Qué castigo tendría México por el grito homofóbico

Una vez más un grito homofóbico persigue al público mexicano en un partido de la selección nacional. ¿Qué repercusiones podría tener?

El grito homofóbico se presentó en el duelo entre México y Costa Rica
AP

Un grito homofóbico persigue a la selección mexicana de futbol y se ha convertido en punto negativo de reconocimiento, que ha puesto en aprietos en más de una ocasión a la Federación Mexicana de la especialidad. 

Gritar “ehhhh puto” en un estadio de futbol no es algo que sea tolerado hoy en día, ejemplo de ello fue la reciente suspensión del juego entre las selecciones de México y Costa Rica, correspondiente a la semifinal de la National League disputado la noche del jueves en Denver. El árbitro tomó la decisión de detener el cotejo cuando la frase homofóbica se escuchó en diversas ocasiones a pesar del llamado al público por parte del sonido local para ya no hacerlo.

Estas llamadas de atención por actos de discriminación son parte de una lucha que la FIFA (Federación Internacional de Futbol Asociado) ha emprendido desde 1960, que ha evolucionado con las décadas pasando de enfocarse en el racismo hasta la diversidad sexual.  

La historia de la lucha de la FIFA

La primera ocasión que el organismo rector del futbol mundial abordó el tema fue en 1960 cuando en su congreso aprobaron una resolución contra el racismo y que dos años más tarde llegó a los estatutos del organismo en una mención en el artículo 2 donde consideraban que las federaciones tenían el objetivo de rechazar todas las formas de discriminación por “raza, discriminación religiosa o política o distinción entre jugadores”, esto sin importar si se tratara de una liga profesional o futbol amateur.

Pero no fue hasta el 2004 cuando la lucha de la FIFA también incluyó el concepto referente al sexo de cada persona con una enmienda de sus estatutos para la creación de la lucha contra la discriminación enunciando que: “Está prohibida la discriminación de cualquier país, individuo o grupo de personas por su origen étnico, sexo, lenguaje, religión, política o por cualquier otra razón, y es punible con suspensión o exclusión”.

Ese mismo año se promulgó el Código de Ética del organismo que también sufrió una modificación importante en 2012 para no solo abarcar la lucha contra el racismo o la desigualdad de género, sino también para apoyar la orientación sexual de cada individuo.

“Las personas sujetas al presente código no atentarán contra la dignidad o integridad de un país, de una persona o de un grupo de personas mediante palabras o acciones despectivas, discriminatorias o denigrantes, por razón de su raza, color de piel, etnia, origen nacional o social, género, idioma, religión, posicionamiento político o de otra índole, poder adquisitivo, lugar de nacimiento o procedencia, orientación sexual o cualquier otro motivo”, menciona el artículo 23 de ese documento.

¿Quién decide cuándo hay un acto de racismo o discriminación en un partido?

Desde 2013 la FIFA estableció después de su congreso en Mauritania un plan de acción para no dejar la lucha contra el racismo y la discriminación en letra muerta.

El primer paso fue pedir a los organizadores de cualquier torneo avalado por la FIFA un plan de acción que reflejara las intenciones de combatir cualquier intento de discriminación tanto en la cancha como en las gradas. Junto a esto se creó una nueva figura, la del oficial contra el racismo, especializado para determinar los posibles actos que violen las normas en el estadio referentes a esta lucha, pero también proporcionando pruebas para que los órganos correspondientes tomen acciones concretas.

¿Cuáles son las sanciones por actos de racismo o discriminación?

Mientras algunos piensan que la FIFA quiere acabar con la sensación de desfogue que existe en los aficionados al momento de asistir a un partido, el organismo es muy claro que buscan mantener la convivencia familiar en los diferentes escenarios.

“Para la FIFA, no se trata de eliminar del estadio la pasión y las emociones que van unidas a ella. Solamente se sancionan y prohíben las conductas discriminatorias”, expresa la federación en su Guía para las Buenas Prácticas donde también destaca que antes de cualquier castigo “las medidas preventivas de las federaciones miembro pueden atenuar las sanciones”.

Es importante señal que las sanciones son diferentes dependiendo quién las cometa. En el caso particular de incidentes discriminatorios procedentes de los aficionados, la FIFA tiene un procedimiento de tres niveles para tratar de atajar el problema antes de recoger el balón y dar por terminado el juego.

Ante una primera acción contra un jugador o equipo se interrumpirá el partido y se solicitará a los espectadores por el sonido local cesar su comportamiento discriminatorio. Si esta acción continúa el árbitro puede interrumpir el partido y enviar a los jugadores al vestuario por el tiempo que el considere necesario para hacer un nuevo llamado a la afición agresora. En caso de que todo lo anterior no resulte se puede ejecutar la suspensión del partido.

Posterior a esto aún puede haber más castigos establecidos en el Código Disciplinario de la FIFA en su artículo 58. Ahí se establece que, si la persona responsable del acto discriminatorio es un aficionado, se puede imponer una multa mínima de 665 mil pesos mexicanos a la federación del país que haya cometido la infracción.

Un segundo nivel de sanción considera la disputa de un partido a puerta cerrada.

En los casos más graves se puede imponer una derrota por renuncia al equipo, la sustracción de puntos o la exclusión de la competencia.

Pero si como aficionado pensabas que nada podría ocurrir contra ti tenemos que advertirte que no es así. El mismo artículo en su tercer apartado señala que si eres identificado se te puede sancionar con al menos dos años de prohibición de acceso al estadio.

Los castigos son más severos para cuando una acción se presenta entre jugadores, cuerpo técnico o árbitros, como ya sucedió cuando el juego entre el PSG e Istanbul Basaksehir fue suspendido luego de que el cuarto árbitro insultó al jugador Pierre Webó. El equipo turco decidió retirarse del partido y la escuadra francesa apoyó la decisión tomando el mismo camino. El duelo se completó al día siguiente con un nuevo cuadro arbitral mientras que el silbante Sebastian Coltescu fue inhabilitado por conducta inapropiada hasta el 30 de junio de 2021.

Para la FIFA ya no es una moda esta lucha, se trata de un esquema que busca posicionar nuevamente al futbol como un deporte universal.

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