Influenza H3N2 afecta más a adultos mayores

El virus de influenza H3N2 ha demostrado que es más severo en particular en quienes tienen más de 60 años

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Los adultos mayores son más propensos a infecciones por influenza H3N2Especial

Cada temporada de influenza trae consigo preguntas recurrentes sobre qué tan grave puede ser el virus que circula y a quiénes afecta con mayor intensidad.

En los últimos meses, el subtipo A (H3N2) ha vuelto a colocarse en el centro de la conversación pública, no porque se trate de un virus nuevo, sino por su historial: cuando domina, suele estar asociado con un mayor número de hospitalizaciones y complicaciones, especialmente entre personas adultas mayores.

De acuerdo con organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), no existe evidencia de que las variantes actuales de influenza A(H3N2) sean más letales que en temporadas previas.

La experiencia epidemiológica muestra que este subtipo tiene un impacto desproporcionado en ciertos grupos, en particular en quienes tienen más de 60 años.

Un virus que evoluciona constantemente

La influenza H3N2 es uno de los subtipos que más rápido cambia. Esto significa que el virus presenta modificaciones frecuentes en su estructura, lo que puede dificultar que el sistema inmunológico lo reconozca de inmediato, sobre todo en personas con defensas más débiles.

Especialistas explican que estas variaciones no implican necesariamente un aumento en la gravedad del virus, pero sí pueden influir en su capacidad de propagación y en el tipo de población que resulta más afectada.

En el caso de H3N2, la evidencia acumulada muestra que suele provocar cuadros más severos en adultos mayores, con mayor probabilidad de requerir hospitalización.

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Los síntomas de influenzaEspecial

Por qué los adultos mayores son más vulnerables

El impacto del H3N2 en personas mayores no es casual. Con el paso de los años, el sistema inmunológico pierde eficacia, un proceso conocido como inmunosenescencia. Esto reduce la capacidad del organismo para responder de manera rápida y efectiva ante infecciones respiratorias como la influenza.

Además, una gran proporción de adultos mayores vive con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, cardiopatías o padecimientos pulmonares. Cuando la influenza se presenta en este contexto, el riesgo de complicaciones aumenta de forma significativa. No se trata únicamente de neumonía o dificultad respiratoria, sino de un efecto sistémico que puede desestabilizar al organismo.

Estudios citados en el sector salud indican que las personas que contraen influenza tienen hasta ocho veces más riesgo de sufrir un evento vascular cerebral y diez veces más riesgo de presentar un infarto, lo que refuerza la idea de que esta enfermedad va más allá de un cuadro respiratorio común.

El papel de la vacunación frente al H3N2

Aunque el subtipo A(H3N2) cambia con mayor frecuencia, las vacunas contra la influenza se actualizan cada año para incluir las variantes con mayor circulación. Las formulaciones actuales protegen contra múltiples subtipos, incluidos H1N1, H3N2 y los virus tipo B.

Datos preliminares de la temporada señalan que la vacuna ha mostrado una efectividad de entre 70 y 75 por ciento para prevenir hospitalizaciones en niñas, niños y adolescentes, y de alrededor de 30 a 40 por ciento en personas adultas.

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Las medidas de prevención frente a la influenzaEspecial

En el caso de los adultos mayores, aunque la protección puede ser menor, la vacunación sigue siendo clave para reducir la gravedad de la enfermedad y el riesgo de complicaciones.

Autoridades sanitarias subrayan que, incluso cuando la vacuna no evita por completo la infección, sí disminuye de forma importante la probabilidad de hospitalización y muerte, especialmente en los grupos más vulnerables.

Contexto actual y llamado a la prevención

En esta temporada, México presenta una circulación predominante de influenza A(H1N1), mientras que en algunas regiones de Europa y Estados Unidos se ha observado mayor presencia de H3N2. Sin embargo, los expertos advierten que la dinámica viral puede cambiar conforme avanza el invierno, por lo que mantener altas coberturas de vacunación sigue siendo una prioridad.

La OPS y la OMS reiteran que no hay señales de una mayor severidad asociada a las variantes actuales de H3N2, pero sí un patrón histórico que justifica la vigilancia y la prevención, especialmente en personas adultas mayores.

Además de la vacunación, las autoridades recomiendan medidas generales como higiene frecuente de manos, evitar la automedicación, usar cubrebocas en caso de síntomas respiratorios y acudir con un profesional de la salud ante signos de infección.

En el caso de la influenza A(H3N2), la clave no está en el alarmismo, sino en la prevención informada y en la protección de quienes, por edad o condición de salud, enfrentan un mayor riesgo ante este virus estacional.

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