Ray Liotta, uno de los nuestros

Murió con las botas puestas, este gregario del pelotón de Hollywood que defiende el liderazgo de sus películas con títulos como Algo salvaje, Cop Land o  Goodfellas, Uno de los nuestros. Ganó un Emmy por su aparición en la serie Urgencias,  en el capítulo Time of Death, y le llegó la muerte a los 67 años  durante el rodaje de  la  película Aguas peligrosas, en República Dominicana. Falleció durmiendo en su habitación de hotel. Pero su rostro dejó una huella imborrable junto a su carisma, sus  ojos pueden estar  inyectados de odio, de rabia o provocar ternura y lástima. Con escenas inolvidables como en la que Hannibal Lecter, Anthony Hopkins, le come su cerebro.

Destacó por sus personajes duros, delincuentes y criminales, aunque rodó  más de 80 películas donde también hizo de chico bueno, pero como él señala, “solo se acuerdan de las que hice de malo”. Abandonado en un orfanato, fue adoptado. “Durante años”, contó a la revista People  “nunca entendí cómo podía haberme dejado allí. Y me provocó esa clase de energía de estar molesto. Cuando con más de 40 años conocí a mi madre real, ya no estaba enfadado. Había sido otro viaje”.  A pesar de su aspecto y su imagen en la ficción, jamás se metió en una pelea, aunque fue detenido por estrellar su Cadillac contra una fila de vehículos estacionados.

Decía Scorsese que siempre admiró su talento de actor, que “el chico nuevo nunca perdió el ritmo, siempre con energía y entusiasmo para el papel de actor adecuado para interpretar el rol principal, Henry Hill en Goodfellas. El personaje requería una rara combinación de cualidades. Necesitaba ser peligroso. Necesitaba ser desarmado. Necesitaba ser vulnerable. Dentro del contexto del mundo con el que nos enfrentábamos, tenía que ser algo parecido a un inocente, el tipo que siempre estaba allí, presenciando todo, a lo largo del viaje. Y, no hace falta decirlo, necesitaba verse y actuar como si hubiera salido de ese mundo.”

Con Melanie Girffith en Algo Salvaje, hizo una de sus mejores y más recordadas interpretaciones, conocido por su intensidad, era capaz de  hacer el papel de un asesino o protagonizar una comedia. En Campos de sueño con  Kevin Costner  donde se ganó al público como jugador del beisbol reencarnado. Liotta solía decir que comenzó en la actuación por accidente. No quería estudiar matemáticas, ni historia y se apuntó en artes escénicas.  Una discusión con su entrenador de baloncesto hizo que lo echaran del equipo, el profesor de teatro le preguntó si necesitaba hacer algo y se encontró en una producción teatral de “Sunday in New York”.

Estudió actuación en la Universidad de Miami y, después de graduarse, se instaló en Nueva York, donde rápidamente consiguió el papel en Another World. Interpretó a Sinatra en una película de HBO, The Rat Pack  un reto que al principio le asustó, pero se dijo “soy de Jersey y tengo los ojos azules, estoy cerca”. Lo ejecutó con éxito, y ahí conoció a su esposa Michelle Grace. “Interpreto  para crecer y 25 años después me siguen comentando películas, eso es un orgullo” señaló en el programa Late Motiv. “Quieres hacer tantos géneros diferentes como puedas, y eso es lo que he estado haciendo”, dijo a Long Island Weekly. “He hecho películas con los Muppets. Hice Sinatra. Hice buenos y malos. Hice una película con un elefante. Decidí que estaba aquí para probar diferentes papeles y hacer cosas diferentes”. Y señalaba frente  al síndrome de diva de algunos actores en Hollywood,  “que nadie se sienta un divo por interpretar, nuestro trabajo es fingir para vivir”.