La cancelación, hermana tonta de la censura: Luna Miguel
En su más reciente obra, la narradora examina los mecanismos para bloquear a autores como Bukowski y a obras como Lolita

“La cancelación contemporánea es una hermana tonta de la censura, porque lo que hace es no permitirnos, al final, hablar de absolutamente nada”, afirma la poeta, narradora y ensayista española Luna Miguel (Alcalá de Henares, 1990), que recién publica en México Incensurable, libro que examina los mecanismos de la censura y la cancelación, a partir de la ‘desaparición global’ de libros como Lolita, de Vladimir Nabokov, o de autores como Charles Bukowski.
La autora asegura que, hace varios años, internet era un parque de atracciones de gran belleza, en donde era posible descubrir música, series y acceder a una amplia cantidad de libros. “Pero, ahora, pareciera que eso se está borrando y ese espacio de libertad se ha convertido en algo distinto, donde si dices algo y destaca, vas a tener a cuatro locos diciéndote que deberías cerrar tus redes sociales”, acepta la también autora de Poetry is not dead y Pensamientos estériles.

- TÍTULO: Incensurable
- AUTORA: Luna Miguel
- EDITORIAL: Almadía/UNAM, México, 2025; 204 pp.
La cancelación uno de los grandes males de nuestro tiempo.
Así que considera que la cancelación contemporánea se ha convertido en uno de los grandes males de nuestro tiempo.
Y pasa cuando una activista trans sale y explica su vida… enseguida llega alguien y quiere cancelarla, o cuando un cómico hace un chiste desafortunado y alguien cree que ese hombre debe morir, porque no se pueden hacer chistes de ese estilo; y es como si quisiéramos no cancelar ideas, sino a personas. Queremos que quienes han encontrado un espacio de libertad en las redes desaparezcan, porque no somos capaces de convivir con ellos”.
Otro elemento que la autora destaca en Incensurable, publicado por Almadía y Literatura UNAM, es que esta cancelación lleva a la sociedad a una especie de homogenización de la crítica, en donde ésta siempre debe ser suave y constructiva.
Hace poco un periodista chileno hablaba de cómo el disco de Rosalía acabó por homogenizar también la crítica, pues, aunque todo el mundo esté de acuerdo en que es una obra interesante, potente y que gustó a los críticos musicales, pareciera que todas las críticas hablan de lo mismo; entonces, no hay una recepción creativa de una obra y yo creo que el problema de la crítica es que se ha prohibido la creatividad de la recepción”, expone.
Miedo a Lolita
El acercamiento de Luna Miguel a Nabokov ocurrió en su juventud, por el placer de haber descubierto aquella alocada obra experimental, gozosa y metaliteraria, “particularmente Lolita, que es un libro que me ha interesado por todas esas connotaciones políticas, sexuales y por esa carga que tiene el nombre de una niña –el diminutivo de Dolores, que es un nombre muy español–, retomado por un autor ruso que escribió en inglés.
Pero fue precisamente en 2022, cuando hice un club de lectura a propósito de Lolita, cuando me senté a reflexionar a profundidad sobre esos miedos (de aproximarse a este libro); es decir, por qué da tanto miedo acercarse a este relato, considerando que un libro no muerde ni te acuchilla, y así surgió la pregunta: ¿puede un libro dañarte sólo de mirarlo?”, plantea.
Aquel club de lectura, aclara, incluía a lectoras de edades muy variadas, entre 18 y 60 años, quienes le confesaron su miedo por aproximarse a Lolita. “Y no era un miedo por su experimentalidad, por su lenguaje o por lo metaficcional, sino un miedo por el tema”, describe, y entonces descubrió la sutil y misteriosa desaparición global del libro, debido a que su lectura se ha ido cancelando, no a causa de esta ficción, sino de la sistemática mala lectura que se ha hecho desde que se publicó, advierte.
Y lo mismo observa en la literatura de Bukowski, de quien destaca La senda del perdedor.
Charles Bukowski está en mi ADN y es uno de los primeros escritores a los que leí en la adolescencia y es un autor que nos descubre cómo en los libros también se puede hablar de cosas guarras, lo cual conecta mucho con la adolescencia.
Pero ahora veo a tantos adolescentes (lectores) que adquieren libros de fantasía u orientados a ese young adult, con una prosa limpia, clara y libre de polémica, y me pregunto: ¿qué pasaría si alguno se topara con un Bukowski de repente? Seguro les volaría la cabeza, pero les haría ver que la literatura es muy amplia, que hay muchos tipos de libros y que la literatura no es sólo un camino”, concluye.
*mcam
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