Una apropiación urbana a través del arte; barrio de San Matías Jalatlaco

Una centena de murales colectivos, plasmados en sus calles, recrean las tradiciones y la vida cotidiana de la comunidad

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Las paredes de las casas y negocios de San Matías Jalatlaco lucen una centena de murales de colores vibrantes que fusionan la tradición, la vida cotidiana y también el humor. Es una forma de resistencia para mantener su historia vivaPatricia Briseño/ Uriel Barragán Cruz

OAXACA, Oax.

Una centena de murales dominan calles, callejones y recovecos del Barrio de San Matías Jalatlaco, ubicado cerca del Centro Histórico; sus calles empedradas, colores vibrantes y encanto arquitectónico crean un espacio ideal para recorrer con calma y capturar momentos únicos e instagrameables.

Pero los posteos y los reels, profusamente compartidos, del pintoresco barrio adornado con papel picado y marcos florales, son el resultado de la apropiación y la transformación cotidiana del espacio por parte de los vecinos; por su fuerte sentido de pertenencia e identificación con sus tradiciones, que escapan a la planificación urbana tradicional.

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ARTE MURAL EN EL CENTRO HISTÓRICO DE OAXACAPatricia Briseño/ Uriel Barragán Cruz

El dato

Un barrio de origen prehispánico

·         San Matías Jalatlaco nació en 1486, como un asentamiento de soldados mexicas. Forma parte de la zona de monumentos históricos. Su templo católico se erigió en honor a San Matías y fue construido a finales del siglo XVII y declarado monumento histórico en 1941.

En esta evolución orgánica tuvo mucho que ver el artista visual Uriel Fernando Barragán Cruz, mejor conocido como Bouler, originario de la comunidad zapoteca de San Miguel Villa Sola de Vega, pero avecindado en este barrio –uno de los más antiguos de la capital–, en el que tiene un local donde muestra y vende su obra gráfica.

“El primer mural surgió en la víspera de la celebración del Día de Muertos de 2018, cuando los vecinos me pidieron realizar una obra para anunciar la “muerteada del barrio” (comparsa festiva tradicional en la ciudad y periferia de Oaxaca); acepté, siempre y cuando, la comunidad también interviniera”, recuerda en entrevista con Excélsior.

La pieza colectiva fusionó tradición, humor y vida cotidiana. Sin embargo, las autoridades federal, a través del INAH, y municipal ordenaron borrarla, debido a que la intervención ocurrió en el círculo de monumentos históricos.

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ARTE MURAL EN EL CENTRO HISTÓRICO DE OAXACAPatricia Briseño/ Uriel Barragán Cruz

“Pero la semilla ya había germinado en el vecindario, por lo que las pintas se multiplicaron en las paredes de viviendas y comercios; además, sirvió para la creación de la Asociación de Vecinos de Jalatlaco (AveJa)”, evoca.

El creador de talla internacional ha dejado su talento plasmado en 35 murales: siete pintados en las calles del hoy emblemático barrio, 20 en distintas regiones del estado, y ocho en diversos países; “siempre llevando los símbolos de la cultura zapoteca y mexicana, dialogando con las comunidades”.

Bouler –sobrenombre inspirado en el bule de agua, hecho de la planta del guaje– transmite en sus piezas el orgullo por su raíz zapoteca: tradiciones y concepción del mundo. Su imaginario, explica, está cargado de simbolismos mexicanos, lo que le ha dado un sello único a su trabajo.

Su obra va más allá del arte en muros, abarca una amplia gama de técnicas. Trabaja con acrílicos sobre tela y madera; y, en el campo de la gráfica, ha confeccionado piezas en xilografía, linóleo, medios digitales, serigrafía y técnicas mixtas, como la hoja de oro y la animación digital, “explorando nuevos lenguajes visuales”.

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Artistas y vecinos han transformado el barrio en el que convergen la cultura con restaurantes, cafés y hoteles.Patricia Briseño/ Uriel Barragán Cruz

Su obra individual y colectiva ha itinerado por Guadalajara, Coahuila, Ciudad de México, Cancún y Querétaro. Y en países como Francia, Italia, Turquía, Canadá, España, Australia, Cuba, Egipto, Chile, Qatar y Japón.

A la fecha, Jalatlaco, distinguido como Barrio Mágico en 2023, cuenta con casi una centena de murales coloridos “que surgieron de manera orgánica y divertida”. Son un esfuerzo conjunto entre artistas plásticos (Suke, Vampiro Espericueta, Armando Zinker, José Jímenez y Efe de Froy, entre otros) y vecinos, “fortaleciendo el tejido social y el orgullo identitario y el sentido de pertenencia y comunalidad”.

Se puede encontrar obras detalladas que parecen puntillistas y composiciones que integran elementos digitales, como el mural Dios nunca muere; y también experiencias animadas e inmersivas, creadas por Bouler a través de la aplicación Artivive.

En este barrio convergen expresiones artísticas y culturales con restaurantes, cafés, galerías, hoteles pequeños y tiendas; lo que representa una vía de desarrollo económico para sus habitantes, comenta Claudia Alejandre, responsable de Xiguela, tienda de productos orgánicos.

Quien tiene 21 años atendiendo su negocio asegura que la comunidad de Jalatlaco ha hecho un esfuerzo por mantener el colorido de sus fachadas y su historia viva, “que conviven en armonía con la calidad del arte urbano”.