Aaron Rodgers da masterclass en dramático triunfo de Steelers sobre Jets

Aaron Rodgers había prometido que su último viaje en la NFL sería distinto. Que el epílogo no se escribiría con nostalgia, sino con pólvora en el brazo derecho. Y vaya que cumplió. Con 41 años y el uniforme negro y dorado, Rodgers guió a los Pittsburgh Steelers a un triunfo dramático 34-32 sobre los New York Jets, en un MetLife Stadium que pasó de la euforia al silencio en cuestión de segundos.

El guion estaba servido: Rodgers regresando a Nueva York tras dos años decepcionantes como paador de Jets, y Justin Fields estrenándose como mariscal titular de la franquicia que lo rescató del olvido. Dos ex que se enfrentaban a sus antiguos equipos, dos pasados entrelazados que el calendario de la Semana 1 convirtió en teatro de máxima tensión.

Rodgers ofreció una masterclass: cuatro pases de touchdown, 244 yardas aéreas y una serenidad de relojero en el momento clave. Cada envío fue un recordatorio de que, aunque sus mejores días parecían enterrados, todavía sabe cómo dictar el ritmo de un partido grande.

Fields, por su parte, no se quedó atrás. Con temple y movilidad, corrió para dos anotaciones y lanzó otra más. Su desempeño fue tan brillante como insuficiente. Porque en un encuentro donde las ofensivas se alternaban golpes de nocaut, la diferencia la marcó un pie: el de Chris Boswell.

Con menos de un minuto en el reloj y Jets arriba 32-31, Rodgers guió a su ofensiva hasta territorio largo y confió en Boswell. Desde 60 yardas, el veterano pateador ejecutó un misil que atravesó el aire húmedo de Nueva Jersey y entró sin titubeos entre los postes. 34-32. Golpe letal.

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Partido con drama hasta el final

El drama aún guardaba un último giro: Fields tuvo una última oportunidad con segundos en el reloj, pero Jalen Ramsey apareció en cuarta y tres para desbaratar la recepción de Garrett Wilson. Una jugada defensiva que selló la primera victoria de la era Rodgers en Pittsburgh.

El contraste era brutal. En septiembre de 2023, Rodgers había debutado en ese mismo estadio como esperanza de los Jets, envuelto en humo y banderas, antes de romperse el tendón de Aquiles en apenas cuatro jugadas. Dos años después, volvió al mismo escenario, pero esta vez con los colores de los Steelers, para arrancar otra página inesperada de su historia.

En la narrativa de Nueva York, Rodgers era la sombra de un pasado fallido. En la de Pittsburgh, es la chispa de un presente que podría ser memorable. Y aunque la temporada apenas comienza, los Steelers ya saben que su apuesta por el veterano tiene algo más que nostalgia: tiene victorias.