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Ganan los capos del cártel inmobiliario

Federico Döring

Federico Döring

Una vez más el tiempo vuelve a descubrir el verdadero rostro autoritario de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Al mismo tiempo, nos da la razón porque lo advertimos desde el inicio, desde que comenzaron a tramar el gran engaño.

Simulación, es la única forma de definir el proceso de selección para nombrar al nuevo director del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva de la CDMX (IPDP). Desde el Congreso de la Ciudad de México se obedece a intereses políticos y personales que atienden a una necesidad imperiosa de imponer una mayoría rapaz y convalidar el autoritarismo que los ha caracterizado.

 Desde el Palacio del Ayuntamiento, Claudia Sheinbaum lo dice sin pudor, se respalda a Pablo Benlliure, se olvidan de sus nexos con inmobiliarias cuyos intereses están lejos de centrarse en los ciudadanos. Con esta decisión demuestran, una vez más, que son, cuando menos, cómplices de los cárteles inmobiliarios y se olvidaron de lo que tanto pregonaban en sus campañas.

Sheinbaum no podrá decir que no lo sabía porque lo reconoció en conferencia de prensa, luego de ungir a Benlliure atrás dejaron su pasado. Ahora hasta se dice que su visión es ciudadana, equitativa e incluyente.

Las violaciones al proceso de selección son graves, desde el Congreso se cercenó el espíritu de la Constitución Política de la Ciudad de México, se construyó un instituto carnal a modo del cártel inmobiliario, con un indigno representante.

El aval del titular del instituto deja más dudas que certezas, pues no se dio a conocer el mecanismo de evaluación, y no hay más razón que sus intereses para depredar aún más nuestra ciudad.

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En un acto de congruencia, dos de los aspirantes, Pedro Santiago Antón Gracia y Armando Rosales García, solicitaron retirar del dictamen sus nombres para no convalidar la farsa armada que daría validez a un nombramiento ilegítimo. Lo advertí desde el primer momento, la mayoría de Morena decidió mirar para otro lado.

Los dos aspirantes se dieron cuenta de que jamás hubo voluntad política ni posibilidad alguna de objetividad en el proceso, siempre estuvo dirigido hacia un titular carnal.

Los dados están cargados, la mano negra de Sheinbaum se impuso por encima de la legalidad, de los ciudadanos y de nuestro derecho a la ciudad.

El Instituto de Planeación centraliza la planeación de la CDMX en el gobierno, y no en la ciudadanía. Su próximo titular será el nuevo títere del gobierno central para beneficiar a quien convenga.

 

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