¿Dónde comenzó la historia como entrenador del Turco Mohamed?
En 2003, jugando en la Segunda División de México, le permitieron ocupar también el cargo de técnico en una plaza muy especial: Zacatepec

Algunos creen que Antonio Mohamed ya traía el gen de ser técnico, pero éste se le propulsó en su etapa en Monterrey en 1998.
Con José Treviño solía quedarse horas después de los entrenamientos aclarando dudas y detalles, aunque ciertamente grandes entrenadores como Alfio Basile o Enrique Meza lo fueron capacitando en su modo de trabajar.
Esta etapa en Rayados él mismo la ha calificado como una de las mejores en su vida, junto a la que vivió en Toros Neza a finales de los años 90.
Mi hijo Farid nació cuando llegué a Monterrey, se hizo un hincha fiel del equipo. Tengo recuerdos de él saliendo junto a la mascota al campo y le hice la promesa de que haría campeón a los Rayados".
Cuando llegó el 2003 y luego de haber dado tumbos por varios equipos de Primera División, recayó en la Segunda División con el Zacatepec. Junot a él, otros veteranos descendieron a las galerias subterráneas de una liga para el olvido en México.
A pesar de todo, ahí se concentró en jugar. El dueño del equipo era Juan Antonio Hernández, el mismo que lo tuvo en su mejor época con Toros Neza.

"Juan Antonio Hernández era muy duro para negociar, con todos se ponía tacaño... bueno, menos con el gordo Mohamed, él hacía lo que quería con el dueño porque le encantaba su forma de jugar y le perdonaba todo", recordó Rodrigo Pony Ruiz, otro de los referentes de aquel equipo del Estado de México.
Mohamed en el Infierno Verde del Coruco Díaz
Para el Apertura 2003, el equipo tuvo a Mohamed con el dorsal 11 jugando en su posición habitual de mediocampista central de ataque y al mismo tiempo era el entrenador del equipo.
Lograron el primer lugar de ese torneo, pero se quedaron detenidos en la semifinal ante las Cobras de Ciudad Juárez.
Ahí, en el infierno verde del Coruco Díaz, comenzó la verdadera carrera de Antonio Mohamed, un hombre al que el destino le tenía guardadas muchas noches de éxito.
Decepcionado por no conseguir el ascenso con Zacatepec, se fue pronto al llamado de las sirenas cuando Luis García, en su fugaz papel de directivo del Morelia, se lo llevó a su club, aunque sólo resistió con él 13 juegos para después echarlo.
Regresó a la Liga de Ascenso en 2004 con los Gallos de Querétaro y así siguió su carrera, en vaivenes de Primera y Segunda hasta que con Huracán consiguió el ascenso en 2007, pero renunció extrañamente como suele hacer también cuando ha logrado un campeonato, toca la cima y se marcha.
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