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Poses cosméticas

Federico Döring

Federico Döring

Cuando se exhiben lo trapos sucios de lo demás, se aplaude; cuando se exhiben los propios, se condena.

 

La hipocresía de Morena no conoce fronteras, celebran cuando se expone la verdad de los demás, pero condenan cuando se ponen al descubierto sus verdaderas intenciones y sus artimañas.

El tren maya, la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la refinería de Dos Bocas, todos proyectos con más oscuridades que claros, en la impunidad o con información clasificada bajo la premisa de la seguridad nacional, como argumento para esconder la corrupción y la impunidad.

En este contexto, esta semana la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, entregó las llaves de la ciudad a familiares de Julian Assange, en lo que significó –cito– “un acto simbólico de lo que representa la Ciudad de México: la libertad de expresión”.

No puedo empezar a enlistar el sinfín de ironías y contradicciones que esto representa. Los familiares del exespía se encuentran en la CDMX a invitación de Andrés Manuel López Obrador (más no así de Sheinbaum) como muestra de la solidaridad y convicción que existe en Morena a la libertad de expresión, a la libre prensa, al pensamiento crítico, a la exhibición del poder en su peor faceta.

Si acaso, y sólo por mencionar que el número de periodistas asesinados en este sexenio, no sólo convierte a nuestro país en el más peligroso para ejercer el periodismo, sino también el más mortífero para la libertad de expresión.

No entraré al debate de la legalidad o legitimidad de la información expuesta por el exespía, me parece que la relevancia de su portal Wikileaks y lo ahí expuesto habla por sí mismo. Pero sí entraré a cuestionar la hipocresía y doble moral de Morena, quienes celebran los actos de Assange, pero en México durante el gobierno de AMLO se ha ejecutado a 36 periodistas, con un Presidente que critica y rechaza toda prensa que lo cuestiona.

Hoy, pretenden sentirse los adalides de la prensa y libertad de expresión. Celebrando el hackeo a un sistema gubernamental que expuso verdades relevantes. Pero, ¿acaso estarían con esos mismos plácemes si hoy en Wikileaks se publicará la misma información que ellos se han empecinado en ocultar? La pregunta tal vez sea retórica, pero describe con toda claridad la hipocresía de Morena y su pose cosmética, aquella en la que no hay lugar para la verdad, sólo para la doble cara.

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Francamente, me encantaría que la información que nos han ocultado sea expuesta, que la transparencia que nos han negado sea exhibida. Todo con tal de descubrir su falso discurso y doble moral, para ver cómo celebran y destacan a un hacker que expuso a Estados Unidos, pero cómo critican y acaban a quien descubre su podredumbre y corrupción. No le deseo de ninguna forma algún mal a las instituciones, pero sí quisiera que se demuestre su falta de congruencia.

Al final todo se resumió a un evento público encabezado por Sheinbaum, a quien ni le va ni le viene el tema o la agenda de Assange y su familia. Simplemente se prestó a ser la cara de un evento para cumplirle a su jefe, al que la destapó y a quien le debe rendir todo tributo, por más incongruente que éste sea.

Espero ver el mismo nivel de compromiso y celebración a los periodistas que han muerto durante esta administración, para la prensa que exhibe los caprichos de un Presidente de memoria selectiva, y que Sheinbaum entregue las llaves de la Ciudad a los reporteros que la incomodan con sus preguntas cuando sus conferencias se salen de control.

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