Así nació la amistad de Lorena Ochoa con Catherine y la familia Lacoste

No solo se admiraban, se entendían. Catherine Lacoste eligió nunca volverse profesional, Lorena Ochoa decidió irse en la cima.

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Caminos distintos, pero la misma esencia. Cuando se conocieron, nació una amistad basada en lo que solo las grandes entienden: la libertad de elegir su propio final.

Catherine Lacoste tenía el ADN ganador de sus padres. René Lacoste, que además de ser un tenista de clase mundial (7 títulos de Grand Slam) era un gran golfista. Su madre, Simone de la Chaume, una golfista única.

La pequeña Catherine se inclinó más por el golf. Una amateur eterna que en 1967 ganó el U.S. Women’s Open, y que vio en Ochoa algo familiar: una campeona que no le temía al adiós. La mexicana, en ese entonces número uno del mundo, encontró en Catherine un espejo inesperado: alguien que también había desafiado lo establecido.

Somos grandes amigas, me ayudaron mucho en mi carrera. Actualmente sigo con la marca, para mí es muy bonito representarlos en todos los eventos y en los torneos que hago. Tuve la oportunidad de visitarlos en su casa de campo de verano, mi hijo Pedro era muy pequeño y nos contaba historias fantásticas. Su amistad es de las cosas más bonitas que me ha traído el deporte”, menciona Lorena Ochoa en una charla con Excélsior.

Catherine es 'Cocodrile' Kid (la chica cocodrilo). En realidad, han pasado muchos años desde que le pusieron ese apodo. En 1967, el día del cumpleaños de su padre: ganó el US Open de Golf y se convirtió en la única mujer amateur en ganar el torneo hasta el día de hoy.

La elegancia de la familia Lacoste siempre la ha portado con orgullo. Curiosamente ha podido pasar más tiempo con Lorena en los últimos meses ya que se ha dedicado a promover la música de su esposo: el guitarrista andaluz, Ángel Piñero.

Me tocó acompañarla a Monterrey y también aquí en la Ciudad de México. Promueve la música en memoria de su esposo que tocaba guitarra de flamenco, siempre que puedo la apoyo”, declara.

No fue solo afinidad, fue complicidad. Entre risas, consejos y respeto mutuo, se forjó una amistad que trascendió generaciones. Ambas sabían que ganar es solo una parte del juego… y que saber cuándo soltar el bastón es lo que realmente define a una leyenda.

Hoy su conexión es símbolo de algo más grande: dos trayectorias distintas, unidas por la misma valentía de elegir cuándo y cómo quedarse en la historia.

EL REGRESO DE ISABELLA FIERRO

Hace unas semanas, Isabella Fierro concluyó en el T3 del Epson Tour Championship at Indian Wells, con una ronda de 65 golpes (-7) para un total de 269 (-19), lo que le permitió

mantenerse entre las primeras 15 de la Race for the Card y asegurar su regreso en el tour de la LPGA para la siguiente temporada.

Se unirá al máximo circuito con Gaby López y María Fassi. La noticia llenó de alegría a Lorena Ochoa.

Le hablé para felicitarla, me dio mucho gusto que tengamos a otra mexicana en la LPGA. Cerró muy bien, no fue un año fácil, tuvo muchos ajustes. Sus padres y su hermana que fue su caddie, fueron muy importantes para ella. Era muy importante que regresara a la LPGA para que no tuviera una desilusión grande. Lo importante es que se sienta feliz y orgullosa, se lo merece porque está muy preparada, tiene todo el talento y espero que sea un gran año para ella”, señala Lorena Ochoa (ganadora de 27 título en la LPGA).

El Epson Tour reparte 15 tarjetas de promoción a la LPGA a las jugadoras con mayor puntuación en la temporada. En este 2025 Isabella finalizó seis veces entre las mejores 10.

BFG