¡Explora las profundidades! Dónde y cómo se menciona el infierno en la Biblia

El concepto del infierno ha fascinado, aterrorizado y motivado reflexiones teológicas durante siglos. En la Biblia aparecen términos, imágenes y pasajes que aluden a un lugar o estado de destino para “los impíos” o “los rebeldes”, pero ¿dónde exactamente se habla del infierno en las Escrituras? 

Aunque muchos dan por sentado que la palabra “infierno” aparece en casi todo el Nuevo Testamento, la realidad es que se utilizan varios términos que requieren interpretación cuidadosa. 

Como avisan varios estudios, la Biblia no siempre usa “infierno” en el sentido moderno de fuego eterno, lo que nos lleva a entender el trasfondo. ¿El Diablo también está presente en este lugar? 

¿Hay mención del infierno en la Biblia? 

En el Antiguo Testamento se usa el término hebreo “Sheol” para indicar la morada de los muertos, sin que necesariamente implique castigo eterno o fuego. Es un recinto común y no siempre se distingue entre justos e injustos. 

Por ejemplo, en Salmo 9:17 se dice: «Los impíos serán arrojados al Sheol» (o “infierno” en algunas traducciones). Esa visión refleja un estado más bien de ausencia de vida (o de relación con Dios), más que tormento específico.

Es importante comprender que cuando leemos “infierno” en algunas traducciones del Antiguo Testamento puede que esté traduciendo Sheol, lo que conlleva distintas implicaciones que el concepto posterior del “fuego eterno”.

¿Se menciona el infierno en el Nuevo Testamento?

En el Nuevo Testamento se emplean principalmente dos términos griegos: Hades y Gehenna. Hades es el equivalente griego de Sheol y aparece como “muerte” o “sepulcro” de los muertos. 

Este término no siempre connota castigo, pero sí un estado intermedio o de espera. Por su parte, Gehenna deriva del valle de Hinón (Valle de Hinnom), que en el Judá tardía era símbolo de castigo y destrucción. 

Por ejemplo, Jesús utiliza Gehenna en Mateo 5:22 cuando dice que el que dice “fatuo” será “culpable del fuego de la Gehenna”. La Biblia sí habla del infierno – aunque el término exacto “infierno” puede ser traducción de distintos conceptos –, por lo que investigar los términos originales y su contexto es clave.

Algunos de los pasajes más citados incluyen Mateo 25:46: “E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”. Otro es Apocalipsis 21:8: “Mas los cobardes e incrédulos… tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre; esta es la muerte segunda.” 

Estos textos muestran que la Biblia presenta imágenes fuertes del “infierno” o castigo, aunque con matices (eterno castigo, lago de fuego, separación de la presencia de Dios).

¿Cómo define la Biblia el infierno?

El infierno bíblico aparece ligado a la idea de castigo, justicia divina, separación de Dios o destrucción. La Biblia dice que los que no obedecen al Hijo tendrán “ira de Dios” (Juan 3:36). En Mateo 10:28 se afirma: “Temed más bien al que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”. 

Así, el infierno no es solo fuego o sufrimiento físico, sino una condición de exclusión de la relación con Dios, un estado que tiene consecuencias eternas. Varias traducciones lo expresan como “castigo eterno”, “muerte segunda”, “lago de fuego”.

Las Escrituras utilizan varias metáforas para ilustrar el infierno: fuego no apagado, gusano que no muere, oscuridad de afuera, tormento. Por ejemplo, Marcos 9:48 habla del “gusano que no muere y fuego que no se apaga”. 

En Mateo 13:42 se menciona “serán echados al horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes”. Estas imágenes dramáticas ayudan a entender la gravedad del destino bíblico, aunque también han generado diferentes interpretaciones.

El infierno en la Biblia también funciona como advertencia moral, recordatorio de que las decisiones importan y de que hay consecuencias. De este modo, la mención del infierno no solo aborda el “dónde” del más allá, sino el “por qué” de vivir conforme a ciertas enseñanzas.

En Hebreos 9:27 se afirma: “Está establecido que los seres humanos mueran una sola vez y después venga el juicio”. Por tanto, la Biblia presenta el infierno tanto como realidad como metáfora, con múltiples capas de significado: existencial, moral y escatológica.