¿Pensar te ayuda a quemar calorías? Un estudio responde

El cerebro consume el 20% de la energía corporal para mantener funciones, pero el esfuerzo mental aumenta el gasto energético 

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El esfuerzo mental consume mucha energía durante la rutina diaria.Imagen hecha con IA

Sentir agotamiento tras una jornada de trabajo mental es una experiencia común, pero la ciencia revela datos fascinantes. El cerebro devora el 20% de la energía total del cuerpo para preservar la memoria y cumplir con las actividades diarias.

Lejos de ser un gimnasio que quema grasa al estudiar, este órgano actúa como una máquina diseñada para la eficiencia máxima. Comprender su equilibrio energético ofrece claves fundamentales para mantener la agilidad mental.

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El cerebro usa energía para funcionar incluso cuando no se concentraCanva

Es fácil imaginar que resolver un examen difícil consume tanta energía como correr, pero la realidad metabólica es menor. El cerebro opera continuamente con una potencia de apenas 17 vatios, lo que equivale aproximadamente a 14.2 calorías.

La ciencia demuestra que el esfuerzo mental tiene un impacto mínimo en la báscula debido a la "regla del 5%". Aquí se presentan los puntos clave sobre este consumo energético tan específico, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Cells:

  • Aumento marginal: Una tarea cognitiva dirigida a un objetivo, como escribir, solo eleva el consumo de energía un 5%; el resto se destina a mantener las neuronas vivas y activas.
  • Sin reservas: A diferencia de los músculos, el cerebro no almacena energía en forma de grasa; depende de un flujo constante de azúcar en la sangre y oxígeno para funcionar cada segundo.
  • Costo fijo: La inmensa mayoría de las calorías se destinan a procesos invisibles de supervivencia neuronal, no al esfuerzo extra realizado al intentar aprender algo complejo.

El cerebro utiliza trucos evolutivos para ahorrar recursos, como la predicción de eventos futuros. Prefiere anticipar lo que sucederá y solo gasta energía adicional si comete un error en su estimación diaria.

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Cuando piensas también consume energía, aunque es una cantidad muy pequeña.Canva

¿Qué actividad mental consume más energía?

No todos los pensamientos demandan el mismo combustible; existen actividades económicas y otras de "lujo". Las tareas simples consumen menos que aquellas que obligan a integrar información compleja.

Las actividades que disparan el consumo de glucosa involucran centros de conexión entre neuronas. Estos son los puntos clave que definen el gasto energético de los procesos mentales:

  • Tareas complejas: La lectura profunda, el uso de la memoria y el reaccionar con certeza ante el entorno son más costosos para el organismo que la percepción sensorial simple de lo que se ve o escucha.
  • Regiones de alto tráfico: Algunas áreas del lóbulo frontal actúan como aeropuertos con mucha actividad, consumiendo más energía para conectar redes diversas y procesar datos abstractos con rapidez.
  • Cambio de red: Pasar de un estado relajado a uno enfocado requiere un pico de energía inicial para reorganizar las conexiones, similar a encender un motor potente tras el reposo.

Curiosamente, la dificultad de una tarea aumenta el flujo sanguíneo en áreas frontoparietales. Debido a la eficiencia de las redes neuronales, el cerebro realiza estos saltos sin que el consumo global se dispare significativamente.

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Leer gasta más energía en el cerebro.Canva

¿Cuánta energía consume el cerebro solo por funcionar?

La razón por la que pensar mucho no adelgaza es que el costo de estar vivo ya es muy elevado. El cerebro nunca descansa realmente; mantiene un estado de alerta costoso para reaccionar en milisegundos.

El presupuesto energético se distribuye de manera sorprendente para mantener la infraestructura mental. Así gasta la energía el sistema nervioso central para asegurar una operación óptima:

  • Señalización: El 70% de la energía de la materia gris se dedica a enviar señales eléctricas para reaccionar a cualquier estímulo recibido del mundo exterior.
  • Mantenimiento: Gran parte del resto se emplea en reparar células dañadas y mantener los potenciales eléctricos de reposo, evitando fallos críticos en el sistema.
  • Homeostasis: Este gasto continuo asegura la integridad de las neuronas, garantizando que la respuesta ante el peligro sea veloz y eficiente para proteger la vida.

Este alto consumo es necesario para una reacción inmediata ante cualquier amenaza. El proceso se encarga de suministrar azúcar en la sangre; si este flujo falla, se provocan daños inmediatos en la consciencia.

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El cerebro quema pocas calorías solo por funcionar.Canva

¿Cómo evitar el deterioro cognitivo?

Proteger el motor de la mente requiere más que ejercicios intelectuales; la salud física es el escudo más potente. Males como la hipertensión dañan los vasos sanguíneos y aceleran el declive de la memoria actual.

Para mantener el cerebro joven y eficiente, aplica estos consejos de los Institutos Nacionales de Salud en EU (NIH). Son acciones sencillas que blindan la capacidad de pensamiento y razonamiento a largo plazo:

  • Controlar la presión: Mantener la presión arterial bajo control desde los 40 años reduce el riesgo de deterioro cognitivo, protegiendo la microcirculación del tejido cerebral.
  • Moverse más: El ejercicio físico aumenta el metabolismo de la glucosa. Caminar o correr mejora la memoria espacial y fomenta la creación de nuevas neuronas en el hipocampo.
  • Comer bien: Dietas ricas en vegetales y bajas en grasas animales protegen las neuronas del estrés oxidativo y brindan energía limpia para pensar con claridad.
  • Socializar: Evitar el aislamiento y mantener una vida social activa ayuda a preservar la función cognitiva. Conversar con otros es un entrenamiento metabólico de alto nivel para la mente.

Cuidar la maquinaria que sustenta los pensamientos es la mejor inversión. Un estilo de vida saludable asegura que tu cerebro disponga de la energía eficiente que necesita para seguir recordando siempre.

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El estudio neuropsicológico permite al médico y a otros profesionales comprender cómo funcionan las diferentes áreas y sistemas del cerebro de un paciente.