Elle Fanning renuncia al final feliz; junto a Stellan Skarsgård
Elle Fanning ve en esta película Valor sentimental una oportunidad de reinventarse y explorarse como actriz

El director Joachim Trier vuelve a un territorio que conoce en su cine: una familia fracturada por la obstinación de un artista incapaz de separar su vocación de la vida íntima, y una exploración de personajes que se atreven a tener conversaciones incómodas que debieron tener antes. Como principal aparece Stellan Skarsgård interpretando a un padre que intenta reconectar con sus hijas a través del cine como un último recurso posible para salvar su relación. Pero sobre todo es una película que parte de la honestidad, que sedujo a su otra actriz principal, Elle Fanning.
“El público no está buscando algo que haya sido formulado o calculado para ellos. No existe una ecuación matemática para el arte o para el cine”, explicó a The Hollywood Reporter, “buscamos proponer una película que no intente sanar en su conclusión lo que padecen sus protagonistas, y eso es honesto porque nosotros sanamos algunas cosas en la realidad, pero no todo. La película queda abierta. No se amarra con un moño para que el público salga satisfecho”, agregó la actriz.
Esta intención genuina que parte de expresar necesidades artísticas antes de atraer al público para que reviente la taquilla, permite además a sus dos protagonistas disfrutar, disfrutar de personajes complejos que los alejen de esos estereotipos en los que a veces el público los coloca.
“Que una película me permita experimentar es importante porque no quiero que me encasillen. Quiero probar todos los géneros, probarlo todo. Quiero que me desafíen y esta película lo hace y quizá también con ello podamos desafiar a la audiencia”, explicó Fanning a Variety.
En Valor sentimental, que llega hoy a cines,
Skarsgård vivió esta misma plenitud de exploración que Fanning, y a la vez se permitió identificarse con el personaje, y evolucionar en su propio arte.
“Todos los personajes que hago son como yo de alguna manera. Pero es como una paleta con diferentes colores… Aquí él es un artista. Puede ser director, músico o pintor. Pero el conflicto está en su arte, no en su vida privada. Y eso se puede relacionar conmigo claro, yo tuve un conflicto entre mi vida privada y mi arte, tuve un propio bloqueo creativo en su momento, él vive eso, y de alguna manera siempre te hacen crecer”, dijo a Excélsior.
Además, Trier construye ese espacio con cuidado para los actores, favoreciendo la vulnerabilidad por encima del éxito dramático, que llega de forma sencilla dando libertad a sus actores, sostiene Fanning.
“Lo que Trier te exige es mucha emoción, sí, pero sobre todo mucha honestidad. Realmente crea un ambiente seguro para que seas vulnerable. No le tiene miedo a los silencios”, dijo a The Hollywood Reporter, algo en lo que Skarsgård coincide.
“En su arte es muy capaz de manejar sus sentimientos, porque es una zona segura. Es algo muy común en los artistas: pueden ser muy sensatos en su arte, pero muy torpes o estúpidos en su vida personal”, reflexionó.
Ambos actores parecen coincidir en su experiencia actuando en Valor sentimental, para ellos actuar no sirve sin exponerse. Fanning lo reconoce cuando habla de los límites entre personaje y experiencia propia. “Rachel no soy yo, pero no puedes evitar ir a lugares personales... Hay suficientes similitudes en los sentimientos que ella atraviesa en la película que yo definitivamente he sentido en mi carrera, en mi vida”, explicó.
Skarsgård formula una inquietud parecida cuando habla de elegir proyectos. “Me guía lo que creo que será divertido. Lo que acabo de hacer, no quiero hacerlo de nuevo; quiero algo distinto. Nunca sabes si una película va a funcionar, pero si hay algo original en el guion o si el director tiene ideas raras que no entiendo, eso me interesa”, dijo a Excélsior.
La película también observa las consecuencias de no resolver los conflictos a tiempo. Durante la trama quizá hay reconciliaciones románticas ni discursos de redención, sólo la posibilidad —o no— de soltar el rencor.
“Muchos de los problemas que tenemos hoy es que no nos perdonamos. El rencor sigue y sigue hasta años después... Pero si no puedes perdonar, no puedes vivir”, advirtió Skarsgård.
Todo en una película que no promete respuestas que muchos quisieran escuchar para sentirse más tranquilos, para aliviar sus propias culpas, pero sí una mirada honesta sobre el paso del tiempo, las decisiones postergadas y la fragilidad que persiste, incluso cuando el talento sigue intacto.
Stellan Skarsgård, un actor probado
1. Rompiendo las olas (1996, Lars von Trier)
Película fundamental del cine europeo contemporáneo. Skarsgård interpreta a un hombre cuya relación amorosa desencadena un conflicto moral y espiritual extremo. Fue su consolidación internacional y el inicio de una colaboración clave con Von Trier.
2. Mente indomable (1997, Gus Van Sant)
En un papel contenido, pero fundamental en su carrera, da vida a un profesor universitario que enfrenta su pasado y funciona como contrapunto emocional al personaje de Robin Williams. La película se convirtió en un clásico moderno del cine estadunidense.
3. Chernobyl (2019, miniserie HBO)
Como Boris Shcherbina, ofreció una de las interpretaciones más aclamadas de su carrera reciente. La serie fue un fenómeno cultural y su actuación destacó por mostrar la burocracia, el miedo y la transformación moral.
Elle Fanning en busca de prestigio
1. Somewhere (2010, Sofia Coppola)
Un retrato íntimo y minimalista sobre la relación entre un padre ausente y su hija. Fanning, aún adolescente, sorprendió por su naturalidad y madurez actoral, convirtiéndose en una revelación crítica.
2. MaléFica (2014, Robert Stromberg)
Interpretó a Aurora en esta relectura oscura del clásico de Disney. El filme fue un éxito y consolidó a Fanning como figura en producciones de gran escala sin perder sensibilidad dramática.
3. El demonio neón (2016, Nicolas Winding Refn)
Un thriller provocador sobre la industria de la moda y la belleza. Su papel marcó un giro hacia personajes más complejos y arriesgados, reafirmando su interés por proyectos autorales y desafiantes.
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