¿Es bueno para las plantas regarlas cada 8 días?
El principal problema no es la frecuencia del riego, sino la razón, por ello es importante conocer las necesidades de cada planta.

Regar las plantas parece una tarea sencilla, pero hacerlo de forma incorrecta puede traer consecuencias graves para que las plantas crezcan y perduren.
Muchas personas establecen una rutina fija, como regarlas todos los domingos por la mañana, por ejemplo, con la intención de aprovechar el tiempo y que las plantas absorban la mayor cantidad de agua posible.
Sin embargo, este hábito puede derivar en hojas amarillas, pérdida de firmeza o incluso pudrición de raíces.
De acuerdo a varios expertos en jardinería, el principal problema no es la frecuencia del riego, sino la razón detrás de cada riego.
Este gesto aparentemente inocente puede perjudicar a las plantas, especialmente en situaciones de estrés como cambios de estación, trasplantes o mudanzas.
El riego no debe ser una acción automática, sino una respuesta a una necesidad real, pues cada planta tiene sus propias demandas de agua, determinadas por su especie, entorno y etapa de desarrollo, lo que puede ser adecuado para una planta tropical, puede ser letal para una de sombra.
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¿Qué factores influyen para que el riego funcione correctamente en una planta?
Las necesidades hídricas de una planta dependen de múltiples factores, entre ellos:
- Tipo de planta: Las suculentas requieren poco riego, mientras que las tropicales necesitan humedad constante.
- Hábitat de origen: Las plantas de zonas secas están adaptadas a conservar agua, a diferencia de las que crecen en ambientes húmedos.
- Sistema radicular: Las raíces superficiales necesitan riegos más frecuentes que las raíces profundas.
- Condiciones ambientales: Temperatura, viento y humedad influyen directamente en la transpiración y consumo de agua.
- Tipo de sustrato y maceta: Los sustratos arenosos drenan rápido; los arcillosos retienen humedad. Las macetas de barro permiten más evaporación que las de plástico.
- Etapa de crecimiento: Las plantas jóvenes requieren más agua que las adultas, que ya han desarrollado cierta tolerancia.

¿Cómo saber si una planta necesita agua?
Algunos indicadores clave de que una planta necesita riego son:
- La tierra está seca a 2 o 3 cm de profundidad (puedes comprobarlo con un dedo).
- La tierra se separa de los bordes de la maceta.
- Las hojas se ven caídas o han perdido firmeza.
- La maceta pesa notablemente menos de lo habitual.
Consejos clave para un riego adecuado
- No riegues por calendario, riega por necesidad: Observa las condiciones del sustrato y la planta antes de actuar.
- Conoce tu planta: Infórmate sobre las características de cada especie para ajustar el riego a sus necesidades específicas.
- Ten en cuenta el clima: En épocas calurosas, puede que necesiten más agua; en invierno, menos.
- Revisa el tipo de maceta y sustrato: Esto afecta cuánto tiempo se retiene el agua.
- Adapta el riego a los cambios: Tras un trasplante o una mudanza, la planta puede necesitar ajustes en la frecuencia.
- No te fíes del aspecto superficial: A veces la superficie puede estar seca, pero el fondo húmedo. Usa tus dedos para comprobarlo.
- No ignores las señales: Hojas blandas, caídas o amarillas pueden ser signos tanto de exceso como de falta de agua.
- Evita el encharcamiento: Asegúrate de que la maceta tenga buen drenaje.
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El riego no solo hidrata, pues activa un proceso vital donde las raíces absorben el agua y esta viaja por el interior de la planta hasta las hojas, donde se evapora en un proceso llamado transpiración.
Esta succión permite que más agua entre desde las raíces, regulando la temperatura, facilitando el intercambio de gases y posibilitando la fotosíntesis, mediante la cual la planta genera su alimento y libera oxígeno.
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