda, Carlos Fuentes, Rubén Bonifaz Nuño, José Vasconcelos, Alejo Carpentier, Ernesto Sábato y Julio Cortázar.

TAMBIÉN LA BIBLIOTECA

De recibirlo, en Los Pinos deberán contemplar un lugar aparte para la biblioteca del escritor, que integra unos 30 mil ejemplares. Sería una oferta espectacular para sus visitantes”, considera quien en breve establecerá contacto con las autoridades del recinto. Finalmente, adelantó que este año publicará en España una antología de las minificciones de Avilés y que prepara una antología personal de sus cuentos cortos.

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