¿Qué le hace el agua caliente a la sangre? Esto responde la ciencia
El baño con agua caliente es una alternativa para cuidar del flujo sanguíneo y la salud cardiovascular. Sin embargo, es necesario usar el agua con moderación para evitar riesgos.

¿A quién no le gusta un largo baño de agua caliente? Detrás de esa sensación de bienestar de una ducha, la ciencia descubre beneficios para tu salud cardiovascular, la circulación y la presión arterial.
Un chapuzón en agua caliente no solo es una recomendación para después de hacer ejercicio, también puede ser una alternativa efectiva para quienes no pueden realizar actividad física intensa, especialmente para prevenir enfermedades cardiovasculares.
El efecto sobre la presión arterial es tan notable que puede servir como un complemento para un tratamiento bajo supervisión médica.

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¿Qué le hace el agua caliente a la sangre?
La inmersión en agua tibia o caliente tiene efectos inmediatos y duraderos sobre tu sistema circulatorio, especialmente beneficiando a quienes viven con hipertensión.
Estos son algunos efectos del agua caliente en la sangre, según la Universidad Autónoma de México (UNAM) y un estudio publicado en Temperature:
- El baño caliente dilata los tubos por donde circula la sangre (vasos sanguíneos), esto puede ayudar a mejorar la presión arterial.
- Un solo chapuzón puede reducir la presión arterial sistólica (el flujo sanguíneo cuando el corazón se contrae) entre 6 y 7 Milímetros de mercurio (mm Hg) en las 24 horas siguientes, tanto de día como de noche.
- Al sumergirte en agua hasta el pecho, el volumen sanguíneo central aumenta en aproximadamente 700 mililitros.
- Mejora de la función vascular: La terapia de calor está asociada con una reducción del riesgo de mortalidad por accidentes cardiovasculares.

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¿Qué hace el agua caliente en la circulación?
El calor hace mucho más que relajar los músculos. A nivel circulatorio, actúa directamente sobre los vasos sanguíneos y promueve efectos que imitan, en cierta medida, los beneficios del ejercicio.
Te dejamos los beneficios del agua caliente para el flujo sanguíneo, de acuerdo con un artículo publicado en la revista Current Cardiology Reviews y un estudio publicado en la revista American Physiological Society:
- Favorece la circulación sanguínea: Al dilatar los vasos, el agua caliente facilita el flujo de la sangre.
- Disminuye la fuerza necesaria para mantener el flujo sanguíneo (la resistencia periférica total).
- Disminuye la rigidez muscular: Ayuda a reducir la rigidez y a relajar el estrés.
- Libera óxido nítrico: El aumento del flujo sanguíneo periférico desencadena la liberación de óxido nítrico, la clave para dilatar los vasos sanguíneos, un efecto similar al ejercicio de alta intensidad.
- Estimula la transpiración: El organismo activa la sudoración, lo que también ayuda a la pérdida de líquidos.

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¿Qué es mejor para la sangre, agua fría o caliente?
Aunque el agua caliente es un potente aliado, la clave para obtener sus beneficios sin riesgos es la moderación.
Te dejamos recomendaciones para el uso del agua caliente, conforme a la UNAM y los estudios mencionados:
- Temperatura recomendada: Para el uso cotidiano, la temperatura debe estar entre 37.5 y 40 °C.
- Duración ideal: No se recomienda prolongar el baño más de 10 minutos.
- El calor extremo puede causar mareos o una baja peligrosa de la presión arterial.
- Riesgo de deshidratación: La sudoración excesiva en el baño caliente puede llevar a la fatiga y deshidratación.
- Cuidado de la piel y cabello: El agua muy caliente desgasta rápidamente la capa protectora natural de la piel y el cuero cabelludo, causando resequedad e irritación.
- Supervisión clínica: Las temperaturas más altas, de hasta 48 °C, solo se deben usar en baños terapéuticos y bajo estricta supervisión médica.
La ciencia confirma que el uso del agua caliente ofrece un camino para mejorar la salud cardiovascular. Si tienes condiciones médicas preexistentes, habla siempre con tu médico antes de iniciar cualquier terapia de calor.
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