Ooforitis: la inflamación de ovarios que puede poner en riesgo tu salud reproductiva
La ooforitis, una inflamación que puede dañar los ovarios y causar infertilidad, suele pasar desapercibida por sus síntomas similares al dolor menstrual.

Un dolor en la parte baja del abdomen, fiebre ligera o un flujo distinto pueden parecer señales pasajeras, pero en algunos casos esconden algo más serio: una inflamación silenciosa que afecta los ovarios.
Hablamos de la ooforitis, una afección que muchas mujeres padecen sin saberlo y que, si no se atiende a tiempo, puede dejar secuelas en la salud reproductiva.
¿Qué es la ooforitis (inflamación de los ovarios) y por qué ocurre?
La ooforitis, también conocida como inflamación de los ovarios o ovaritis, es una afección ginecológica que se caracteriza por la inflamación de uno o ambos ovarios.
De acuerdo con la Organización Reproducción Asistida, suele afectar principalmente a mujeres entre los 25 y 35 años, aunque puede presentarse a cualquier edad reproductiva.
Esta inflamación puede aparecer de manera aislada o asociada con la afectación de otros órganos del aparato reproductor, dando lugar a diferentes cuadros clínicos:
- Enfermedad inflamatoria pélvica (EIP): proceso inflamatorio que afecta la parte superior del aparato reproductor femenino, incluyendo los ovarios, las trompas de Falopio, el útero y los ligamentos.
- Anexitis: ocurre cuando la inflamación involucra tanto los ovarios como las trompas de Falopio, es decir, una combinación de ooforitis y salpingitis.

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Síntomas más comunes de la ooforitis
Los síntomas de la ooforitis varían según la causa y la gravedad del cuadro. En general, las pacientes pueden presentar:
- Dolor en la parte baja del abdomen o en la pelvis.
- Fiebre o malestar general.
- Flujo vaginal anormal.
- Dolor durante las relaciones sexuales.
- Sangrado intermenstrual o poscoital.
- Náuseas o vómitos en los casos más agudos.
Estos signos pueden confundirse con los de otras afecciones ginecológicas, como quistes ováricos, endometriosis o apendicitis. Por ello, es fundamental acudir al ginecólogo para obtener un diagnóstico preciso.
Causas frecuentes y factores que inflaman los ovarios
De acuerdo con la Clínica Universidad de Navarra, las causas de la ooforitis son diversas. La más frecuente es la infección bacteriana, que puede llegar a los ovarios desde el cuello uterino o las trompas de Falopio.
Las infecciones de transmisión sexual (ITS) como la clamidia y la gonorrea son responsables de una gran parte de los casos.
Un informe del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, señala que estas infecciones, cuando no se tratan, pueden propagarse y causar enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), una de las principales causas de infertilidad femenina en el mundo.
Otras causas incluyen:
- Infecciones bacterianas no sexuales, como las producidas por Streptococcus, Staphylococcus o Escherichia coli.
- Candidiasis vaginal severa, que puede extenderse hacia los ovarios.
- Complicaciones postquirúrgicas, tras intervenciones ginecológicas o abdominales.
- Trastornos autoinmunes, en los que el sistema inmunitario ataca los tejidos ováricos sanos.
- Paperas (parotiditis) en mujeres no vacunadas, que pueden provocar inflamación ovárica en casos excepcionales.
- Factores externos, como exposición prolongada al frío, el puerperio o reacciones a ciertos medicamentos administrados por vía vaginal.

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Diagnóstico y tratamiento de la ooforitis
El diagnóstico de la ooforitis requiere una evaluación médica completa. El ginecólogo puede solicitar:
- Análisis de sangre, para detectar signos de infección o inflamación.
- Examen de secreciones vaginales, en busca de bacterias o ITS.
- Ecografía pélvica, que permite observar los ovarios e identificar abscesos o acumulación de líquido.
- Laparoscopia diagnóstica, en casos complejos, para visualizar directamente los órganos pélvicos.
Si existe un absceso o no hay mejoría con el tratamiento inicial, puede requerirse hospitalización o intervención quirúrgica. Además, se recomienda el tratamiento simultáneo de la pareja sexual para prevenir reinfecciones.

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Factores de riesgo y complicaciones si no se atiende la ooforitis
La ooforitis es más común en mujeres jóvenes que no han tenido hijos, especialmente si presentan alguno de los siguientes factores de riesgo:
- Relaciones sexuales sin protección o con múltiples parejas.
- Antecedentes de ITS o enfermedad inflamatoria pélvica.
- Consumo de tabaco.
- Duchas vaginales frecuentes, que alteran la flora natural.
- Uso prolongado de dispositivos intrauterinos sin control médico.
Cuando no se trata a tiempo, la inflamación ovárica puede derivar en infertilidad, embarazo ectópico, dolor pélvico crónico o la formación de abscesos tubo-ováricos, que representan una emergencia médica.
De acuerdo con la CDC, aproximadamente 1 de cada 8 mujeres con antecedentes de enfermedad inflamatoria pélvica tiene dificultades para concebir en el futuro.
La prevención incluye revisiones ginecológicas periódicas, uso de preservativos, vacunación contra paperas y virus del papiloma humano (VPH), y evitar la automedicación o el uso de óvulos vaginales sin indicación médica.
La ooforitis no es una enfermedad menor: detrás de un dolor pélvico persistente o un flujo anormal puede esconderse una infección que afecte la fertilidad o la salud reproductiva a largo plazo.
Por eso, ante cualquier síntoma sospechoso, lo más importante es consultar a un especialista. La detección temprana, el tratamiento oportuno y los cuidados preventivos son la clave para preservar la salud ovárica y reproductiva.
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