40 años sin Michel Foucault: una obra abierta y en movimiento

Hoy Michel Foucault (1926-1984), más que un autor, es un archivo”, afirma sin dudar el investigador argentino Edgardo Castro sobre el filósofo, historiador y psicólogo francés, uno de los pensadores más importantes del siglo XX, cuyo 40 aniversario luctuoso se conmemora el próximo 25 de junio.

Foucault es todavía un escritor por explorar. No sabemos aún todo lo que ha dicho, ni es un autor sobre el que se puede poner el punto final”, comenta en entrevista con Excélsior desde Buenos Aires.

Cuando decimos que un pensador ingresa a la dimensión de archivo, nos referimos a dos cosas: qué dijo y qué puede decir todavía en relación con nuestra actualidad. Hoy, la de Foucault es una obra en movimiento”, agrega.

El doctor en Filosofía por la Universidad de Friburgo (Suiza) destaca que el autor de libros fundamentales como Vigilar y castigar, Las palabras y las cosas e Historia de la sexualidad conectó su interrogación filosófica con su actualidad.

No es un historiador de la filosofía en el sentido clásico. Su obra no trata simplemente de establecer qué dijo Kant, qué dijo Hegel o Nietzsche, sus maestros alemanes. Sino qué le decían ellos en relación con su actualidad”, explica.

El especialista detalla que se pueden distinguir tres etapas en los escritos de Foucault. “Una son sus libros clásicos, los que leíamos en la universidad, los que él publicó en vida. Sus títulos se traducían al español en meses, los teníamos disponibles. Hubo una lectura académica de Foucault, pero también una lectura militante”.

Narra que, a pesar de que el teórico social dejó establecido en su testamento que no quería ninguna publicación póstuma, continuaron saliendo a la luz numerosos libros que reúnen sus conferencias, apuntes de cursos y notas de trabajo; y que incluso aún existen textos inéditos.

Después vino otra etapa: la de los cursos en el Colegio de Francia. Comienza en 1997 y termina en 2015. Son cursos que Foucault dictó entre 1971 y 1984, excepto 1977, que se tomó como sabático”, agrega.

El autor de Pensar a Foucault (1995), Lecturas foucaulteanas. Una historia conceptual de la biopolítica” (2011) e Introducción a Foucault (2014), que acaba de relanzar Siglo XXI en una edición ampliada y actualizada, asegura que ahora comienza otra etapa.

Es la publicación, por el momento parcial, del material que se encuentra en la Biblioteca Nacional de Francia, la mayoría, y en el Instituto para la Memoria de la Edición Contemporánea (IMEC).

En el primer recinto hay unas 37 mil páginas. Ahí está un libro muy relevante, El discurso filosófico, que aparecerá en Siglo XXI a finales de este año en español. Además de La cuestión antropológica, que también se publicará a mitad de este año en el mismo sello”, adelanta.

El investigador y catedrático advierte que, además de lo anterior, hay algo que es tan relevante que, cuando salga a la luz, muchas cosas deberán ser reescritas.

Es una serie de cuadernos, unos 30, una especie de diario intelectual que Foucault escribió desde 1961 hasta sus últimos días. Ahí registraba sus lecturas, sus preguntas y sus reflexiones”, añade.

Dice que está previsto que aparezca un tomo amplio sobre la cuestión de la sexualidad, otro sobre la penalidad y un volumen extenso con las entrevistas radiofónicas y televisivas
de Foucault.

El especialista en la obra del filósofo galo señala que los temas que abordó, como el poder, la sexualidad, la penalidad, la enfermedad mental, el sistema de salud y los excluidos,
son actuales.

Uno de los tópicos en los que Foucault se ha vuelto más vigente es su afirmación de que en el centro de la política está la cuestión de los cuerpos. Lo vimos en la pandemia. Su célebre tesis de la biopolítica, que plantea como el objeto de la política moderna a la vida biológica de los humanos, quedó totalmente de manifiesto”, advierte.

¿Qué imagen me queda de Foucault?”, se pregunta Castro. “De alguien para quien la vida era la biblioteca y la lectura constituía su modo de vida”, se responde.

Y comenta que, además de la edición de sus libros, avanza en su trabajo personal, que es “la recepción foucaultiana de la filosofía clásica alemana”.

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