Sueros orales o refrescos, ¿qué es mejor para la salud?
Derivado de la cruzada por la salud emprendida por el gobierno federal a través del programa “Vida Saludable”, surge la duda de que es mejor consumir.

Derivado de la cruzada por la salud emprendida por el gobierno federal a través del programa “Vida Saludable”, refresqueras han comenzado un ataque incesante contra aquellas empresas que producen y comercializan sueros orales.
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Ante esta situación surge la idea de que es mejor consumir, ¿un refresco o un suero oral? Partiendo de esta premisa, a continuación desmenuzamos en qué consiste cada uno con el único fin de que el consumidor final decida qué es lo mejor y no se caiga en especulaciones.
En el caso de los sueros orales estos están diseñados científicamente para reponer agua, electrolitos (sales minerales como sodio y potasio) y glucosa, especialmente cuando hay deshidratación por enfermedades como diarrea o vómitos e incluso exposición prolongada a altas temperaturas.
Aunado a estos beneficios, los sueros facilitan la absorción de líquidos y minerales y restaurar el equilibrio del organismo ya que su fórmula empleada para su elaboración lo que busca es un balance en el organismo.
Su composición es a base de agua, sales minerales (sodio, potasio) y glucosa en proporciones científicamente establecidas, como lo establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en México están avalados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), quien regula a estos como medicamentos, por lo que deben contar con un registro sanitario oficial para garantizar su seguridad, calidad y eficacia.
En el caso de los refrescos, estos son bebidas no alcohólicas, a menudo con altos niveles de azúcar, colorantes, sabores y aditivos y como tal no están diseñados para reponer electrolitos teniendo como objetivo el consumo generalizado.
Además del exceso de azúcares, los refrescos contienen cafeína, colorantes y otros ingredientes que son innecesarios e incluso dañinos en situaciones de enfermedad crónicas como la diabetes e hipertensión así como obesidad.
Sobre la composición de los refrescos, se sabe que esta bebida, está hecha a base de agua carbonatada, edulcorantes naturales como fructosa o sacarosa o sintéticos como el ciclamato, acidulantes, colorantes, antioxidantes, estabilizadores de acidez y conservantes.
Derivado de lo anterior es necesario sopesar qué opción es la mejor para el consumo humano, para que de esta forma se puedan prevenir enfermedades futuras y poder así tener una vida más saludable.
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