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México en Norteamérica: una política exterior basada en principios

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Roberto Velasco Álvarez

Tras el paso del covid-19, América del Norte es una región fundamental para la recuperación económica a nivel global. Bajo el nuevo T-MEC, Norteamérica está adecuadamente equipada para hacer frente a la recesión mundial, producto de las disrupciones que ha ocasionado el SARS-CoV-2. El bloque económico conformado por México, Estados Unidos y Canadá es uno de los de mayor dimensión del mundo. Sin embargo, el papel de América del Norte en el escenario internacional excede la agenda económica. Y el papel de México es y será clave.

Como detallaba la semana pasada, la relación entre México y Canadá es prioritaria y estratégica para nuestro país. Así lo demostró la más reciente reunión de la Alianza que agrupó a los ocho grupos de trabajo que la integran. Desde inversión, innovación y comercio hasta colaboración cultural, cooperación en materia forestal y medioambiental, la agenda de trabajo con Ottawa es amplia y ambiciosa. La conclusión de la vigesimosexta reunión es clara: la cooperación con Canadá, con un extraordinario potencial, es clave para México.

Por otra parte, la importancia de la relación bilateral con Estados Unidos es por todos conocida. México es el principal socio comercial de EU y hogar del mayor número de estadunidenses que viven fuera de su país. La complejidad de la frontera compartida se puede ilustrar con un sencillo símil: la longitud del espacio común es casi la misma distancia que separa a Madrid de Moscú. El trabajo de nuestra diáspora, que aporta dinamismo y abona a la productividad de ambas economías, es un ejemplo global —como lo es también la labor de nuestro Servicio Exterior y nuestra red consular, la más grande del mundo de un país en otro. Lo que pasa de un lado del río Bravo tiene profundas y directas implicaciones en el otro lado. Como tal, es fundamental para ambos países entender los principios que facilitarán una adecuada cooperación. Por parte de México, la cooperación basada en la confianza y el respeto mutuo de nuestras soberanías es esencial. No obstante, es igualmente importante entender a nuestra contraparte y trabajar en las distintas agendas que tenemos en común.

Es en este contexto que, recientemente, realicé una visita de trabajo a Washington D. C., en la que celebré distintas reuniones in situ con interlocutores de las principales áreas de la relación bilateral. Por ejemplo, me reuní con representantes de consejos empresariales de ambos países (el CCE en Washington y la Cámara de Comercio de EU), así como con los principales asesores de las comisiones de Relaciones Exteriores, tanto del Senado como de la Cámara de Representantes. La agenda de trabajo también incluyó reuniones con directivos de importantes centros de pensamiento y organizaciones no gubernamentales, como el Migration Policy Institute: un referente en materia migratoria y de cooperación para el desarrollo. Además de eso, tuve la oportunidad de conversar con nuestra embajadora en EU, Martha Bárcena, y su equipo, a quienes agradezco su labor profesional en representación de México.

La visita de trabajo da cuenta de una intensa agenda en las relaciones con Canadá y Estados Unidos. Las prioridades son claras: la defensa de las comunidades de México en América del Norte y la promoción de sus muy valiosas aportaciones; el fortalecimiento de la cooperación norteamericana, vital para la recuperación económica de la región y el control de la pandemia de covid-19, principalmente, mediante los procesos de vacunación que los tres países estamos cerca de emprender y, sobre todo, seguir adelante con una cooperación bilateral y trilateral basada en nuestros principios constitucionales en materia de política exterior. Estoy convencido de que nuestra diplomacia —apegada siempre a los principios de no intervención, de solución pacífica de controversias, de promoción, protección y respeto de los derechos humanos y la lucha por la paz y seguridad internacionales— nos permitirá una mejor colaboración bilateral, regional y multilateral en beneficio de los intereses de México.

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