Marco Fabián, con correctivo alemán

CIUDAD DE MÉXICO.

La madurez no tiene relación con la edad, según expertos. En Marco Fabián (Guadalajara, Jalisco, 1990) ésta tuvo que llegar fuera de México, después de vivir malos ratos en su vida personal.

Hablar de Fabián de la Mora era entrar en temas de fiesta, de controversia, polémica y poco de futbol. Después de ser señalado como un jugador con promisorio futuro, las copas se ganaron fuera del campo.

Hijo del exfutbolista Marco Antonio Fabián Vázquez creció con la pelota. Con el futbol en la sangre, se hizo futbolista en Chivas, donde debutó a los 18 años. Su toque de balón y visión de juego le pusieron la etiqueta de promesa rojiblanca. Su crecimiento deportivo no se detenía. En 2010 mostró su calidad en la Copa Libertadores, torneo en el que fue angular para que Guadalajara llegara a la final contra el Inter de Porto Alegre, equipo campeón.

Un doblete al Barcelona en un torneo amistoso en Estados Unidos en enero de 2011 hizo que el jugador siguiera recibiendo loas, las mismas que lo llevaron a quitar los pies de la pelota y a despegarlos del suelo.

ESCÁNDALOS

En Ecuador, previo a la Copa América de 2011 en Argentina, se reportó el robo de algunas pertenencias de elementos de la Selección Mexicana. En la investigación se descubrió que prostitutas habían sido ingresadas a las habitaciones de algunos jugadores, entre ellos Marco Fabián. De inmediato, las autoridades expulsaron de la concentración a los involucrados.

Ese mismo año, después de rumores que lo tildaban de apostador, hizo un desafortunado festejo con Alberto Medina, su compañero en Chivas, en el que emularon un disparo en la cabeza. Ambos jugadores fueron castigados y orillados a donar una suma de dinero a una organización de atención a niños víctimas de violencia en Ciudad Juárez.

Siguió la fiesta y la polémica. Las múltiples llamadas de atención y el caso omiso del jugador le abrieron la puerta de salida de Chivas, con rumbo a Cruz Azul en calidad de préstamo.

EL ASCENSO

En la generación que ganó el oro olímpico en Londres 2012 estaba Marco Fabián. Fue baluarte en el equipo, con goles, asistencias y llamó la atención de equipos en Europa, pero en ese entonces Chivas no dio facilidades para su salida. Sin embargo, ese logro le dio credenciales para aspirar a un puesto fijo en la selección absoluta.

Miguel Herrera, en sus primeras convocatorias con el Tricolor no le dio muchas esperanzas a Fabián de la Mora para ser considerado de cara al Mundial de Brasil 2014, pero el tapatío forzó su llamado con goles y buenas actuaciones en La Máquina.

Jugó tres de los cuatro partidos que disputó el combinado mexicano, entrando desde la banca. El poco tiempo no le alcanzó para mostrar todo su potencial y lograr salir al futbol de Europa.

Volvió a Chivas en 2015 y un año después fue comprado por el Eintracht Frankfurt de Alemania, en donde le costó ganarse la confianza de un técnico que le mostró el camino a la estabilidad, dentro y fuera de la cancha: Niko Kovac.

A su llegada a Alemania, Marco Fabián combinó lo futbolístico y la adaptación a un nuevo país. Se dedicó a aprender alemán, a detallar los aspectos que fueron su perdición en otros tiempos, desde el cuidado de su cuerpo hasta la disciplina en el club, reflejo de la mentalidad germana. El mismo futbolista aceptó que salir de México le ayudó a madurar.

El crecimiento personal se notó en su desempeño en el campo. Fabián potenció su movilidad, disparo de larga distancia, técnica individual y sacrificio por el equipo. Se convirtió en el hombre de creación de juego y de ocasiones de gol.

Marco Fabián hizo los méritos para ser tomado en cuenta por Juan Carlos Osorio, quien a su llegada no tomaba en cuenta al canterano rojiblanco. Lo convenció. El boleto al Mundial de Rusia se lo ganó un año antes, anotando contra Alemania en Copa Confederaciones, pero una lesión en la espalda casi lo deja fuera, no sólo de la convocatoria, sino del futbol profesional. La dedicación condujo a Fabián a una pronta recuperación.

En mi opinión el mejor que hay para jugar detrás del ‘9’ llámelo número 10 o resolutivo, con gran pegada, ojalá contra Alemania lo pueda repetir (el gol en Confederaciones) y viene recuperándose muy bien de la lesión. Creo que puede volverse muy influyente para nosotros”, consideró el técnico nacional.

El profesionalismo y mentalidad de un jugador le pueden indicar el camino al éxito. A Marco Fabián lo salvó de quedar sólo como una promesa y ser ahora una realidad. Las fiestas quedaron atrás, si hay celebración, que sea por sus goles.

fdr