Paz Soldán imagina un “nuevo paraíso” desde las ruinas ecológicas y tecnológicas
El escritor boliviano recrea en los nueve cuentos que reúne en el comienzo del paraíso un nuevo mundo a partir de los escombros de la devastación ecológica

En los cuentos del boliviano Edmundo Paz Soldán (1967) aparecen peces monstruosos de las profundidades abisales, árboles estranguladores y animales de una península devastada, que van de mutación en mutación.
En El comienzo del paraíso (Páginas de Espuma), el escritor narra cómo la naturaleza, los animales y las plantas ya no son lo que eran. La primera, intervenida por los humanos, desestabilizada por la convulsión climática, da lugar a frutos extraños; y, los segundos, a veces son fantasmas recuperados por la tecnología, y otras se convierten en amenazas al mezclarse con la inteligencia artificial.
El título es un tanto irónico, porque no es el paraíso bíblico, sino que traté de armar un nuevo mundo a partir de los escombros de la devastación ecológica y de los desajustes geopolíticos de los últimos tiempos”, comenta en entrevista con Excélsior.
El profesor de Literatura Latinoamericana y director de la Facultad de Estudios Románicos en la Universidad de Cornell aclara que no deseaba escribir un libro apocalíptico. “No quise decir que esto es el fin, sino que un fin también implica un comienzo. Los cuentos intentan recrear ese momento de transformación de un mundo a otro, donde incluso los humanos vamos a cambiar nuestra relación con la Tierra y con los avances tecnológicos”.
El también editor asegura que, por el impacto ecológico y de la tecnología, “estamos en un periodo en que hay muchas distorsiones en el planeta”.
El autor de 11 novelas señala que “tendemos a narrar la vida de los humanos en conflicto, en guerras, la violencia, el narcotráfico, dramas sentimentales, divorcios, migración. Y hemos presentado a los seres no humanos como parte del paisaje, como telón de fondo. ¿Cómo se puede contar esto tratando de incorporar a animales y plantas como parte de la misma narrativa?
En mis historias no desaparece el hombre; pero sí incorporo a otros seres, los hago visibles. Evidenciando que no somos la única especie que vive en la Tierra”, afirma.
El narrador busca presentar a los animales de una forma diferente. “Los animales nos han servido para compararnos o contrastarnos, como en las fábulas de Esopo: la astucia del zorro, la memoria del elefante. Como un espejo distorsionado de los humanos. Pero me gusta no humanizarlos”.
Para el autor de Río fugitivo (1998) y Área protegida (2024), siempre ha sido tiempo de dejar hablar al planeta y, sobre todo, escucharlo. “Con la naturaleza hemos tenido dos relaciones privilegiadas: una contemplativa, cuando su belleza nos inspira a escribir poesía o a pintar; y, la otra, es más utilitaria y extractivista. Entre estos dos polos, debemos crear una nueva relación para enfrentar los desafíos del presente y el futuro”.
Está convencido de que necesitamos una mirada planetaria. “Pero, ¿cómo puedes tener empatía con seres humanos, animales o plantas que ni siquiera han nacido? Estamos viviendo las consecuencias de las decisiones que no se tomaron hace 50 o 70 años, ¿qué pasará con las decisiones que no tomemos hoy sobre los seres que poblarán en el futuro un planeta aún más dañado?
Te piden desconfiar del otro, del migrante, del que tiene una piel distinta a la tuya. Cada vez nuestra mente se estrecha más, en un momento en que necesitamos ampliarla. Esa desconexión me parece perversa. Y ese es el fenómeno complejo que debemos narrar”, agrega.
Paz Soldán admite que ha perdido la esperanza en el ser humano. “Es muy difícil ser optimista cuando tienes, en uno de los países más poderosos, a un presidente negacionista del cambio climático y las corporaciones están haciendo todo para que no avance su protección.
Y, para la gente, el medio ambiente aún no ha llegado a ser un tema urgente. Pero creo que eso no implica asumir la derrota. Hay que seguir luchando desde donde nos toque. Por eso siempre busco nuevas formas de relatar nuestra relación con el planeta”, añade.
En los nueve relatos de El comienzo del paraíso todo parece estar amenazado por la extinción, al mismo tiempo que la vida se las ingenia para persistir.
Adelanta que prepara una novela sobre la extinción de las especies.
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