Galardonados

Por supuesto, el doctor López-Gatell protagonizó cambios sociales importantes, sobre todo como encargado de atender la pandemia de covid-19. La Comisión Independiente de Investigación sobre esa pandemia, encabezada por Jaime Sepúlveda, epidemiólogo y pionero en la lucha contra el VIH, informó que durante ella se registraron en México 808,619 muertes en exceso

Los doctores Hugo López-Gatell y Alejandro Gertz Manero fueron galardonados, el primero por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y la Secretaría de Cultura de Chihuahua con el premio Carlos Montemayor “por su compromiso con un cambio social”, y el segundo por el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) con la medalla al mérito administrativo José María Luis Mora.

Por supuesto, el doctor López-Gatell protagonizó cambios sociales importantes, sobre todo como encargado de atender la pandemia de covid-19. La Comisión Independiente de Investigación sobre esa pandemia, encabezada por Jaime Sepúlveda, epidemiólogo y pionero en la lucha contra el VIH, informó que durante ella se registraron en México 808,619 muertes en exceso, 260.7 por cada 100,000 habitantes. Nuestro país fue cuarto lugar mundial en muertes en exceso.

Según el gobierno, el covid-19 causó 334,196 fallecimientos, pero la Comisión revisó las actas de defunción y encontró que los decesos reportados por el virus fueron 511,081, 55% más que los reconocidos oficialmente. 297,149 de esas muertes eran evitables: se debieron a la mala atención a los enfermos. 215,000 niños quedaron en la orfandad.

El entonces presidente y López-Gatell desaconsejaron el uso de mascarillas, recomendaron repartir abrazos y portar estampitas con imágenes religiosas, se demoraron una eternidad en adquirir las vacunas contra el virus —en octubre de 2022 sólo 62% de los habitantes estaban vacunados—, desdeñaron las pruebas diagnósticas —se practicó una cantidad ínfima de test— y muchos enfermos murieron en su casa porque, ante la insuficiencia de camas hospitalarias, tanques de oxígeno y respiradores, se recomendó que no se acudiese a hospitales sino cuando el enfermo estuviera grave.

Se omitió proporcionar oportunamente insumos de protección al personal médico que enfrentó la crisis sanitaria y se negó la vacunación prioritaria a los trabajadores de la salud del sector privado —una de las rencorosas perversidades más difícilmente comprensibles de la 4T, pues al entonces Presidente lo atienden médicos privados—, lo que ocasionó la muerte de 4,843 trabajadores del sector, la tasa más alta del mundo, y cifra más alta que la de Estados Unidos, que cuenta con personal sanitario mucho más numeroso.

Respecto de la distinción al doctor Gertz Manero, quizás el INAP consideró como méritos administrativos las encarnizadas persecuciones contra 31 científicos prestigiados, contra Jesús Murillo Karam, contra Rosario Robles, contra Ricardo Anaya, y contra Laura Morán y Alejandra Cuevas, cuñada y sobrina política del fiscal general, respectivamente.

A los 31 científicos, acusados de una transferencia de recursos ordenada por la ley, se les intentó recluir en un penal de alta seguridad como si fuesen delincuentes peligrosísimos, y dos veces se ejerció acción penal en su contra. A Jesús Murillo Karam se le acusó de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa como si él, que resolvió el caso en cuatro meses logrando que se sometiera a proceso a más de 100 presuntos responsables, los hubiese desaparecido, y se le mantuvo preso un año y ocho meses, a pesar de que, por su estado de salud y su edad, nunca debió pisar la cárcel.

Más de 1,000 días estuvo Rosario Robles en prisión preventiva, que se le impuso con el zafio pretexto de que podía fugarse porque, además de la casa en que vivía, tenía dos departamentos. A Ricardo Anaya se le acusó de recibir un soborno para votar como diputado a favor de la reforma eléctrica, pero en la fecha en que supuestamente se le sobornó ya no era diputado y esa reforma ya había sido aprobada.

Laura Morán y su hija Alejandra Cuevas fueron acusadas de homicidio por omisión de cuidado en agravio de un hermano del doctor Gertz, Federico, no obstante que Laura, su pareja, le prodigó todos los cuidados con personal especializado y la muerte ocurrió en un hospital privado después de un mes de internamiento. Federico, octogenario, desde hacía mucho tiempo estaba muy enfermo. Alejandra, que estuvo presa 528 días, ni siquiera vivía con la pareja y jamás asumió el compromiso de cuidar a la pareja de su madre.

Tal vez el INAP también consideró mérito administrativo que la Fiscalía de Gertz retirara los cargos contra el senador Miguel Ángel Yunes Márquez una vez que éste emitió el voto decisivo para la aprobación de la reforma judicial.

¿Alguien puede dudar de los merecimientos de los galardonados?

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