Futbol de Ucrania en tiempos de guerra, pasión que une a la gente

Pese a la invasión rusa, el Zoryá, de la Primera División ucraniana, sigue en la competencia con varios jugadores extranjeros y una afición que se mantiene unida

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Ucrania

KIEV (KYIV), Ucrania.

“Cuando me propusieron venir a jugar a Ucrania, sí me lo pensé”, reconoce el defensa croata Jakov Basic.

“Finalmente, se trata de un país en guerra. Pero luego estuve averiguando y no caen bombas todo el tiempo en todas partes, así decidí venir”, afirma el futbolista de 27 años de edad.

El Zoryá, de la Primera División ucraniana, tiene jugadores de varias nacionalidades. Entre los extranjeros están, además de Basic, el nigeriano Christopher Nwaeze, el austriaco Gabriel Eskinja, el brasileño Jordan da Silva, el esloveno Jan Trontelj, el serbio Petar Micin y el senegalés Alioune Ndour.

El equipo dirigido por el croata Mladen Bartulovic es uno de los 16 equipos de la primera división de Ucrania, un grupo que perdió al FC Desná, de Cherníhiv, y al FC Dnipro a raíz de la invasión rusa, que comenzó en febrero de 2022.

Luego de que la temporada pasada se jugó sin público, por el estado de guerra que vive el país, este año se comenzó a admitir a los aficionados en los estadios, aunque en cantidad limitada.

El FC Zoryá jugaba originalmente en Lukhansk, en el este del país, pero la invasión rusa lo obligó a relocalizarse en Zaporiya, primero, y luego en Kiev.

El sábado pasado, el Zoryá fue local en el estadio Lobanovsky de esta capital, contra el Dínamo de Kiev, que juega en ese lugar.

La instalación deportiva está en la misma colina donde se encuentra el palacio de Mariyinsky, sede del gobierno del presidente Volodímir Zelenski.  

Las autoridades han establecido la regla de que los partidos tienen que celebrarse a media capacidad, por lo que lo que el cotejo, que ganó 2-0 el Dínamo, se jugó ante apenas unos 7 mil espectadores.

En el medio tiempo pude platicar con Vitali y Oleksandr, aficionados del Zoryá, quienes me dijeron que es difícil seguir los partidos en un país invadido.

“Hace dos semanas, sonó la alerta de ataque aéreo y, a medio juego, nos sacaron a los aficionados del estadio para que nos dirigiéramos a un refugio”, relató Vitali.

En la tribuna central que no está ocupada por la afición, hay una enorme manta que reza “Gloria a Ucrania, gloria a los héroes”, el lema de la resistencia contra Rusia, que los aficionados de los dos equipos corean de repente durante los partidos.

—¿Por qué venir al futbol si están en guerra? – le pregunto a Oleksandr.

—Hay que distraerse con algo. Y, además, el futbol une a la gente –me responde.