Aprender con IA: NotebookLM vs. ChatGPT
Esta vez probamos las dos IAs más avanzadas para aprender con una idea rondando: ¿pueden reemplazar a la educación actual?

“En una época de cambio drástico, quienes heredan el futuro son los que aprenden.”
—Peter Drucker, padre del management moderno.
Hay una pregunta que circula en voz baja en varios círculos, pero amenaza con crecer como bola de nieve más pronto que tarde: con las herramientas de IA disponibles, ¿seguimos necesitando escuelas, universidades, maestros de carne y hueso?
La respuesta corta, después de probar ChatGPT Estudiar y Aprender y NotebookLM, es NO, no se pueden sustituir… todavía.
Y el “todavía” importa más de lo que parece.
Meter el aula en una app
Cuando Google lanzó NotebookLM y luego apareció el modo estudio de ChatGPT, la promesa era casi inconcebible: una especie de “superprofesor” disponible 24/7. Sólo basta con pedir que te enseñen algo.
En este momento, por experiencia de usuario, NotebookLM es superior. Es capaz de explicar cualquier cosa, hacer resúmenes, generar exámenes, armar mapas mentales, grabar un pódcast y hasta producir un video a medida.
ChatGPT Estudiar y Aprender puede hacer lo mismo, pero su interfaz fue concebida desde y para el texto. NotebookLM, en contraste, se siente como un campus comprimido en una interfaz limpia:
Reúne fuentes
sintetiza ideas
genera mapas mentales
produce audios tipo pódcast
arma videos con estructura de clase
crea quizzes y tarjetas de estudio
Nada que ver con el chat genérico de “pregunta–respuesta”: hay una intención de acompañar procesos de aprendizaje.
Si vienes del mundo del PDF y el subrayador fosforescente, es difícil no entusiasmarse.
Pero cuando pasas de jugar a estudiar en serio, algo se rompe.
En Sintetika lo probamos de dos maneras.
Primero, como principiantes en un tema que desconocemos totalmente: fundamentos de mecánica de fluidos.
NotebookLM encontró fuentes, generó resúmenes, organizó un mapa mental, hizo un video y un audio introductorio.
La sensación fue clara: “esto es potente, todo está servido”.
Después lo llevamos a un terreno que manejamos razonablemente bien: fundamentos de IA.
En el segundo caso, la pregunta ya no era “¿entiendo algo?”, sino ¿respeta los matices?, ¿ordena bien las ideas?, ¿capta dónde está el verdadero núcleo del asunto? Y sobre todo: ¿ayuda a aprender mejor que un curso sólido o un profesor competente?
Nuestra respuesta: lo hace “a su manera”.Lo que la IA para estudiar sí hace bien
Seamos justos: como herramienta inicial, tanto NotebookLM como el modo estudio de ChatGPT son muy buenos:
Facilidad de uso. Cargar fuentes, pedir resúmenes, guardar notas, continuar la conversación: todo fluye.
Multimodalidad. NotebookLM brilla con su video-resumen, el pódcast con dos voces y el mapa mental automático; ChatGPT, por su lado, sigue descansando sobre todo en texto, lo que ya supone una barrera para generaciones educadas a golpe de video corto.
Corrección básica. Cuando revisas temas que conoces bien, no encuentras barbaridades conceptuales. Las ideas centrales están donde tienen que estar.

Como agregadores de fuentes, generadores de resúmenes y creadores de materiales de entrada, estas herramientas son excelentes.
Ahorran tiempo en lo menos valioso del aprendizaje: buscar, copiar, pegar, formatear.
Pero el aprendizaje serio empieza justo después de esa fase.
Y ahí es donde las cosas se tuercen.
Aprender no es “ver más contenido”. Tampoco es, como pensaría un niño sin interés en su tarea, leer lo que te dan… aunque termines sin comprender nada.
La condición de una persona que busca beneficios de aprender es otra:
usar lo aprendido para resolver problemas
dirigir un proyecto
explicar con claridad un tema complejo
tomar decisiones informadas
Para llegar ahí se necesita, como mínimo:
Entender la información
Retenerla el tiempo suficiente
Usarla en contexto, no solo repetirla
Conectar piezas en un mapa mental propio
La parte realmente difícil es esa última: organizar tú mismo las ideas de forma que tengan sentido en tu cabeza.
Esto se llama interactividad de múltiples elementos: el momento en que pasas de “esto está interesante” a “esto tiene piezas conectadas y no sé por dónde empezar a ordenarlas”.
Ahí es donde la mayoría se rinde.
Y ahí es donde la IA, mal usada, deja de ayudar y se convierte en ruido.
Con NotebookLM pasa algo revelador.
Como principiante, el mapa mental que genera “se ve” lógico.
No hay forma de evaluar si es una buena estructura o solo una forma de apilar conceptos.
Cuando cambias a un tema que sí dominas, se ve claro:
Las categorías son técnicamente correctas, pero poco significativas.
No es la forma en la que se lo explicaríamos a un estudiante.
Los conceptos clave se mencionan de pasada; otros secundarios reciben demasiada atención porque son fáciles de ejemplificar.
Resultado: la jerarquía está mal calibrada.
El problema de fondo es este: la herramienta entrega una estructura terminada que quien aprende no construyó como una revelación. No viene acompañada del “ahhh, ya entiendo”.

Ese es el corazón de la decepción:
El mapa mental que no trazaste tú se convierte en otra cosa que memorizar, no en una red que comprendes.
La explicación que no desmenuzaste tú te deja como espectador, no como autor de tu propio entendimiento.
Sientes que “estás estudiando mejor” porque ahora hay mapas, videos y audios.
En realidad, muchas veces solo estás tercerizando la parte incómoda del aprendizaje: pensar.¿Entonces, puede sustituir a la universidad?
Si por “sustituir” entendemos explicar contenidos de forma razonable, la IA ya compite con muchos cursos mediocres, que los hay en cualquier institución.
Si por “sustituir” entendemos lo que una buena universidad hace de verdad, la respuesta es otra:
diseñar trayectorias de dificultad creciente
confrontarte con problemas abiertos
obligarte a producir, no solo a consumir
darte feedback (humano) cuando te equivocas
evaluarte con consecuencias reales
insertarte en una comunidad y una red social que te acompañará décadas
Ninguna de las herramientas actuales hace eso. Ni ChatGPT, ni NotebookLM, ni el modelo que quieras citar.
En el mejor de los casos, son supertutores de contenidos. Eso, para una persona con el hábito de aprender por su cuenta, es valioso.
Pero las IAs no diseñan currículum, no crean contexto social, no otorgan credenciales socialmente reconocidas.
Y, sobre todo, no pueden atravesar el muro del “esto es complejo y me frustra” en tu lugar.
El día que una IA pueda sustituir de verdad a la universidad no será porque haga mejores resúmenes, sino porque logrará orquestar experiencias de práctica, error, conflicto y cooperación a una escala que hoy no imaginamos.
Estamos lejos de eso. Pero la posibilidad ahí está.Cómo usar estas herramientas sin autoengañarte
Mientras tanto, lo sensato es aprender a usar las herramientas bien.
Tres ideas prácticas:
1. Activa los modos “guía de aprendizaje” y no solo “predeterminado”.
En NotebookLM, el modo Guía de aprendizaje (que ni siquiera viene activo por defecto) te obliga a responder, explicar, construir.
En ChatGPT, puedes pedirle explícitamente que te haga preguntas, que te pida ejemplos, que te ponga retos.
Se siente más lento. Precisamente por eso funciona mejor.
2. Gánate cada respuesta.
No consumas resúmenes como si fueran una serie de Netflix.
Antes de pedirle algo nuevo a la IA, pregúntate: ¿Qué entendí de verdad? ¿Qué no encaja?
Convierte esa incomodidad en una pregunta concreta. Luego sí, pide ayuda.
Aprender no es ver más pantallas, es procesar más hondo las mismas ideas.
3. No delegues la organización.
Usa los mapas, sí, pero redibújalos a tu manera.
Reescribe las jerarquías, cambia títulos, agrupa temas como a ti te hagan sentido.
La herramienta puede sugerir una estructura; el trabajo de apropiártela es tuyo.
Entonces, ¿pueden estas herramientas sustituir a escuelas y universidades? Lo reiteramos: hoy no.
Pero pueden hacer algo igual de serio: exhibir, a gran escala, quién sabe aprender y quién solo sabe consumir explicaciones bonitas.
Si la universidad se pone en riesgo, no será porque una app la destruya, sino por no enseñar justamente lo único que ninguna IA podrá enseñarle a las personas: aprender a aprender.
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