Lo que aprendimos de la Semana 9 de la NFL
La temporada llegó a su punto medio del calendario con récord individuales y la terrible lesión de Jayden Daniels

La mitad de la temporada siempre actúa como espejo. Algunos equipos descubren que la promesa era solo maquillaje, otros que el talento juvenil empieza a correr sin pedir permiso. La Semana 9 dejó a la NFL varias aprendizajes: aire frío, pulsos calientes y una certeza que se repite año tras año, nadie domina el caos por mucho tiempo.
Drake Maye, el quarterback de segundo año que parecía tardaría más en aprender se ha convertido en la brújula de los Patriots. Su consistencia empieza a citar nombres que pesan: Rodgers, Brady, Manning. Ocho juegos consecutivos con 200 yardas y un rating de pasador por encima de 100 lo ubican en un territorio donde los números dejan de ser estadística y se vuelven argumento.
Nueva Inglaterra venció 24-23 a Atlanta y, más allá del marcador, encontró fe, algo que por mucho tiempo escaseó en Foxborough.
Del otro lado del mapa, Josh Allen sigue construyendo su propia categoría. La victoria 28-21 de Buffalo sobre Kansas City no sólo fue una reafirmación de poder, también un recordatorio de que el quarterback de los Bills ya habita entre los históricos. Con siete touchdowns por tierra este año y 79 en su carrera, superó a Cam Newton y reformuló lo que significa “movilidad” en la NFL moderna. Allen ya no corre para sobrevivir, corre para dejar registro.
Matthew Stafford y Davante Adams ofrecieron un homenaje al oficio. Cuatro pases de touchdown, dos de ellos para un receptor que ya igualó a Tony Gonzalez en la lista de touchdowns de carrera. Los Rams derrotaron 34-10 a los Saints y lo hicieron con la naturalidad de un ensayo bien aprendido. Stafford no busca reinventarse, ejecuta con precisión quirúrgica. Adams no necesita validación, sólo sigue acumulando cifras que lo acercan a Rice por la ruta más discreta posible: la constancia.
Chicago, mientras tanto, encontró una historia que desafía la lógica. Caleb Williams completó el tipo de actuación que quiebra las estadísticas con 280 yardas por aire, 53 por tierra y dos recepciones. Nadie había hecho algo así. Lo coronó con un pase de 58 yardas a Colston Loveland, otro novato que se unió a un grupo mínimo de alas cerradas que superaron las 100 yardas y anotaron dos veces en un juego. Los Bears vencieron 47-42 a Cincinnati y, en el proceso, se convirtieron en el primer equipo en la historia con un novato que corrió para más de 175 yardas y otro que registró más de 100 por recepción. Si alguien busca futuro, está en Chicago.
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San Francisco sigue orbitando en su propio sistema solar. Christian McCaffrey volvió a ofrecer un recital de dualidad al sumar 106 yardas por tierra, 67 por aire y dos anotaciones en el triunfo 34-24 sobre los Giants. Rompió la marca de Marshall Faulk en partidos con touchdown doble y se unió a él y a Walter Payton en la lista de quienes superaron diez veces el umbral de 100+50. En una liga que cambia de moda cada temporada, McCaffrey mantiene la suya: ser el jugador más completo del campo, sin discusión.
La experiencia brilla
Entre tanto ruido juvenil, Joe Flacco apareció como un eco de otra era. A los 40 años lanzó para 470 yardas y cuatro touchdowns en la derrota 47-42 ante Chicago, pero el resultado fue lo de menos. Es el tercer quarterback de esa edad o más en lograrlo. No es nostalgia, es resistencia pura. Su nombre ahora aparece en el mismo renglón que Brady y Warren Moon, una compañía reservada para los que se niegan a aceptar el calendario.
La Semana 9 también fue un recordatorio de que el margen es un espejismo. Nueve partidos se decidieron por una sola anotación y cuatro se definieron en los últimos dos minutos o en tiempo extra. La liga vuelve a su esencia: equilibrio extremo, drama sostenido. Nada está definido y todos creen que todavía pueden.
Y cuando parecía que nada podía sorprender, Cam Little pateó un balón que viajó 68 yardas y reescribió la historia en el triunfo de Jacksonville sobre Las Vegas. El gol de campo más largo de todos los tiempos no solo rompió una marca, rompió una percepción. Lo imposible dejó de ser adjetivo, volvió a ser distancia medible.
La mitad del calendario ya quedó atrás. Lo que viene es la parte más honesta de la NFL, donde cada error cuenta doble y cada domingo se siente como enero.
Paliza en Sunday Night
El cierre del noveno domingo de la temporada fue una victoria aplastante de Seahawks 38-14 sobre Washington en una noche donde Sam Darnold tuvo cuatro pases de anotación y 330 yardas. Seattle anotó con sus primeras cuatro posesiones.
El ala cerrada Elija Arroyo quien pasó su infancia en México, tuvo una recepción de touchdown.
El final del partido se vio ensombrecido por la lesión de Jayden Daniels quien salió con el brazo izquierdo inmobilizado.
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