The Rasmus: noche de Weirdos
El grupo cerró su gira mundial con un show memorable en el Velódromo Olímpico de la Ciudad de México

Hasta el álbum Dead Letters (2003), The Rasmus sólo era una banda de nicho en Finlandia. Ellos tenía su propia escena inspirada por el goth, como en Estados Unidos comenzaba a popularizarse con My Chemical Romance, entre otras bandas. In The Shadows los puso al nivel mainstream de este lado del charco.
Una mayoría de la gente que llegó al Velódromo Olímpico el sábado por la noche estaba cumpliendo el sueño de verlos por primera vez, porque quizá en ese entonces eran estudihambres, muy jóvenes o ni locos tuvieron la oportunidad de ir a verlos tantas veces que vinieron al extinto Salón 21, al Auditorio Nacional y, quizá el más importante, al Hard Rock y más foros.
Son unos consentidazos de esta ciudad, sobre todo con las morras, enamoradas totalmente de lo buena onda que son Laurie (vocal), Eero Heinonen (bajo), Aki Hakala (batería) y, la más nueva integrante de la familia, Emilia (guitarra), quien entró tras la salida de Paulie en 2022.
Estética darks para Rest in Pieces y Guilty. ¿Qué ha cambiado a lo largo de estas dos décadas? Realmente sólo el paso del tiempo, muchas de las personas que llegaron al venue vestían completamente igual, se maquillaban como lo solían hacer y llevaban la simbología del grupo tatuada en la cara.
Eso es lo chido de todas esas escenas que han renacido con el paso del tiempo, jamás cayeron ni se dejaron sepultar por los prejuicios. Alguno que otro grito para motivar al público, por supuesto nombran al país, diciendo cuánto los aman y jugando con todo el amor que le tienen al grupo.
A muchos podrán gustarles o no, pero es un hecho que formaron parte de un momento en el que existía diversidad y apertura en el rock, en el que bandas como The Rasmus se fijó más en la identidad que en la fama.
Es un momento muy importante para la banda y les agradecemos que sean parte de él”, gritó Laurie antes de Break This Thing, parte del disco Weirdo.
Precisamente fue una noche de weirdos y eso se agradece. No vamos a mentir, el disco está lejísimos de representar un hito para el grupo y para los fans, y era evidente al ver la reacción a rolas como Justify, No Fear, First Day of My Life y, por supuesto, In The Shadows.
Sería injusto para los finlandeses decir que han sobrevivido sólo gracias a una rola, por eso hubo que estar presentes en la intemperie del show del sábado para entender que The Rasmus continúa su camino gracias a chicos y chicas que abrazan sus memorias y encuentran un reflejo en las rolas antes mencionadas.
La noche se despidió con la versión acústica de Sail Away y Love is a Bitch, ésta, parte del nuevo album, y definitivamente que los chicos lo dieron todo, igual que los fans que vieron sus rodillas resistir como lo hicieron a principios del 2000.
clm
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