Xavier Velasco, una historia de amor retorcida

El narrador exorciza en Mala espina, un “thriller chilango”, sus traumas personales y evoca la violencia y la corrupción que viven los mexicanos

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Xavier VelascoCortesía Alfaguara

Como “una historia de amor retorcida y de ultratumba, nutrida por un diálogo constante entre vivos y muertos”, define el escritor Xavier Velasco a Mala espina, un “thriller chilango” que posee un escabroso elenco de hechiceros, policías, traficantes, chamanes, asesinos y gente de poder.

El narrador de 61 años cuenta la historia de Iván Mauricio, quien se “suicidó” lanzándose al vacío de un séptimo piso con los pies sospechosamente amarrados. Y de su exesposa, Dunia Montoro, una analista de inteligencia que vive perseguida por la culpa y el desencanto.

·         TÍTULO: Mala espina

·         AUTOR: Xavier Velasco

·         Editorial: Alfaguara, México, 2025; 429 pp.

“Opté por una novela negra porque de pronto me di cuenta que tenía una idea bastante clara de la trama. Y acredité que poseía tanta información a lo largo de mi vida que, básicamente, me hacía falta sólo acomodarla.

“Sobre todo, conocía muy bien a los personajes. Te puedo decir que al muerto que aparece en el primer capítulo, lo conozco perfectamente. Y muy probablemente también al que lo mató, pero de eso no puedo decirte más”, comenta divertido en entrevista.

El ganador del Premio Alfaguara 2003, por su novela Diablo guardián, detalla que su protagonista, Montoro, tiene un pasado familiar tormentoso. “Siente la necesidad de estar en el bando de ‘los buenos’. Y, por otro lado, su exmarido se convirtió en chamán cuando se le acabó la herencia. Es decir, ya no pudo manejar las riquezas materiales y trató de capturar las espirituales”.

Destaca que exorcizó sus traumas personales a través de sus personajes, en especial de Dunia. “Lo que le sucede a mi protagonista a los 15 años, a mí me pasó a los 16. Su papá va a dar a la cárcel y la vida de su familia se trastorna completamente, se queda sin casa, tienen que volver a empezar en todo.

“Yo conozco bien ese sentimiento, que tu familia de pronto está apestada, que ya no mereces la amistad de nadie. Escuché a mi madre llorar todos los días, a toda hora, durante 14 meses. Sé que ella nunca superó ese dolor”, confiesa.

El también cuentista y ensayista detalla que su analista de inteligencia es sospechosa de homicidio. “Es una mujer cercada, que afronta problemas de su pasado familiar y conyugal. Tiene que arreglárselas sola. Investiga no para saber quién asesinó a su exmarido, sino para descubrir quién fue en realidad ese hombre con quien vivió durante años, pero no conoce”.

Quien se define como nativo y superviviente de la Ciudad de México, decidió que la capital mexicana fuera el escenario de esta historia que integra a un policía de la vieja escuela, “de los que para sacarte la verdad te apagan un cigarro en la mano, como mínimo”.

Y la historia de asesinatos y mentiras se desarrolla durante unos días de noviembre, mes en el que nació Velasco. “Estamos acostumbrados al horror. Por eso es una novela que nos toca profundamente a los mexicanos, porque ya casi no nos asusta nada, no nos sorprende nada. Estamos enfermos”.