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Del 19S a covid-19: 'El sismo me quitó un trabajo y la pandemia otro'

Carmen, una sobreviviente del edificio Álvaro Obregón 286 ha tenido que ir a terapia pues teme estar en lugares cerrados

Abraham Nava / Fotos Elizabeth Velázquez | 21-09-2020
Del 19S a covid-19: Pierde un empleo por sismo y otro por la pandemia
Foto: Elizabeth Velázquez.

CIUDAD DE MÉXICO. 

Carmen cumplió 60 años en mayo, es una de las sobrevivientes del edificio de Álvaro Obregón 286, Fito, su compañero fue el último cuerpo rescatado en la Ciudad de México. Tras el sismo ella requirió tomar terapia psicológica pues no soportaba estar en lugares cerrados.

Yo ya no quería vivir, yo ya no quería estar aquí, yo de verdad me salía, que será, como a las 8 de la mañana de mi casa, ponía una silla en la calle y ahí me estaba todo el día y me metía hasta las 7 u 8 de la noche, porque era horrible y las terapias me ayudaron más o menos a superar esa situación”.

Carmen aún estaba en las escaleras de emergencia cuando vino el derrumbe.

Salí corriendo a las escaleras de emergencia, uno de mis compañeros me sostuvo, porque en ese momento se vino otro movimiento y entonces yo me recargue de espaldas y se hizo el vacío en un barandal, entonces él me jaló junto con otro compañero y nos abrazamos y ahí se vinieron los movimientos mucho más fuertes y fue cuando se cayó el primer edificio que estaba en la parte de atrás”.

Carmen trabajaba en el tercer piso en las labores de acondicionamiento para unas oficinas que abrirían ahí, tras el derrumbe perdió uno de sus dos trabajos, el otro era en un teatro de la colonia Roma, cerca de su casa. 

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Jamás se me va a olvidar, todo me lo recuerda, es como tener una cicatriz y cada vez que la vez pues lo recuerdas; a veces en la televisión sale que va a haber simulacro, todavía no me puedo meter al Metro, me da mucho miedo, no me meto a edificios altos que tengan elevador, o sea todo eso lo trato de evitar”.

Ocho meses de terapia le tomó recuperar la confianza, sin embargo, el temor volvió cuando tuvo que encerrarse en su casa, como parte de las medidas de mitigación de la pandemia de coronavirus.

Padezco insomnio, procuro no tener el radio, la televisión lo que sea tan fuerte, para que si llega a sonar la alarma estar al pendiente y como sucedió hace hace meses (23 de junio) que tembló, yo estaba apunto de bañarme y gracias a dios alcance a escuchar, me puse lo que pude y salí corriendo, pero es una constante, es una constante”.

Con la Jornada Nacional de Sana Distancia Carmen perdió el empleo que había conservado tras el sismo. “Me quedé con ese empleo hasta marzo de este año, por la contingencia tuvieron que cerrar y nos quedamos sin empleo, el sismo me quitó un trabajo y en la pandemia otro, así de drástico es”.

Sin empleo la vida se empezó a complicar, Carmen ganaba un salario mínimo y no contaba con ahorros, empezó a usar sus tarjetas de crédito.
 
Eso incrementó mis preocupaciones, porque al estar haciendo uso de las tarjetas llega un momento en el que ya no las puedo pagar y entonces me empecé a preocupar, a tener insomnio, a padecer estrés hasta que llegó el momento que mis articulaciones se inflamaron y en mayo caí en el hospital y desde mayo estoy en rehabilitación y ya no he podido levantarme”.

Carmen tuvo que sacar los ahorros de su afore y con 60 años ha perdido la posibilidad de jubilarse.

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Para mí esto ya es pobreza extrema, no importa que esté viviendo aquí en la Roma, yo estaba esperando tener un empleo para poder jubilarme, ya no lo pude hacer tuve que sacar mis ahorros pagar lo que debía, esos ahorros de años se terminaron”.

La gente que tenemos entre 50 y 60 años estamos como en el limbo, porque por ejemplo el gobierno ayuda a los niños que no estudian ni trabajan, ayuda a las madres solteras, ayuda a las personas de 68 y más y hay muchas que reciben apoyos, pero los que tenemos entre 50 y 60 no tenemos ningún tipo de apoyo; si vamos a buscar trabajo nos dicen que ya estamos muy grandes, no ven nuestras capacidades, creen que no estamos en facultades para desarrollar un empleo”.

Aunque si se protege y tiene miedo de contagiarse de covid-19, lo que más sigue temiendo es una muerte trágica en un sismo.

Me da más miedo morir trágicamente, eso sí, trágicamente en un sismo eso me daría mucho miedo, quedarme atrapada por días, eso sí todos finalmente vamos a morir pero cuando yo empecé con esta enfermedad, también lo pensé, no quiero vivir si voy a estar con estas molestias siempre, ya no quiero vivir, ¿para qué”.

Aún así día a día Carmen sigue luchando junto a dos de sus cinco hijos que viven con ella y también están desempleados.

Hay que vivir, hay que vivir la vida todos los días como si fuera el último día y darle gracias a Dios y seguir luchando, porque eso es lo que vamos a seguir haciendo, esperamos que el gobierno piense en las personas de mi edad, que también necesitamos apoyo”.

 

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sarr

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