Cómo evitar la influenza en las fiestas de Navidad y Año Nuevo
En Navidad y Año Nuevo, evitar la influenza es posible con hábitos simples, prevención médica y decisiones responsables en reuniones familiares.

¿Cómo evitar la influenza en las fiestas de Navidad y Año Nuevo? Se vuelve una pregunta urgente cuando las mesas se llenan, los abrazos se multiplican y el frío favorece la circulación de virus respiratorios que no distinguen celebraciones.
El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) ha advertido que la temporada decembrina coincide con el pico de influenza estacional, especialmente del subtipo A (H3N2), según reportes oficiales y análisis médicos recientes.

Por qué la influenza aumenta durante las fiestas decembrinas
La influenza no aparece por casualidad en diciembre. El virus encuentra condiciones ideales en el invierno: temperaturas bajas, ambientes cerrados y una mayor convivencia social.
Según EsSalud, durante Navidad y Año Nuevo se incrementan las reuniones familiares, lo que facilita la propagación de la influenza A (H3N2), una de las variantes más contagiosas del virus, especialmente entre personas no vacunadas o con defensas bajas.
A esta ecuación se suma el cansancio acumulado de fin de año, los cambios en la alimentación y el consumo de alcohol, factores que debilitan el sistema inmunológico. Muchas personas subestiman síntomas iniciales como dolor de garganta o congestión, asistiendo a celebraciones aun estando enfermas, lo que acelera los contagios.
La ironía es clara: celebramos la unión mientras ignoramos que un simple estornudo puede convertirse en el recuerdo menos deseado de las fiestas. La influenza no arruina planes, pero sí pone límites al descuido colectivo.

Vacunación contra la influenza: la barrera más eficaz
Vacunarse sigue siendo la estrategia más efectiva para prevenir la influenza y sus complicaciones. La vacuna reduce hospitalizaciones, cuadros graves y mortalidad, especialmente en adultos mayores, niños pequeños y personas con enfermedades crónicas.
Contrario a algunos mitos persistentes, la vacuna no provoca influenza. Los efectos secundarios suelen ser leves y temporales, mientras que la protección puede marcar la diferencia entre una molestia pasajera y una neumonía severa durante las fiestas.
Vacunarse antes de Navidad permite que el cuerpo genere anticuerpos suficientes para enfrentar el virus en las semanas de mayor circulación. Es una decisión silenciosa, poco festiva, pero profundamente responsable.
Higiene respiratoria y de manos en reuniones familiares
Lavarse las manos parece un gesto menor frente a una mesa llena de platillos tradicionales, pero sigue siendo una de las medidas más efectivas para evitar la influenza. EsSalud recomienda hacerlo con agua y jabón durante al menos 20 segundos, especialmente antes de comer y después de saludar.
El uso de gel antibacterial es un complemento útil cuando no hay acceso a agua, pero no sustituye el lavado adecuado. El virus puede sobrevivir en superficies como cubiertos, mesas y celulares, objetos omnipresentes durante las celebraciones.
Cubrirse al toser o estornudar con el antebrazo y evitar tocarse el rostro son hábitos sencillos que, aunque poco glamorosos, reducen de forma significativa la transmisión del virus.

Ventilación y espacios cerrados: un factor subestimado
Las fiestas decembrinas suelen celebrarse en interiores, con ventanas cerradas para conservar el calor. Sin embargo, los espacios mal ventilados concentran partículas virales en el aire, aumentando el riesgo de contagio, incluso sin contacto directo.
Abrir ventanas algunos minutos, usar ventiladores o realizar reuniones al aire libre cuando sea posible disminuye la carga viral en el ambiente. No se trata de sacrificar comodidad, sino de equilibrar tradición y prevención con decisiones informadas.
Alimentación, descanso y defensas durante Navidad y Año Nuevo
Dormir poco, comer en exceso y abusar del alcohol debilitan el sistema inmune. El INAPAM señala que una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y líquidos, fortalece las defensas naturales del organismo frente a la influenza.
El descanso adecuado es tan importante como la nutrición. Dormir menos de seis horas reduce la capacidad del cuerpo para combatir infecciones respiratorias, justo cuando más se necesita.
Cuidarse en estas fechas no implica renunciar al placer, sino entender que el exceso constante cobra factura en forma de fiebre y malestar general.

Qué hacer si alguien presenta síntomas de influenza
Asistir a una reunión con síntomas de influenza no es un acto heroico ni una muestra de compromiso familiar. Las personas con fiebre, tos, dolor muscular o malestar general eviten el contacto social y busquen atención médica oportuna.
La verdadera cortesía decembrina también implica cuidar la salud de los demás. Consultar a un profesional de la salud ante síntomas persistentes es clave, especialmente en niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Prevención de la influenza en niños y adultos mayores
Los grupos más vulnerables requieren medidas adicionales. El INAPAM subraya la importancia de la vacunación anual en adultos mayores y de evitar exponerlos a lugares concurridos durante picos de influenza.
En el caso de los niños, la influenza puede confundirse con un resfriado común, retrasando el tratamiento adecuado. La prevención, en estos casos, es un acto de cuidado intergeneracional que va más allá del calendario festivo.

Estrategias prácticas para reuniones más seguras
Reducir el número de invitados, escalonar horarios o celebrar encuentros más cortos son estrategias recomendadas por expertos. Estas medidas no eliminan el espíritu navideño, pero sí disminuyen el riesgo de contagio. La prevención no es miedo, es información aplicada con sentido común.
Cómo evitar la influenza en las fiestas de Navidad y Año Nuevo no depende de una sola acción, sino de una suma de decisiones cotidianas: vacunarse, ventilar, lavarse las manos, descansar y escuchar al cuerpo.
La ciencia es clara y las instituciones de salud coinciden en que la prevención sigue siendo la mejor aliada. Ante cualquier duda, especialmente si se consideran remedios naturales o alternativas, es fundamental consultar con un médico.
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