Así recuerdan a víctimas de fábrica textil en la colonia Obrera
Con ofrendas florales y veladoras; familiares, amigos y curiosos acudieron para recordar los hechos

CIUDAD DE MÉXICO
En abandono y lleno de basura se encuentra el predio donde se ubicaba la fábrica de textiles derruida por el sismo en la colonia Obrera.
El momento del derrumbe del edificio en la calle de Chimalpopoca en la Ciudad de México debido al sismo de 7.1 grados en la escala de Richter, fue uno de los más representativos y que causaron conmoción aquella tarde del 19 de septiembre del 2017; en donde la incredulidad, se transformó en desesperación y posteriormente en férrea determinación por brindar ayuda.
"Nosotros cuando estuvimos aquí ayudando resaltaban los nombres extranjeros de las trabajadoras que murieron.
Las losas de la construcción que se veían no eran armadas de varilla sino de alambrón, mal construido, y con sobrepeso por la maquinaria.
Aquí fueron las mismas condiciones de hace 33 años en el sismo de 1985" recordó Elsa Monzón.
De entre la montaña de escombros que quedó del edificio, de seis niveles, ubicado en el número 168 de la calle Bolívar esquina con Chimalpopoca en la colonia Obrera, se recuperaron 21 cuerpos y dos personas fueron rescatadas con vida.
Cinco empresas, de diversos giros mercantiles operaban en el inmueble del cual el día de hoy, hay pocas certezas y muchas preguntas.
A un año de la tragedia; continúan las interrogantes respecto a la constancia de seguridad estructural y los estudios pertinentes de vulnerabilidad del inmueble que permitieron la colocación de una base metálica de antenas telefónicas que representó un peso adicional de más de 40 toneladas, toda vez que se documentó que desde el año 2004, la torre ya presentaba grietas y deficiencias de diseño.
Con ofrendas florales y veladoras; familiares, amigos y desconocidos de las víctimas mortales acudieron para recordar los hechos.
'Yo no soy familiar, pero vengo a dejar flores por lo que pasó hace un año dónde se derrumbó el edificio y por el tipo de víctimas en una fábrica clandestina.
Me imagino que tal vez algunos de sus familiares no saben ni dónde están" lamentó Elisa que acudió a colocar una ofrenda floral y robó unos minutos a su clase de música para elevar una plegaria, confiando en que hoy sea un día normal.
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