Arte y tecnología en los 20 años de Zona Maco
La feria de arte Zona Maco, la más importante de América Latina, congregó 81 mil visitantes, de acuerdo con sus organizadores.

La feria de arte Zona Maco, la más importante de América Latina, congregó 81 mil visitantes, de acuerdo con sus organizadores, y en general hubo buen ánimo de venta entre los galeristas consultados.
Obras realizadas a partir de la tecnología tuvieron marcada presencia en la edición del 20 aniversario de este encuentro, considerando que la primera iniciativa de Zélika García, su directora, fue en 2002 bajo el nombre de Muestra 1.
Por ejemplo, la apuesta de uno de los expositores fue colgar solamente obras creadas con inteligencia artificial. Imágenes de un cierto desastre o carreteras sin fin que, sin embargo, son alimentadas con trozos de la realidad.
Recorriendo los pasillos podía encontrarse que se repetía la sustitución de lienzos por pantallas. Incluso en un circuito cerrado de televisión, dentro de lo que parecía ser una cámara en realidad se mostraba al sujeto vigilado, quien precisamente fue captado al momento de apagar el artefacto. El comprador podía llevarse la instalación completa de Rafael Lozano-Hemmer o solo una foto del protagonista de la escena.
Sin embargo, la pintura también estaba ampliamente representada. La oferta fue de más de 200 expositores, entre galerías de Asia, Europa, Estados Unidos y América Latina, que mostraron arte contemporáneo, arte moderno, diseño, antigüedades, fotografía y publicaciones editoriales.
En el horizonte de ese viaje se podían hallarse escenas melancólicas, como la impresión digital ‘Ausencia’, de la danesa Lise Johansson; otras ligeras y llenas de color, como la escultura ‘Love’, del estadounidense Robert Indiana; comentarios políticos; caras y retratos icónicos, como el de Marilyn Monroe, e instalaciones monumentales, lo mismo de acero que de tela.
Menos contemporáneos podían encontrase esos documentos pictóricos que nos heredó José María Velasco del Valle de México, dibujos de Frida Kahlo o cuadros de Siqueiros.
También había comentarios o interpretaciones actuales sobre obras clásicas, como el ‘Nacimiento de Venus’, de Botticelli, o ‘Las Meninas’, de Diego Velázquez.
Algunas galerías optaron por lo orgánico, ofreciendo, por ejemplo, fotografías de un paisaje de Sudamérica intervenido con textiles que remiten a la herencia autóctona.
¿Los precios? Podía adquirirse ‘Bailarines desnudos’, una escultura en bronce de poco menos de 30 centímetros del colombiano Fernando Botero por 780 mil dólares, alrededor de 13.5 millones de pesos, o por 1.5 millones de dólares, alrededor de 26.5 millones de pesos, ‘Mujer y pájaro’, que Joan Miró pintó al óleo sobre un pedazo de costal.
También había una sección de obras de menos de cuatro mil y otra de menos de tres mil dólares.
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