Pesadilla en Japón; influencer encuentra a un hombre escondido bajo su cama en un hotel

Lo que prometía ser un viaje de ensueño a Japón se convirtió en una auténtica pesadilla para Natali Khomenko, una influencer ucraniana que jamás imaginó que acabaría viviendo el guion de una película de terror desde la habitación de su hotel.

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Todo comenzó la noche del 30 de marzo, tras un largo día de turismo, Natali volvió a su habitación para descansar. Se desvistió, se recostó sobre la cama y, por un breve instante, todo parecía normal. Pero entonces, algo rompió la calma: un olor extraño, denso y desagradable empezó a invadir el cuarto.

Primero pensó que podía ser su cabello, o quizá las sábanas, pero no. El olor parecía surgir de un lugar mucho más inquietante: debajo de la cama.

Entre risas nerviosas, se dijo a sí misma: “¿Y si hay un cadáver ahí abajo?”. Se agachó para comprobar y en ese momento el chiste se evaporó al comprobar que había dos ojos la miraban fijamente desde la oscuridad.

“Pensé que estaba alucinando. Me congelé. Mi corazón se detuvo por un segundo”, contó Natali. Su cuerpo reaccionó antes que su mente: saltó hacia la esquina opuesta de la habitación, paralizada por el pánico.

Durante tres largos segundos, sus ojos se cruzaron con los de aquella figura que yacía oculta bajo su cama. Se trataba de un hombre que sin decir una sola palabra lleno de terror el lugar y no solo eso, sino que bloqueó la única salida.

“En ese momento pensé que mi vida había terminado”, relató entre lágrimas. Los gritos desgarradores de Natali alertaron a otros huéspedes. Algunos intentaron ayudar, pero tenían miedo de salir. Ella, medio desnuda y en estado de shock, logró ponerse unos pantalones y salir corriendo al pasillo.

El misterioso hombre finalmente huyó y aunque todo regresó a una tensa normalidad, dejó en el lugar una evidencia espeluznante: un cargador portátil y un cable USB abandonados bajo la cama.

La policía llegó poco después, pero no pudo localizar al agresor. Natali fue informada de que no había cámaras de seguridad en la habitación ni pistas suficientes para identificar al intruso, a pesar de que las autoridades tomaron huellas dactilares. Su esperanza de justicia se desvaneció en minutos.

Aterrada, tomó un taxi en plena madrugada y se refugió en otro hotel. Pero el daño ya estaba hecho.

“Pasé los siguientes cinco días en un estado de horror constante. No podía dormir. Sentía que en cualquier momento saldría alguien de debajo de la cama para estrangularme. Vivía una pesadilla con los ojos abiertos.”

Desde entonces, Natali ha sufrido ataques de pánico, insomnio y ansiedad severa al ingresar a cualquier habitación de hotel.

“La experiencia me cambió para siempre. Ya no puedo viajar sola. Necesito dejar una luz encendida todo el tiempo. Me siento rota.”

La influencer compartió su historia semanas después del incidente, cuando finalmente logró hablar sin romper en llanto. En redes sociales recibió apoyo, pero también críticas crueles: hubo quienes la acusaron de inventarlo todo para ganar fama.

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“Es repugnante que no crean a las mujeres. Muchas me escribieron contando sus propias historias. El silencio es lo que nos hace más vulnerables.”

Hoy, Natali exige una compensación al hotel por su negligencia y la falta de seguridad. También escribió a la embajada ucraniana en Japón, sin recibir respuesta aún.

“Sé que probablemente no veré justicia… pero si mi historia hace que alguien más revise debajo de su cama antes de dormir, habrá valido la pena.”

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*brc