7 frases potentes del Diario de Ana Frank

A 95 años de su nacimiento, repasamos su biografía y parte de su diario, uno de los retratos literarios más sorprendentes sobre el cautiverio y la esperanza ante la crueldad nazi durante el Holocausto. 

thumb
7 frases potentes del Diario de Ana Frank. Foto: annefrank.org

Annelies Marie “Anne” Frank, conocida en español como Ana Frank, fue una joven judía alemana cuya vida quedó inmortalizada en uno de los documentos más conmovedores del siglo XX: su diario personal.

Este diario, escrito mientras se escondía de la persecución nazi, ha llegado a millones de personas en todo el mundo y se ha convertido en una de las obras literarias más significativas sobre el Holocausto.

A 95 años de su nacimiento, repasamos su biografía y parte de su diario, uno de los retratos literarios más sorprendentes sobre el cautiverio y la esperanza ante la crueldad nazi durante el Holocausto. 

TE RECOMENDAMOS: Publican por primera vez la versión completa del diario de Ana Frank

¿Quién fue Ana Frank?

Ana nació el 12 de junio de 1929 en Frankfurt, Alemania. Su familia, compuesta por sus padres Otto y Edith, y su hermana mayor Margot, huyó en 1933 a Ámsterdam para escapar del creciente antisemitismo tras la llegada de Adolf Hitler al poder.

Allí, Otto Frank fundó un negocio exitoso, y la familia intentó rehacer su vida. Sin embargo, la tranquilidad se quebró en 1940 con la invasión alemana de los Países Bajos.

En julio de 1942, cuando Margot recibió una orden para presentarse en un campo de trabajo nazi, la familia Frank se ocultó en un anexo secreto en la empresa de Otto.

thumb

En este refugio, compartido con la familia Van Pels y el dentista Fritz Pfeffer, vivieron escondidos durante más de dos años.

Durante este periodo, Ana, que tenía 13 años de edad cuando entraron en el escondite, comenzó a escribir un diario, inicialmente como una forma de desahogo y acompañamiento personal.

¿Por qué decidió escribir Ana Frank su diario?

Sin embargo, al escuchar en la radio una convocatoria para recopilar testimonios de guerra, Ana empezó a reescribir y editar sus textos, con la intención de que fueran publicados en el futuro.

El diario no sólo narra las dificultades cotidianas del encierro, sino también los pensamientos, sueños y temores de una adolescente en medio de una tragedia.

Además, Ana reflexiona sobre su identidad, la relación con sus padres, su atracción por Peter van Pels y el deseo de ser escritora.

El 4 de agosto de 1944, tras una denuncia anónima, la Gestapo allanó el escondite, por lo que Ana, su familia y sus compañeros fueron arrestados y enviados al campo de concentración de Westerbork y luego deportados a Auschwitz.

thumb

En octubre, Ana y Margot fueron trasladadas a Bergen-Belsen, donde murieron de tifus en marzo de 1945, pocas semanas antes de la liberación del campo.

Otto Frank fue el único sobreviviente de la familia.

Tras la guerra, Miep Gies, una de las personas que ayudó a ocultarlos, entregó a Otto los escritos de Ana y en 1947 se publicó por primera vez El Diario de Ana Frank, que desde entonces ha sido traducido a más de 50 idiomas.

La casa de Ámsterdam donde se escondieron es hoy un museo que recibe miles de visitantes al año.

TE RECOMENDAMOS: El diario de Ana Frank sigue vigente 75 años después de su muerte

7 Frases inolvidables del diario de Ana Frank

A continuación, algunas de las citas más poderosas que Ana escribió en su diario, las cuales siguen inspirando generaciones y mantienen viva su voz:

  • No se nos permite tener nuestra propia opinión. La gente quiere que mantengamos la boca cerrada, pero eso no te impide tener tu propia opinión. Todo el mundo debe poder decir lo que piensa.
  • Toda persona tiene dentro de él algo bueno. La noticia es que usted no sabe lo grande que puede ser. Cuando se puede amar, ¡Cuánto se puede lograr!
  • No pienso en la miseria sino en la belleza que aún permanece.
  • Escribir un diario es una experiencia muy extraña para alguien como yo. No sólo porque yo nunca he escrito nada antes, también porque me parece que más adelante ni yo ni nadie estará interesado en las reflexiones de una niña de trece años de edad.
  • ¡Qué maravilloso es que nadie tenga que esperar un instante antes de comenzar a mejorar el mundo!
  • Es difícil en tiempos como estos pensar en ideales, sueños y esperanzas, sólo para ser aplastados por la cruda realidad. Es un milagro que no abandonade todos mis ideales. Sin embargo, me aferro a ellos porque sigo creyendo, a pesar de todo, que la gente es buena de verdad en el fondo de su corazón.
  • Qué ciertas fueron las palabras de papá cuando dijo: todos los niños deben cuidar de su propia educación. Los padres sólo pueden dar buenos consejos o ponerlos en el camino correcto, pero el final la formación del carácter de una persona se encuentra en sus propias manos.